Venimos de aquí: Buscando el amor sentimental a la velocidad del rayo (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2022/12/112-buscando-el-amor-sentimental-la.html).
Lo repetiré a lo largo de todo el capítulo:
las causas a la solteria que estamos exponiendo son adyacentes o secundarias. Las
causas principales que suelen darse o ser la norma están descritas claramente
en el segundo apartado del primer capítulo (Lo que le duele a los solteros:
Haciendo malabares: http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2015/03/12-lo-que-duele-los-solteros-haciendo.html). Lo aclaro para que no haya malos entendidos y nadie se cree
falsos sentimientos de culpa.
Nota aclaratoría: Cuando
uso el género másculino o femenino, me refiero
tanto a hombres como a mujeres. Y con las citas de otros autores, exactamente
igual: sirven para ambos.
La incapacidad para llevar a
cabo una relación paso a paso y la búsqueda del romanticismo continuo, puede
provocar que siempre estés tanteando a otros que te proporcionen lo que buscas.
Si encuentras a alguien de estas características, lo exprimes como una naranja
hasta no dejar nada. Muchos no se conforman nunca y siempre quieren alguien
mejor: más guapo, más sensible, más tierno, más fuerte, más delicado, más
atento, más romántico, con más clase, con más dinero y con una mejor posición
laboral. En definitiva, más de todo. Están aquellos que valoran a los demás
según su puesto de trabajo, su forma de vestir, sus aficiones, etc. Por
ejemplo, un mecánico o camionero tendrá el prejuicio sobre él de ser
considerado serio, brusco y sin higiene. Pensar así es una auténtica
“infantilada”. Tenga el trabajo que tenga, cualquier ser humano puede ser
realmente maravilloso, independientemente de su profesión. Hay que tener
siempre en mente las palabras dichas por el Señor para actuar de la misma
manera: “Jehová no mira lo que mira el
hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira
el corazón” (1 S. 17:7).
Como en el mundo real no existe la perfección y
siempre habrá otras personas con algunas facetas mejores que con la que estés,
terminarás por abandonarla y así saltar sobre la siguiente. Nunca estarás
satisfecho puesto que siempre te sentirás desilusionado en algún aspecto, dadas
las inalcanzables e irrealizables expectativas que tienes. Esto sucede incluso
en el matrimonio, donde “muchas mujeres
tienen expectativas exageradas de un ser humano perfecto y quedan decepcionadas cuando comprueban
su imperfección”[1].
Si sucede en el
matrimonio, ¡cuánto más durante en el noviazgo, que se suele ser más ingenuo y
ciego!
Es muy habitual ver a
cristianos que caen en este tipo de errores. Buscan lo que no existe: la
irracionalidad de buscar el amor perfecto en el que no se cometa errores y el
otro nunca les desilusione. Siempre
quieren más y de forma más continua: amor, pasión, regalos, etc. Nada ni nadie
alcanza su ideal ni la llena como quisiera, lo que les lleva a no encontrar nunca la pareja que
buscan; una búsqueda que se volverá interminable. Esa obsesión por mirar tanto
al otro y no a uno mismo, les lleva a no darse cuenta de sus propias
imperfecciones, o al menos a no concederle tanta importancia como a las de sus candidatos.
¿Gigantes?
Si buscas un gigante
intelectual, sentimental, emocional y espiritual, que lleve completamente el
peso de la relación y que marque en todo momento el camino perfecto, estarás
excediéndote. Es querer que la pareja realice la labor de “Dios”: “Hay una inmensa
diferencia en lo que un ser humano tiene que ofrecer y lo que Dios tiene que
ofrecer. Muchas mujeres han descubierto esta realidad por el camino difícil. La
posibilidad de pasión y la idea de romance nos mantiene cautivadas hasta el
nucleo, razón por la cual las novelas románticas y las películas para mujeres
son una industria que está en auge. Fantaseamos con ser seducidas y perseguidas
por el hombre perfecto que ha estado buscando toda su vida para encontrar y
satisfacer a una mujer como nosotras. Un hombre maravilloso, generoso,
considerado y compasivo, que removerá cielos y tierra solamente para estar con
nosotras. Un hombre que entregará su vida para protegernos y sostenernos, que
sacará lo mejor que hay en nosotras, y se deleitará mucho en nosotras incluso
en nuestros peores días. ¿Y por qué podría una mujer buscar en todo el mundo y
en la Internet para encontrarle? Porque hemos perdido de vista el hecho de que
ya tenemos un Hombre así en nuestra vida. Su nombre es Jesús. Ningún otro
hombre podría posiblemente llevar tales cargas y estar a la altura de tales
expectativas”[2].
Las personas que no tienen
esta idea bien clara, son emocional y espirtualmente peligrosas para aquellos
que las padecen. El que tiene buen ojo y es sabio, si se encuentra en medio de
esta situación, huirá lo más rápido que pueda. Sabrá que estaría atosigado de
por vida, dadas las altas demandas que le reclamarán día tras día. Y nadie
quiere eso. Terminaría por cargarse, aunque en un principio se sintiera feliz
al verse necesitado y deseado. Sentiría que está pasando continuamente por un
juicio, donde su pareja nunca está complacida, puesto que nunca cree que reciba
lo suficiente, como si no diera la talla ante tanta “realeza”.
Si el individuo aguanta todo
esto con tal de estar con esa persona y llega al matrimonio, debe saber que
será desdichado y la semilla de la infidelidad –la física y/o la emocional- no
tardará en brotar. Estará con alguien que no es de fiar, que la tendrá en continua tensión
ya que nunca alcanzará sus expectativas, y que se caracterizará por su
inmadurez. Como alguna vez he dejado caer, estos individuos se enamoran del amor, no de la persona
que tienen a su lado. Viven en un mundo de ensoñación donde ellos son los
autores de sus fantasías idílicas. De ahí que buscan conquistar con un sólo
propósito: recibir lo que buscan, sea atención, cariño, aprecio, aceptación,
valoración e incluso sensualidad, pero con el único fin de hacer sus fantasías
realidad, y no porque les interese realmente la otra persona. Cuando se cansan,
buscan su realización con otras. Lo sepan o no, están utilizando a los demás
para sus propios propósitos.
¿Conformismo?
No me refiero a que te conformes con menos de lo que deseas, sino a
establecer unos patrones humanos, posibles y realizables. Por ejemplo, buscar a
alguien cuya relación con Jesucristo llegue a los niveles de intimidad que tuvo
Juan el discípulo amado, posiblemente
sea pedir demasiado. ¿Cómo puede alguien exigir esto cuando ni él mismo llega a
tal nivel? Lo único que puedes lograr con este tipo de pensamientos es crearte
una mala fama, que provocará que nadie
quiera acercarte a ti a nivel sentimental, ya
que verán que tu lista de requisitos es tan alta que será imposible
complacerte. Les crearás una gran dosis de tensión, ya que se sentirán
continuamente obligados a dar siempre la mejor versión de sí mismos, y ni aun
así será suficiente. Al final, la propia ansiedad les llevará a no actuar con
naturalidad.
Hay cristianos que realmente
buscan una quimera: desean tener a su lado a alguien que les diga lo que tienen
que hacer y por dónde moverse en la vida, mientras ellos mismos no tienen ideas
propias ni proyectos personales en cuanto a la fe que profesan. Esto produce
una relación desequilibrada e insatisfactoria. En lugar de eso, hay que
aprender en primer lugar a cuidar de sí mismo como persona madura para mantener
una relación de igual a igual, de hombre a mujer, no de padre a hija, ni de
madre a hijo. La Biblia llama al hombre a ser el líder
en el hogar y cabeza de familia. Esto no es fácil. Se aprende con la práctica y
se pule con el tiempo. Sin embargo, hay mujeres que exigen esto en un hombre
desde el mismo día que comienzan a salir o conocerse. Ellas olvidan que nunca
lo han hecho y que les llevará tiempo aprender a tomar o encontrar su lugar, y
que ellas deben de tomar su parte importante de responsabilidad.
Cuando no se tiene esta idea clara y se
lleva al extremo la opuesta, surgen por Internet este tipo de comentarios: “Cuando existen problemas en el matrimonio y este llega al
fracaso (divorcio o separación), es el hombre quien lleva la mayor
responsabilidad. ¿Por qué? Porque el hombre es la cabeza y la mujer es el
cuerpo. El hombre es responsable de todos los funcionamientos del cuerpo porque
es su guía y su líder. Aun en muchos casos cuando el cuerpo (la mujer) no haya
actuado de manera propia, es el hombre quien lleva la responsabilidad de los
actos de ella”. Ateniéndonos a estas
palabras, y siguiendo el mismo principio de su lógica, si la mujer miente,
adultera y comete todo tipo de fechorías a espaldas de su marido, la mayor
parte de la culpa es de él. Ni mucho menos comparto este pensamiento. Es más,
me parece denigrante hacia el hombre.
Un modelo factible y más real sería buscar a un cristiano que ame a
Dios con todo su corazón y esté entregado a Él, sirviéndole según sus dones,
que sea respetuoso y que te ame tal como deseas, para formar un hogar juntos.
Alguien que tenga al Señor en el primer lugar de su
vida, que sus principios y valores estén fundados y asentados sobre la Roca, a
pesar de sus fallos como ser humano.
Siendo justos
Desde luego que si observas que la relación no es
satisfactoria en absoluto y la persona que estás conociendo no cumple tus
expectativas reales, lo conveniente
es hablar y desistir. Así podrás buscar aquellas cualidades que verdaderamente
son importantes para ti en otro cristiano. Es lo más justo y maduro. Pero
tienes que ser consciente de que todo el mundo tiene virtudes y defectos, y que
siempre conocerás a otras personas que tendrán otros defectos, debilidades e
imperfecciones. Si no eres capaz de separar los defectos de las virtudes,
señalando continuamente los errores que puedan cometer (o lo que para ti son
errores), cada vez serás más crítica y exigente con tus pretendientes. Siempre
centrarás tu atención en lo que no te gusta y en las imperfecciones, nunca en
todo lo demás. No sabrás lo que es relacionarte a un nivel verdaderamente
profundo e íntimo, donde el perdón y la aceptación del otro serán parte de la
vida en pareja. Es un esquema que tendrás que cambiar sin falta. Mientras
tanto, serás esclavo de estos sesgos de atención selectivos, distorsionados y
subjetivos. Este es un problema que suele darse también en los matrimonios.
Es hora de que dejes
de buscar la utopía y de saltar de una relación a otra por este tipo de
cuestiones. Tendrás que madurar a nivel emocional y relacional.
Recuerda que existen personas maravillosas
en todos los aspectos, pero ninguna es perfecta, y más cuando el pecado que
mora en nosotros se manifiesta de distintas formas. Y eso nos atañe a todos, no
solo a los que te rodean, sino a ti mismo.
* En el siguiente enlace está el índice:
* La comunidad en facebook:
* Prosigue en: ¿Eres soltero por
intransigente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario