Venimos de aquí: Onward. El dolor de la muerte de tus
padres & ¿Quedaron cuentas pendientes? (1ª parte): https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2025/05/onward-el-dolor-de-la-muerte-de-tus.html
En el primer escrito, partiendo de la excelente
película Onward, nos centramos en esas posibles cuentas pendientes que quedaron
con padres que ya fallecieron, siendo una carga que muchas personas experimentan
y dicen sentir. Lo expusimos desde ambos puntos de vista: tanto si la relación
con ellos fue sana como si tornó más bien hacia lo difícil o complejo.
Hoy nos enfocaremos en qué hacer en el caso de que
sigan vivos y esa complicidad brille por su ausencia. Eso sí, repito lo que ya
dije: dejaré a un lado los casos extremos, como los de padres profundamente malvados, asesinos, delincuentes,
violentos, infieles, maltratadores, violadores, etc., ya que eso merecería un
punto y aparte.
Si aún están
vivos...
Si se da el caso de que siguen vivos y, por las causas
citadas previamente, tienes una relación compleja con ellos, debes aspirar a
mejorarla. Puedo entender que haya dinámicas perniciosas que son difíciles de
cambiar, y más cuando no depende únicamente de ti. Pero, por la parte que te
toca, el intento debe llevarse a cabo. Si no lo haces, e incluso respondes al fuego con fuego, mal por mal, imitando lo
malo, sacando tu peor versión, hará que, aparte de no sentir paz en el
presente, cuando fallezcan, posiblemente, el desasosiego te perseguirá al
evocar el pasado, puesto que de los malos recuerdos no podemos deshacernos
voluntariamente.
Busca maneras de hacerlo. No hablo de que ahora todo
se convierta en un paraíso de amor y abrazos, pero que pueda haber, con el
tiempo, cierta cordialidad. ¿Qué puedes hacer? “Honrarlos”. Sí, es cierto que
hay padres que provocan a ira a los hijos, contraviniendo el mandato bíblico
(cf. Ef. 6:4), por lo que no es fácil, pero eso no exime a nadie de honrarlos,
puesto que es una decisión de la voluntad, más allá de las emociones. Así que
vuelvo a formular la pregunta, y la amplío: ¿qué puedes hacer y cómo?
1) Dale a Dios las
gracias por ellos, puesto que son el canal que Él usó para traerte a la vida:
- “Presta atención a tus padres, pues ellos te
dieron la vida; y cuando lleguen a viejos, no los abandones” (Pr. 23:22.
TLA).
- “Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y
cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies” (Pr. 23:22. RV-60).
No hacerlo te hace
una persona ingrata, como el que dice “¡ojalá no me hubieran tenido!”. Si tu
forma de ser tampoco es muy agradable,
no los culpes a ellos, como intentando autojustificarte por cómo eres, puesto
que cada uno elige cómo ser.
2) Una de las
acepciones de “honrar” es “enaltecer o premiar los méritos de alguien”. Por
ello, lo mejor que puedes hacer es centrarte en las cualidades positivas que
puedan tener, aunque sean pocas a tu parecer. Aunque hay más, te cito una
completa lista -sería bueno que la desmenuzaras por ti mismo-, para buscar
algunas que formen parte del carácter de tus padres. Recuerda que, incluso las
personas más negativas, poseen ciertas cualidades:
Paciente |
Honesto |
Sensible |
Perfeccionista |
Respetuoso |
Responsable |
Buen conversador |
Buen administrador |
Ordenado |
Disciplinado |
Fiel |
Prudente |
Solidario |
Introspectivo |
Amable |
Tranquilo |
Optimista |
Analítico |
Risueño |
Puntual |
Limpio |
Humilde |
Inteligente |
Imaginativo |
Resiliente |
Detallista |
Valiente |
Asertivo |
Generoso |
Comedido |
Organizado |
Bondadoso |
Trabajador |
Elocuente |
Sincero |
Resolutivo |
Como apunta la
“Biblia del diario vivir”, “en parte, honrar
significa hablar bien de ellos” (pág. 114). Por lo tanto, reconocer sus
virtudes y mencionarlas, es una forma perfecta de llevar a cabo dicha honra.
3) Aprende a pasar
página de determinados errores que puedan cometer. Digamos que no es una tarea
sencilla, y que requiere de una gran paciencia. Pero la razón para actuar así
es la única manera de no dejarse arrastrar por la amargura que te puede
provocar las acciones de otras personas. Aparte, como todos fallamos de una
manera u otra, queremos que los demás hagan lo mismo con nosotros. Así,
aplicable a todo el mundo, es lo que nos dejó Pablo por escrito: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en
alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de
mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”
(Gá. 6:1).
Un ejemplo claro,
donde se observan las dos caras de la misma moneda, es cuando Noé se emborrachó
(cf. Gn. 9:21). Debido a ello, estaba desnudo en su propia tienda. Cam, uno de
sus hijos, lo vio, y lo único que hizo fue salir a contárselo a sus hermanos.
Aunque el pasaje es muy escueto, algunos teólogos señalan que fue algo aun más
perturbador. Fuera de una manera u otra, fue bastante grave. Ciñéndonos a lo
que podemos asegurar, tuvo la oportunidad de cubrir a su padre y guardar
silencio sobre el desliz de Noé. Nadie jamás habría sabido lo ocurrido, y ni su
propio padre se habría acordado, dado su estado de embriaguez. Pero no lo hizo,
sino que lo deshonró con su comportamiento.
Por el contrario, Sem
y Jafet lo honraron: sin mediar palabra, andando de espaldas, lo cubrieron. Así
honraron a su padre. Uno fue maldecido; los otros dos, bendecidos.
Muchos hijos cometen
el error de deshonrar a sus padres de la misma manera: se reúnen con amigos o
familiares (los famosos lo hacen en un estudio de televisión ante millones de
personas que disfrutan con esa basura llamada reality shows), y allí ponen sobre la mesa todos los defectos y
faltas cometidas por sus progenitores, hasta las más pequeñas, despotricando
entre malas caras, incluso burlas, como si ellos mismos fueran perfectos. Esta es una actitud miserable.
4) Interésate por sus
necesidades. ¿Necesitan ir a la consulta del médico? Llévalos. ¿Necesitan que
les ayudes a hacer la compra? Ayúdales. ¿Necesitan que colabores para alguna
tarea hogareña? Hazla. Puede que no sean agradecidos ni que valoren lo que
haces, pero eso no es lo que debe moverte –porque de lo contrario caerás en la
frustración-, sino en “procurarles el bien”.
5) Interésate por sus
gustos. ¿Qué libros lee? ¿Qué películas o series son de su agrado? ¿Cuáles son
sus comidas favoritas? Así podrás hacer recomendaciones o hacerle algún que
otro regalo, sea en fechas señaladas o en días normales y corrientes.
6) Escucha su pasado.
A la inmensa mayoría le gusta hablar de sí mismo, y más todavía aquellos con un
amplio recorrido vital, como en el caso de los padres. Tienen mil experiencias
que contar, y muchas veces se encuentran con que los más jóvenes –llámese
hijos, absortos en las nuevas tecnologías y redes sociales- no tienen ningún
interés en sus aventuras y desventuras, como si no tuvieran valía ni importancia,
considerándolas aburridas. No tiene sentido, y es egoísta, querer que los demás
te escuchen, como si tus peripecias fueran las más apasionantes del universo, y
no esforzarte en escuchar atentamente y con empatía lo que los padres tienen
que narrar. Saber dónde estuvieron, qué hicieron y a quiénes conocieron, puede
ser infinitamente más enriquecedor que pasarse las horas muertas mirando
sandeces en Tik-Tok.
Si nada de lo
mencionado funciona, atesora en tu
corazón algún buen momento que pudiste compartir con ellos y quédate con
aquello que pudiste aprender, aunque sea para no caer en las mismas actitudes
tóxicas. En definitiva, el principio mencionado por Pablo: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Ts. 5:21).
Acciones vs maldición
Las maneras citadas son
formas concretas de honrar a los padres. Algunas serán más factibles de llevar
a cabo que otras, y las formas exactas cada uno tendrá que verlas, pero el
deber es el que es. El hombre que no lo hace en absoluto, es como si, en cierta
manera, “maldijera” a sus padres. El verbo hebreo qalal “a menudo adquiere la idea de maldecir, tratar como
´insignificante` o despreciable (o sea, ´mal-decir`)”[1].
Esto es tan grave
que, en el Antiguo Testamento, se puso por ley que “todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto
morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él” (Lv.
20:9). Que en estos tiempos de la
gracia no se aplique tal severidad, no quita la seriedad que implica el asunto.
El que trata a sus padres como insignificantes, deja mucho que desear como
persona. Así que no seas de los que cae en ese pozo oscuro. Todavía estás a
tiempo de rectificar.
Adelante
Puesto que mis
conocimientos en inglés son casi nulos, en primera instancia pensé que Onward
hacía referencia al nombre propio de alguno de los personajes. Pero no, en
español significa “Adelante”. Y lo que vemos en la película es, ni más ni
menos, una representación de la propia vida: hacer las paces con el pasado,
fuera como fuera la relación que tuviste con tus padres, siendo la única manera
de seguir adelante, con dolor en el
proceso o sin él.
Aunque no entiendo
por qué en España le cambiaron el título a “Unidos”, cuando contemplas la trama
cobra todo su sentido: aunque Ian termina por ver de lejos a su padre, que
habla por unos instantes con Barley y se abrazan, no puede llegar a tiempo de
hablar con él antes de que desaparezca. Pero, en esos segundos, se da cuenta de
que, a pesar de la ausencia de su difunto padre durante toda su vida, se ha
unido sobremanera a su hermano por todo lo que ha vivido con él. Se da cuenta
de que lo cuidaba y lo empujaba a ser más de lo que nunca podría ser. Por eso
le dice a Barley: “Nunca tuve un papá, pero siempre te tuve a ti”. Señores y
señoras, señoritos y señoritas, saquen sus pañuelos. Además, todo lo que
querría haber hecho con su padre, todos sus anhelos y lícitos deseos (que cité
en el primer artículo: jugar a atrapar, dar un paseo, hablar de corazón a
corazón, reír juntos, una lección de conducir, compartir su vida con él), ya lo
estaba cumpliendo con su hermano.
Al principio de la
aventura lo tenía por un mero friki molesto, un perdedor que le hacía pasar
vergüenza ajena y con el que vivía con él bajo el mismo techo. Luego, tras
conocerlo realmente, aprendió a apreciarlo de verdad, a ser capaz de observar
con alegría todos sus puntos fuertes y ver qué podía aprender mucho de su forma
de ser.
Esta es una lección
que deberían aplicarse millones de hermanos a lo largo y ancho del mundo para
imitarla. Cuando caen en la altivez, en la soberbia, en la hipocresía, en el
“no tengo nada que aprender de ti”, en el “yo soy mejor que tú”, “tus intereses
son ridículos”, muchos hermanos mayores desprecian a los que son más pequeños
–aunque ambos sean ya adultos-, tratándolos como mindundis, donnadies. Eso es
muy triste, no saben lo que se pierden y es un desprecio a la propia creación
de Dios.
No seas así. Tengas o
no familia cercana, lo que debes aprender es a celebrar la vida con los vivos. Es decir, VIVIR con los VIVOS.
Pueden ser amigos, compañeros de instituto o de trabajo, o personas con las que
interactúas en el día a día. El cómo lo dejo a tu imaginación.
Conviértete en...
Barley logró
finalmente despedirse de su padre. Teniendo en cuenta que es una fantasía,
podemos quedarnos más bien con la otra parte. Ian le pregunta qué le había
dicho, a lo que contesto que su padre estaba muy orgulloso de la persona en la
que se había convertido. Fueras huérfano desde muy pequeño, vivan o no, tengas
una buena relación con ellos o una complicada, la mejor manera de cumplir el
propósito para el cual naciste es convertirte en alguien de quien tus padres se
sentirían orgullosos, y eso incluye al Padre de todos nosotros: Dios. Nunca lo
olvides. Te dará una nueva perspectiva de todo y de todos.
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