lunes, 25 de noviembre de 2024

8. ¿Qué deben hacer hombres y mujeres? & El propósito final

 


Venimos de aquí: Y, aun así, hombres y mujeres se emparejan, y luego viene el desastre y la infelicidad & ¿Dónde está el fallo? (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2024/11/7-y-aun-asi-hombres-y-mujeres-se.html).

Recuerdo que estos artículos hay que leerlos en su conjunto, con perspectiva global, y sin saltarse el orden en que son publicados.

Para acabar, quiero hacerlo con cuatro apuntes:

1) Un camino juntos
Con todo lo que hemos visto en esta serie de escritos, puede dar la impresión de que necesitamos ser hombres o mujeres INCREÍBLES, EXTRAORDINARIOS Y MARAVILLOSOS –así, todo junto, en mayúsculas-, para lograr la atención del otro sexo y ser merecedor de su amor. No va mi intención por ahí: creo en el crecimiento mutuo dentro de la pareja, donde dos personas abrazan un mismo camino y deciden, de la mano, transitarlo juntos y seguir madurando, siendo este un proceso que nunca acaba. Y esto lo logran dando lo mejor de sí mismos, motivándose mutuamente, sacrificándose, esforzándose, cediendo, y tratando al otro con el mismo amor que piden para sí mismos.
Si todos tuvieran que estar, antes de una relación, en el máximo de su desarrollo personal, nadie se juntaría con nadie. Llegarían a viejos, y todos dirían: “todavía no”. El problema viene cuando sucede lo contrario: personas muy limitadas, en muchos aspectos, que buscan una reina de diez o un príncipe azul, cuando ellos no lo son, ni de lejos. Es como si estudias para sacar un cinco y luego te sientes defraudado porque no sacaste un nueve.

2) ¿Citas amorosas? & Alternativas sobre dónde y cómo buscar
Ya apunté en el escrito que precede a este, que el tipo de hombre y de mujer que reúne las condiciones que hemos estado desarrollando no suele estar en discotecas y lugares semejantes. De igual manera, considero que, lo que hoy en día se conoce como “mercado de citas”, es más un problema que una ayuda. Sí, puedes salir a dar un paseo por una feria medieval y a cenar tranquilo con alguien para conocerlo más. El problema es que suele suceder lo contrario: añade una presión descomunal en ambas partes. Se suele ver como un “todo” o “nada”.
Se da una tensión y unos nervios que dificultan mostrarse espontáneo –por lo que más de uno recurre al alcohol para calmarse o desinhibirse-, que lleva a proyectar una imagen que no se corresponde con la realidad. Por otro lado, abrirse, de buenas a primeras, con alguien que apenas conoces, puede ser cortante, incluso violento. Muchos creen que mostrarse tímido al principio es una muestra de inseguridad, cuando es todo lo contrario: es una mezcla de sensatez e inteligencia emocional. Ignorar esta certeza es un error en el que caen las personas extrovertidas: piensan que todas deben ser como ellas, impidiendo al otro demostrar su personalidad, por el simple hecho de no concederle tiempo. Aparte:

- analizas, y te analizan, al milímetro.
- descartas, o te descartan, por nimiedades o cualquier pequeño detalle, que podría negociarse a posteriori.
- interrogas, y te interrogan, como si fuera un examen.

Por eso, muchos terminan desilusionándose y cayendo en la desgana, considerando las citas como energías malgastadas y una pérdida de tiempo.
Además, son como citas artificiales: buscan el romance, en lugar de a la persona, por lo que se enamoran del amor, no del otro como ser humano. 
Así que, mi propuesta, que cada cual es libre de aceptar o no, es buscar la socialización por “intereses en común”. Es decir, si tienes ciertas aficiones o practicas determinadas actividades, socializa con las personas que son parte de ese grupo. Por citar unas pocas entre las decenas existentes, y que puedes buscar en tu ciudad o alrededores: talleres o clubs de lectura, de cine, de submarinismo, de pádel, de senderismo, de cocina, de patinaje, de idiomas, de informática, de pintura, de astronomía, de gastronomía, de jardinería, de fotografía, de poesía, de teatro, de música, de canto, o en lugares como la universidad, clases particulares, el trabajo o en una iglesia si eres practicante.
De manera natural, podrás ir conociendo a aquellos del sexo opuesto de manera sencilla y haciendo amistades entre los que más te llamen la atención. Ahí sí será más plausible, y las posibilidades se elevarán. Entonces, al conocer a alguien así, que verdaderamente te llame la atención por cómo es, ya sí tendría total sentido comenzar a tener citas para tratarse más profundamente.
Salir llorando en una red social de forma dramática, aparte de repeler, quejándote de que sales de marcha todos los fines de semana y no encuentras nada en los antros, es un despropósito.

3) Sin garantías
Nada de lo que hemos visto le garantiza a un hombre o a una mujer poder encontrar la persona adecuada y que busca:

- En ellas: ser femeninas, agradables, fieles, pudorosas, elegantes, cuidadosas con su salud y físico, internamente ricas y con sanos intereses.
- Y en ellos: ser auténticos hombres, inteligentes, buenos oyentes, emocionalmente implicados, proactivos y cariñosos...

... no es una fórmula matemática ni un algoritmo que garantice el éxito en las relaciones humanas sentimentales. Aquí no existe la infalibilidad, y menos en esta sociedad disoluta donde impera la anarquía en cuanto a valores, que ya de por sí están bastante distorsionados, hasta el punto en que se asevera que el bien y el mal son subjetivos.
Además, nadie está obligado a que le gustes, como tú no estás obligado a que nadie te guste. Ahora bien, las posibilidades serán mayores si se aplica todo lo que hemos visto, y si ambos sexos aceptan las diferencias en los gustos del otro.

4) Sé un individuo pleno
Al llegar a este desenlace, muchos pueden opinar que el fin de todo es encontrar pareja. Y espero que las líneas que he desarrollado te ayuden a lograrlo. Pero quiero ir más allá de eso.
Muchos dicen: “¿Para qué me voy a cuidar? ¿Para qué voy a hacer deporte? ¿Para qué me voy a instruir? ¿Para qué voy a adquirir riqueza interna? ¿Para qué voy a leer grandes libros? ¿Para qué me voy a convertir en un individuo que sabe escuchar y es alegre? ¿Para qué... si no ligo y nadie se interesa por mí?”. Ese es un enfoque triste y errado.
Lo que debes desear es ser una persona plena, estés casada o soltera, con pareja o sin ella, y eso se logra convirtiéndote en la mejor versión personal. Y eso lo haces por ti mismo, por los que te rodean y por la sociedad en general. Que millones no lo hagan no es una excusa barata ni te exime de nada. Luego, lo que tenga que pasar, pasará, en un sentido u otro. Tanto si hallas esa persona que quieres como si no, te sentirás como una mujer o un hombre pleno.
Para profundizar en este tema: “El hombre en el castillo. Es insoportable. Mirar a través del portal y ver las personas que podrías haber sido, y que de todas las opciones, esta sea en la que te has convertido” (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2019/12/13-es-insoportable-mirar-traves-del.html).
Sin más, aquí lo dejo. El tiempo dirá si toco otros temas que afecten a los hombres y a las mujeres –aunque el blog ya está lleno de ellos-, y escucharé propuestas si alguien las deja en los comentarios.

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