lunes, 16 de junio de 2025

11.13 ¿Te sientes culpable por rechazar a un pretendiente?

 


Venimos de aquí: ¿Eres soltero porque te tomas las relaciones como si fueran un juego? (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2025/05/1112-eres-soltero-porque-te-tomas-las.html)

Lo repetiré a lo largo de todo el capítulo: las causas a la soltería que estamos exponiendo son adyacentes o secundarias. Las causas principales que suelen darse o ser la norma están descritas claramente en el segundo apartado del primer capítulo (Lo que le duele a los solteros: Haciendo malabares: http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2015/03/12-lo-que-duele-los-solteros-haciendo.html). Lo aclaro para que no haya malos entendidos y nadie se cree falsos sentimientos de culpa.

No quiero acabar sin tratar los sentimientos de culpa que embargan a muchas personas –que no todas-, cuando rechazan a alguien, sea por razones justificadas o porque no han resuelto en su interior los temas que hemos visto a lo largo y ancho de este capítulo.
Si decides finalmente acabar tu historia, o incluso no comenzarla, es lógico que temas dañar al otro. Existe el miedo a quedar mal y a que el otro no piense bien de ti. Y eso es doloroso. Aunque sabemos que no podemos caerle bien a todo el mundo, no nos gusta saber que alguien se queda con un mal concepto de nosotros debido a nuestra actitud. En otros casos, el miedo puede que sea producto de pensar en la posibilidad de que estés equivocándote al rechazar a esa persona, cuando en realidad has hecho bien en hacerlo.
Si eres el que abandona e hiciste promesas de amor que luego no cumpliste (algo que suele pasar cuando es uno quien da el paso de romper la relación) y, en consecuencia, heriste al otro, lo mejor que puedes hacer es pedir perdón de forma sincera y honesta (si no lo es, se notará inmediatamente). La reacción que muestre no podrás controlarla, y es un tema que tendrá que lidiar consigo mismo.

¿Alegrarse de hacer daño?
En una ocasión conocí a una persona que se jactaba de cuántos corazones había roto. Sentí nauseas. Tal grado de soberbia me resultó lamentable. Si eres el que abandonas, nunca hagas esto. Tampoco uses la ironía para explicar la razón de tu rechazo ante tus amigos o conocidos, sea en privado o en público. Hacerlo sería una señal de inmadurez que hablaría muy poco a tu favor. Puede que llegue a los oídos de la otra persona y eso multiplique considerablemente su dolor. Sentirá que se están burlando de sus sentimientos, y posiblemente experimentará un enojo más que justificado contra ti por mostrar una cara en persona y otra por la espalda. Te considerará un verdadero hipócrita.

Una ruptura lo más sana posible
Al igual que elegir una pareja debe ser fruto de la madurez, de la observación analítica y del tiempo, una ruptura o rechazo debe basarse en los mismos principios: fruto de una decisión bien planteada y reflexionada, con argumentos de peso y razonables, una mezcla de raciocinio, emociones y sentimientos. Jamás debe ser por un momento de rabia incontenida. No será fácil, y menos si ha sido mucho tiempo el que habéis estado juntos, o si incluso uno de los dos sigue enamorado. Pero, si lo ves claro (o sigues sin resolver tus asuntos personales como los que hemos visto), lo mejor es dar el paso, a pesar de los temores de la reacción que se pueda producir[1], incluyendo que sus familiares y amigos vengan a reprochártelo. Puede que ni tu círculo cercano te comprenda.
Entiendo que te preocupe que el otro se quede durante una larga temporada sufriendo, pero también te digo algo que seguro que sabes: no se puede estar con alguien por lástima, ni tampoco cuando sigues atascado en temas propios que te llevan a no aportar nada a una relación. En ambos casos tendrá que aplicarse las palabras de Pablo: “Cada uno llevará su propia carga” (Gá. 6:5).
Aprende de las circunstancias y de todo lo acontecido, reflexiona los motivos que te han llevado a rechazar a una persona, crece como ser humano, pero no te regodees en posibles sentimientos de culpa. No uses el sarcasmo contra ti mismo ni expresiones como: “Siempre estaré solo, me lo merezco por mi forma de comportarme. Estoy pagando el precio de mis errores pasados”. Cambia, transformarte, pídele al Señor que escudriñe tu corazón, busca Su fortaleza, Su sanidad, y que Él te llene de paz para la próxima vez que aparezca en tu vida una persona que te interese o muestre interés en ti.

* En el siguiente enlace está el índice:
* La comunidad en facebook:
* Prosigue en: Si eres soltero por tu propia causa, es hora de que cambies.


[1] En casos extremos, la persona que va a ser abandonada por graves deficiencias en la relación puede “prometer” cambiar. En ti está creerla y volver (o no) a intentarlo.

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