Antes de entrar en
matería, y ante la posibilidad de que muchos cristianos huyan de aquí al leer
la palabra “exhortación” –al creer que es sinónimo de “bronca”, y más si lo han
padecido en persona-, quiero explicar brevísimamente el término para que
entiendan mis intenciones.
En el griego original del Nuevo
Testamento, exhortar es “apremiar a
alguien para que siga un curso de conducta”[1]. Y en castellano es todavía más claro: “Incitar a alguien con palabras, razones y
ruegos a que haga o deje de hacer algo”[2]. Ese es mi deseo al exhortar: animar con las mejores intenciones posibles
a todos los cristianos a tomar una conducta determinada. Es lo que
deberíamos hacer todos los creyentes (no solo los pastores), como bien se nos
enseña: “La palabra de Cristo more en
abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría. [...] Exhortaos los unos a los otros. [...] Alentaos los unos a los otros. [...] Animaos unos a otros y edificaos unos a otros” (Col. 3:16; He. 3:13; 1 Ts. 4:18; 1 Ts.
5:11).
Como en otra ocasión
ahondaré sobre el significado de “exhortación”, espero que sea suficiente para
que queden claros mis propósitos, y sea recibido con ánimo y positividad. Que
nadie entienda este artículo y los dos siguientes como un ensañamiento ni una
alusión a nadie, sino como una crítica constructiva, que es la que siempre
tenemos que hacer. Así podremos ver un marco de actuación que muchos cristianos
están desaprovechando por distintas razones, y que, una vez encauzadas con
ciertas pautas, podría ser de mucha utilidad al quitarse los corsés que les
ahogan y temen.
Los muros de los cristianos en las redes sociales
La realidad que nos
encontramos en el día a día en Internet es que un porcentaje muy alto de
cristianos están desaprovechando una herramienta muy útil en pleno siglo XXI
para anunciar “todo el consejo de Dios”
(Hch. 20:27). Algunos piensan que “Facebook” es “mundano” y no se debería usar
para asuntos divinos. Estas personas olvidan que todo depende del uso que se le
dé, ya que, en sí, es neutral. Bien dijo el teólogo y escritor alemán José
Hutter que “la rueda podía servir para un carro
de combate romano o para llevar al primer ministro de Etiopía –recién
convertido- de vuelta a casa. Un barco podía atacar una ciudad o llevar al
apóstol Pablo a evangelizar media Europa. Un tren sirvió tanto para llevar
millones de judíos a campos de concentración, como sirve para llevar unos
abuelos para una visita de sus hijos y nietos. La tecnología nuclear se
empleaba tanto para erradicar dos ciudades japonesas en un segundo, como para
facilitar energía a millones de hogares. Y de la misma manera, la tecnología digital sirve
tanto para establecer un infierno totalitario sin igual en la historia, como
para facilitarnos avances y un bienestar sin parangón”. Lo mismo con esta red
social: se puede usar para difundir las mayores barbaridades ideológicas como
para anunciar el camino de Dios.
En consecuencia, todo depende del “usuario”, y lo que
se observa es que apenas hay
diferencia –y en muchos casos ninguna-, entre “el muro” de un creyente y el de
un inconverso: fotos personales por
doquier (a solas, con los amigos, con la pareja sentimental o la familia),
vídeos humorísticos, de música o de política, anuncios de individuos y animales
desaparecidos, comentarios sobre aficiones como los deportes en general, el
cine, el mundo de la farándula, la literatura, etc.
En algunos casos se
busca la aprobación social, una dosis de autoestima o mostrar cuán apasionantes
son sus vidas, tema que ya traté en “Por
favor, dime lo bueno que soy, que me quieres, y hazme sentir especial” (https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2018/01/por-favor-dime-lo-bueno-que-soy-que-me.html) y “El
cristianismo convertido en un show para el beneficio y el lucimiento personal”
(http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/01/el-cristianismo-convertido-en-un-show.html). En
otros, solo quieren exponer momentos “felices” y de alegría, o compartir con
desconocidos o con amigos virtuales los gustos propios.
Personalmente, es
algo que no hago porque no me gusta ni me hace falta, pero considero
perfectamente lícito que otros lo lleven a cabo si es de su agrado, siempre y cuando sea de forma equilibrada y
sin caer en la excesiva autoexposición ni en el puro postureo. Ahora bien, por norma general, ¿qué suele suceder en lo que concierne a los
múltiples factores de la fe, la enseñanza escritural y la fe cristiana? Que, en la mayoría de los muros de los
creyentes, todo esto suele brillar por su ausencia. Y es por eso que afirmo
que se le saca muy poco beneficio a esta red social en concreto.
Las razones que llevan a muchos cristianos a no usar su
muro
¿Qué le sucedió a
Juan el Bautista cuando dijo la verdad, señalándole a Herodes su pecado? No en
el momento, pero poco tiempo después le cortaron la cabeza. Y, en otras formas
más metafóricas, es lo que suele suceder cuando expones tu fe y la ética
cristiana ante todo el mundo en tu
propio nicho de Facebook:
- Habrá personas que
pensarán mal de ti.
- Habrá personas que
te eliminarán de entre sus contactos.
- Habrá personas que,
en la vida real, se alejarán de tu compañía.
- Habrá personas que
te verán como un fanático religioso.
- Habrá personas que
te evitarán.
- Habrá personas que
te ignorarán.
- Habrá personas que
arremeterán contra tus palabras.
- Habrá personas que
llegarán al insulto personal.
- Habrá personas que,
llenas de prejuicios, dejarán comentarios de menosprecio.
Ante esta situación,
muchos no están dispuestos a pagar ese precio. ¿A quién le gusta que piensen
mal de uno, que le bloqueen, eliminen o ignoren, que le vean como un sectario,
que le rehúyan y que le ataquen? ¡A nadie! Puede desanimar a cualquiera
encontrarse en medio de un “tiroteo virtual”, donde le acribillan sin
miramientos.
Por eso prefieren
vivir tranquilos y sin meterse en “problemas” hablando de temas de la moral
cristiana que difiere de la opinión de la sociedad caída: aborto, relaciones
prematrimoniales, homosexualidad, matrimonio, ideología de género, filosofías
paganas, falta de pudor, uso del alcohol para fines desinhibidores, etc.
Prefieren caer simpático a todo el mundo, hablar de lo “bonito que es el amor”,
con eslóganes como “vive y deja vivir”, y subiendo a las redes vídeos, fotos y
comentarios que saben que serán regados de likes.
Desde ese punto de
vista, y en términos meramente humanos, es perfectamente comprensible, pero, a
la vez, están perdiendo oportunidades de oro de ser usados por Dios empleando
un método más y al alcance de casi cualquiera, de manera sencilla y adaptada a estos tiempos para seguir llevando a
cabo el mandato de Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura” (Mr. 16:15).
Continuará en: ¿Cómo puede un cristiano sacarle rendimiento a su propio muro de Facebook para enseñar a otros sobre su fe?
[1] ´Parakaleo`: “Llamar a una persona”; ´Paraineo`: “Recomendar, advertir”; ´Diamartoromai`: “Testificar exhaustivamente, dar un solemne testimonio”; ´Paraklesis`: Denota “ruegos, aliento”. Vine, W.E. Diccionario Expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento. Caribe.
[2] Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005.
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