lunes, 14 de junio de 2021

Mi exhortación a los cristianos que no le sacan provecho a su propio muro de Facebook

 

Antes de entrar en matería, y ante la posibilidad de que muchos cristianos huyan de aquí al leer la palabra “exhortación” –al creer que es sinónimo de “bronca”, y más si lo han padecido en persona-, quiero explicar brevísimamente el término para que entiendan mis intenciones.
En el griego original del Nuevo Testamento, exhortar es “apremiar a alguien para que siga un curso de conducta”[1]. Y en castellano es todavía más claro: “Incitar a alguien con palabras, razones y ruegos a que haga o deje de hacer algo”[2]. Ese es mi deseo al exhortar: animar con las mejores intenciones posibles a todos los cristianos a tomar una conducta determinada. Es lo que deberíamos hacer todos los creyentes (no solo los pastores), como bien se nos enseña: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría. [...] Exhortaos los unos a los otros. [...] Alentaos los unos a los otros. [...] Animaos unos a otros y edificaos unos a otros (Col. 3:16; He. 3:13; 1 Ts. 4:18; 1 Ts. 5:11).
Como en otra ocasión ahondaré sobre el significado de “exhortación”, espero que sea suficiente para que queden claros mis propósitos, y sea recibido con ánimo y positividad. Que nadie entienda este artículo y los dos siguientes como un ensañamiento ni una alusión a nadie, sino como una crítica constructiva, que es la que siempre tenemos que hacer. Así podremos ver un marco de actuación que muchos cristianos están desaprovechando por distintas razones, y que, una vez encauzadas con ciertas pautas, podría ser de mucha utilidad al quitarse los corsés que les ahogan y temen.

Los muros de los cristianos en las redes sociales
La realidad que nos encontramos en el día a día en Internet es que un porcentaje muy alto de cristianos están desaprovechando una herramienta muy útil en pleno siglo XXI para anunciar “todo el consejo de Dios” (Hch. 20:27). Algunos piensan que “Facebook” es “mundano” y no se debería usar para asuntos divinos. Estas personas olvidan que todo depende del uso que se le dé, ya que, en sí, es neutral. Bien dijo el teólogo y escritor alemán José Hutter que “la rueda podía servir para un carro de combate romano o para llevar al primer ministro de Etiopía –recién convertido- de vuelta a casa. Un barco podía atacar una ciudad o llevar al apóstol Pablo a evangelizar media Europa. Un tren sirvió tanto para llevar millones de judíos a campos de concentración, como sirve para llevar unos abuelos para una visita de sus hijos y nietos. La tecnología nuclear se empleaba tanto para erradicar dos ciudades japonesas en un segundo, como para facilitar energía a millones de hogares. Y de la misma manera, la tecnología digital sirve tanto para establecer un infierno totalitario sin igual en la historia, como para facilitarnos avances y un bienestar sin parangón”. Lo mismo con esta red social: se puede usar para difundir las mayores barbaridades ideológicas como para anunciar el camino de Dios.
En consecuencia, todo depende del “usuario”, y lo que se observa es que apenas hay diferencia –y en muchos casos ninguna-, entre “el muro” de un creyente y el de un inconverso: fotos personales por doquier (a solas, con los amigos, con la pareja sentimental o la familia), vídeos humorísticos, de música o de política, anuncios de individuos y animales desaparecidos, comentarios sobre aficiones como los deportes en general, el cine, el mundo de la farándula, la literatura, etc.
En algunos casos se busca la aprobación social, una dosis de autoestima o mostrar cuán apasionantes son sus vidas, tema que ya traté en “Por favor, dime lo bueno que soy, que me quieres, y hazme sentir especial” (https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2018/01/por-favor-dime-lo-bueno-que-soy-que-me.html) y “El cristianismo convertido en un show para el beneficio y el lucimiento personal” (http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/01/el-cristianismo-convertido-en-un-show.html). En otros, solo quieren exponer momentos “felices” y de alegría, o compartir con desconocidos o con amigos virtuales los gustos propios.
Personalmente, es algo que no hago porque no me gusta ni me hace falta, pero considero perfectamente lícito que otros lo lleven a cabo si es de su agrado, siempre y cuando sea de forma equilibrada y sin caer en la excesiva autoexposición ni en el puro postureo. Ahora bien, por norma general, ¿qué suele suceder en lo que concierne a los múltiples factores de la fe, la enseñanza escritural y la fe cristiana? Que, en la mayoría de los muros de los creyentes, todo esto suele brillar por su ausencia. Y es por eso que afirmo que se le saca muy poco beneficio a esta red social en concreto.

Las razones que llevan a muchos cristianos a no usar su muro
¿Qué le sucedió a Juan el Bautista cuando dijo la verdad, señalándole a Herodes su pecado? No en el momento, pero poco tiempo después le cortaron la cabeza. Y, en otras formas más metafóricas, es lo que suele suceder cuando expones tu fe y la ética cristiana ante todo el mundo en tu propio nicho de Facebook:

- Habrá personas que pensarán mal de ti.

- Habrá personas que te eliminarán de entre sus contactos.

- Habrá personas que, en la vida real, se alejarán de tu compañía.

- Habrá personas que te verán como un fanático religioso.

- Habrá personas que te evitarán.

- Habrá personas que te ignorarán.

- Habrá personas que arremeterán contra tus palabras.

- Habrá personas que llegarán al insulto personal.

- Habrá personas que, llenas de prejuicios, dejarán comentarios de menosprecio.

Ante esta situación, muchos no están dispuestos a pagar ese precio. ¿A quién le gusta que piensen mal de uno, que le bloqueen, eliminen o ignoren, que le vean como un sectario, que le rehúyan y que le ataquen? ¡A nadie! Puede desanimar a cualquiera encontrarse en medio de un “tiroteo virtual”, donde le acribillan sin miramientos.
Por eso prefieren vivir tranquilos y sin meterse en “problemas” hablando de temas de la moral cristiana que difiere de la opinión de la sociedad caída: aborto, relaciones prematrimoniales, homosexualidad, matrimonio, ideología de género, filosofías paganas, falta de pudor, uso del alcohol para fines desinhibidores, etc. Prefieren caer simpático a todo el mundo, hablar de lo “bonito que es el amor”, con eslóganes como “vive y deja vivir”, y subiendo a las redes vídeos, fotos y comentarios que saben que serán regados de likes.
Desde ese punto de vista, y en términos meramente humanos, es perfectamente comprensible, pero, a la vez, están perdiendo oportunidades de oro de ser usados por Dios empleando un método más y al alcance de casi cualquiera, de manera sencilla y adaptada a estos tiempos para seguir llevando a cabo el mandato de Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr. 16:15).

Continuará en: ¿Cómo puede un cristiano sacarle rendimiento a su propio muro de Facebook para enseñar a otros sobre su fe? 


[1] ´Parakaleo`: “Llamar a una persona”; ´Paraineo`: “Recomendar, advertir”; ´Diamartoromai`: “Testificar exhaustivamente, dar un solemne testimonio”; ´Paraklesis`: Denota “ruegos, aliento”. Vine, W.E. Diccionario Expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento. Caribe.

[2] Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005.


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