lunes, 13 de junio de 2022

Cartas del diablo a su sobrino “el pastor”. XXXIII

 


Para que no haya malentendidos, cualquiera que no entienda el propósito de estas “cartas”, antes deberá leer las claras explicaciones que ofrecí aquí: Cartas del diablo a su sobrino “el pastor”. Antes de comenzar, un preámbulo (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2022/06/cartas-del-diablo-su-sobrino-el-pastor.html).


Mi querido Orugario:

Sin más preámbulos, y aunque sabes que no soy muy dado a los halagos como Cocinero del Infierno, en este caso haré una pequeña excepción: por momentos me he quedado asombrado de cuánto has pulido y retorcido la maldad ante tus pacientes.
Siempre tengo en mente varios ejemplos de tus argucias: uno de ellos consiste en haberles enseñado sin descanso a que vivan por fe, como dijo uno de los discípulos del Enemigo. Pero, a la vez, estimulas continuamente sus emociones, casi siempre por medio de la música, que creen que es la única manera en que se alaba y adora al Fundador. A veces se la ofreces estridente, de altos decibelios y con estribillos llenos de proclamas militares que anhelan la condenación de los que se oponen, inculcando en sus corazones que no amen a sus enemigos. Y también lo haces con las melodías opuestas: rítmicas, suaves y repetitivas, para que entren en una especie de trance que los lleva a alterar el propio estado de la conciencia. Así creen que esa euforia es parte intrínseca de la fe, a la vez que la identifican con la misma presencia del que adoran. Y aquí viene tu victoria: cuando dejan de sentir ese ardor, creen que es porque están fríos y el Enemigo los ha expulsado de Su Presencia. Confundidos ante esta dicotomía, no saben que realmente les has enseñado a que su fe dependa de los sentimientos del momento y, como éstos son completamente volubles, la fe que poseen se tambalea constantemente, tanto que en muchas ocasiones provoca que la pierdan. ¡Ni se imaginan que han edificado su casa sobre la arena! ¡Y todo gracias a ti! ¡Mil carcajadas salen de mi boca cuando veo cómo los manipulas!
Nuestra misión se ha ido moldeando a las circunstancias. Ahora nuestra estrategia no debe basarse en hacerles creer que están errados sobre el Enemigo, sino en convencerlos que las mentiras que predicas son la verdad respecto a Él. Así creerán que es Su Palabra, cuando no lo es ni de lejos. Es algo que también hemos desarrollado usando la propia avaricia que anida en sus corazones y se la hemos vendido con el sobrenombre de Confesión positiva y Teología de la prosperidad, prácticamente unidas de la mano. El dios Mamón reina en todo su apogeo. Afirman que, proclamando con fe cualquier deseo, se cumplirá, sea riquezas, sanidad o el amor soñado. ¿Acaso no comprueban que ellos no reciben nada de esto, salvo el dinero que te llevas a sus bolsillos, engatusándolos?
Llevo décadas sonriendo cada vez que escucho a uno de estos gusanos citar con grandilocuencia ese texto de Jeremías que dice que los pensamientos que Él tiene hacia ellos son de paz y no de mal, para darles el fin que esperan. Efectivamente, el Enemigo dijo estas Palabras, pero me rio porque los cristianos de hoy en día se las aplican a sí mismos, como si fuera una promesa infalible para todos ellos que se cumplirá en esta vida. ¿Es que no han leído en Su Libro Sagrado que esta en concreto fue hecha al pueblo hebreo cuando estaba cautivo en Babilonia y les confirmó por Su Nombre que regresarían a su tierra?
Para terminar de desvariar, respalda tus ideas citando a parte de los héroes de la fe, que conquistaron reinos, taparon bocas de leones y se hicieron fuertes en batallas, pero omite el resto del mismo pasaje de esa nauseabunda carta a los Hebreos, donde se habla de otros, también héroes, de los que el mundo no era digno, que fueron atormentados, que sufrieron vituperios y azotes, estuvieron en cárceles, y fueron apedreados, aserrados y muertos por espada. ¡Son tan inocentes que hasta olvidan que el propio Jeremías sufrió escarnio, azotes y la propia cárcel! ¡Alguien que mencionan para defender la prosperidad padeció todo lo contrario!
Se les llena la boca de admiración hacia el apóstol Pablo, pero siendo uno de los cristianos que más problemas nos ha causado, fue perseguido, difamado, tratado como escoria y apedreado. Aunque fracasamos en nuestros intentos, ¡quisimos asesinarlo muchas veces a través de intermediarios que trabajaban a nuestro favor!
Son tan ridículos que muchos desprecian al santo Job, que no pecó, y cuya fe me irritó profundamente, casi tanto como lo hicieron con él su esposa y amigos. Incluso perdiéndolo todo – salud, posesiones, ganado, hijos, porque así lo propuso el Acusador ante el Trono Celestial-, no maldijo a Dios, sino que alabó el Nombre del Bendito. ¡Qué horrendas palabras y que humillación para nuestro Ejército! ¡Eso es la Fe y no la de estas víboras que se hacen llamar teólogos y venden el bienestar y los logros sociales como el verdadero éxito!
El discípulo amado del Maestro les mostró que las peticiones que fueran conforme a Su Voluntad, se cumplirían. El resto, evidentemente, no. Así es normal que, cuando sus anhelos no son colmados y llegan momentos en que la vida no les sonríe, se sientan frustrados. Si no fuera porque desconozco la empatía, sentiría hasta lástima por la ceguera espiritual de tus pacientes.
Me he paseado por los incontables rincones de sus hogares, por mera curiosidad, para ver si alguno tenía un letrero en particular, de los que tanto les gustan con Versículos, y en absolutamente ninguno he encontrado la oración de Agur, quien le pidió a Su Dios que le mantuviera del pan necesario, fuera que, si le daba riquezas, se saciara y terminara negándole, y si le daba pobreza, hurtara y blasfemara.
Llaman a Dios “Soberano del Universo” y “Señor”, cuando realmente quieren ser ellos, simples criaturas impresionables, los “soberanos” y “señores”, para gastar en sus deleites, cayendo en tentación y lazo para sus almas, tanto que algunos se extravían de la fe. ¡El barro diciéndole al Alfarero lo que tiene que hacer! ¡Cuánta ironía! Como ves, Orugario, es otra victoria que debes apuntarte.
Una vez que han creído todas estas falacias, lo tienes rematadamente fácil para seguir embaucándolos. Como les has enseñado a que decreten, que cualquier cosa que digan con fe será hecha, y has omitido sabiamente las palabras del Hombre, “hágase tu voluntad” y de su hermano, “si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”, cuando alguno de ellos no reciba lo “prometido” o enferme, sé contundente y dirígete en estos términos: “Estás enfermo por tu falta de fe. Además, seguro que tienes algún pecado oculto que no quieres reconocer. Desgarra tus vestiduras y ayuna hasta que tu maldad sea revelada. De esta manera, quizá, puede, ya se verá, para el año que viene, te sientas mejor. ¡Y si mueres será una prueba irrefutable de tu falta de arrepentimiento!”.
Ni se te ocurra explicarles nada de lo que te he expuesto sobre estos trascendentales asuntos, ni les digas que fueron bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, al haber sido perdonados, hechos hijos Suyo y tener preparada una morada. Abre tu boca con aparente denuedo y, con voz tronante, proclama que, buscando el reino de Dios y su justicia, todas las cosas les serán añadidas. Pero no les digas que, en verdad, el Fundador no dijo “todas las cosas”, sino “estas cosas”, que se referían a la comida, la bebida y la vestimenta necesaria para vivir, como el propio pasaje enseña en su conjunto, y no a riquezas ni lujos.
Con todo lo que te he mostrado, tienes material para engañar a miles, incluso si pudieras, a los escogidos. Así seguirán buscando lo terrenal. Será nuestro infernal secreto. Sigue mostrándoles las zanahorias como anzuelo, para que, como conejos hipnotizados, corran detrás de ellas sin posibilidad de alcanzarlas hasta que queden extenuados, dejando a un lado las promesas Celestiales y abandonen la carrera.

Tu cariñoso tío,

ESCRUTOPO.

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