lunes, 7 de octubre de 2024

5. ¿Qué buscan las mujeres en un hombre como pareja? (1ª parte)

 


Venimos de aquí: ¿Qué buscan los hombres en una mujer como pareja? (2ª parte): https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2024/09/4-que-buscan-los-hombres-en-una-mujer.html 

Recuerdo que estos artículos hay que leerlos en su conjunto, con perspectiva global, y sin saltarse el orden en que son publicados.

En esta primera parte, me centraré en la parte interna del hombre, y dejaré la externa para la segunda, aunque ambas van de la mano.
Para comenzar, lo haré con unas palabras muy parecidas a cuando aludí lo que un hombre busca en una mujer: como hombre, puedes enojarte y negarlo todo, creyendo que la mujer debe pensar, sentir y desear como tú. Pero no es el caso. Así que solo puedes aprender y reflexionar, en lugar de culpar al sexo femenino de cómo es o de rechazar estas afirmaciones.
Hago una puntualización a mis palabras para no conducir a errores: por un lado, lo que desean el uno del otro, en muchas ocasiones, se suelen solapar y entrelazar, o al menos, parecer. En otras, y como aquí estamos generalizando, basándonos en mayorías, puede que haya mujeres que deseen lo que desean los hombres y hombres que desean lo que desean las mujeres. Los detalles ya son particulares de cada uno, pero lo habitual suele ser lo que estamos viendo y vamos a ver a continuación.
Una mujer sensata, emocionalmente madura e inteligente, con los pies en la tierra, que no se guía por las ensoñaciones hollywoodenses, que no se ha dejado absorber el cerebro por el feminismo radical y rencoroso, y que no busca un unicornio inexistente...

1) desea que sea un hombre
Puede sonar ridículo y redundante el subtítulo: claro, si una mujer busca un hombre, es que quiere un hombre. Pero, hoy en día, ¿todos los hombres son hombres? Biológicamente, sí. Si es XY, es una persona del sexo masculino, diga sentirse de una manera u otra, y por mucho que la ideología de género afirme falazmente lo contrario.
Ahora bien, ser hombre, en el sentido global del término, debe abarcar más cualidades, no solo las referentes a los cromosomas. Y ahí es donde hay hombres que son poco masculinos y no atraen a las mujeres. Por mucho que haya feministas que hablen de deconstruir y hacerlos “a su imagen y semejanza”, a las mujeres no les gusta para una relación seria los que son físicamente debiluchos y con un carácter pusilánime. Contra la biología y el sentido común no se puede luchar. Hacerlo es, en sí mismo, antinatural.
Un hombre de verdad, por definición, no es un niño, sino alguien seguro de sí mismo y que se respeta, independiente, emocionalmente estable, con pleno control sobre sus actos y sus palabras, con una sana autoestima, íntegro, honrado, servicial, resiliente, protector, confiable, sincero y respetuoso. En definitiva, con valores y principios. Como ya resalté cuando me referí a la mujer, y usando casi la misma expresión, eso es un verdadero carácter masculino, y esas sí son verdaderas cualidades, que no tiene nada que ver con la chequera, con un determinado estatus social, con el coche que conduce, con la casa que tiene o con lo bien que cocina.
Esto no quiere decir que se muestre perfecto o que no tenga a veces alguna inseguridad, malos momentos o de tristeza, sino que tiene un carácter formado en todos los aspectos: mental, emocional, moral y espiritualmente.

2) desea que sea inteligente
Lo primero que se viene a la mente al ver semejante encabezado es: “que tenga estudios universitarios”, “que tenga dos carreras”, “que haya hecho un máster”, “que sepa varios idiomas” o “que posea un alto coeficiente intelectual”. Pero no, no van por ahí mis intenciones. Para empezar, si tiene todo lo citado y un carácter nada o poco agradable, sus conocimientos no importarán lo más mínimo. Siendo esa la base –un buen carácter, formado de sanos valores-, la inteligencia a la que hago alusión se refiere a la de una persona internamente rica. Y perdón por la insistencia, pero esa clase de inteligencia se obtiene:

- de los libros.

- de aprender de las experiencias, tanto propias como ajenas, convirtiendo el conocimiento en inteligencia emocional y en sabiduría.

No todo es saber de fútbol, música, videojuegos, cine y economía. El saber de la humanidad es tal que no tiene límites. Nadie puede decir: “Ya lo sé todo. No tengo nada más que aprender”. Un hombre que extrae enseñanzas vitales, y las pone en práctica, que es reflexivo, que se interesa por lo que sucede en el mundo en general y en la sociedad en la que vive, que sabe reírse de sí mismo, que relativiza y pone en persperctiva las circunstancias negativas que le acontecen, que domina sus emociones, que tiene tema de conversación fuera de lo superfical, que sabe hacer una sana introspección, que no es altivo ni hace ostentación de sus conocimientos fuera de lugar, que es agradable en el trato, que sabe cuando es mejor callar y no responder, despierto, vivo, perspicaz e instruido, es un HOMBRE en mayúsculas. Y eso suele provocar el entusiasmo en una mujer de alto valor, mucho más que las carreras universitarias o los títulos.

3) desea que sea proactivo
Un factor que espanta a casi todas las mujeres son los hombres que, con su tiempo libre, son pasivos. En lugar de un hombre que ve cómo pasa la vida –visto como un “aburrido”-, les gusta un hombre proactivo, y que emplea el tiempo en su provecho y en el de los demás.
Aquel que toda su existencia, más allá de los estudios o el trabajo, se lo pasa delante de un teléfono móvil, tirado en la cama, viendo algún deporte en televisión o jugando a videojuegos, es alguien que no tiene atractivo alguno. Da la impresión de ser un espíritu apagado. ¿Qué puede haber momentos para todo eso? Sin duda. Pero si esa es lo normal, entonces apaga y vámonos. Sería el equivalente que ya vimos respecto a la mujer, la que se limita a las telenovelas, las compras y poco más.
Un hombre que tiene iniciativa es interesante para una mujer, porque ella sabe que podrá ser partícipe de dichos propósitos, a los que añadirá los propios. Y aquí me refiero a todo lo que uno se puede imaginar, tanto lo externo como lo interno, tanto lo que enriquece la calidad de vida como los que enriquece el interior:

- emplear los propios talentos y dones.
- tener proyectos y esforzarse en llevarlos a cabo.
- pasear por el campo.
- montar en bicicleta.
- leer literatura clásica y moderna.
- escuchar buena música.
- ver cine clásico.
- estudiar sobre ciertas temáticas (filosóficas, teológicas, históricas).
- asistir a conferencias.
- aprender nuevas habilidades.

La variedad es tan grande que dependerá de cuán profunda sea la persona. A intereses más vacíos, más superficial resultará. A mayor disposición, más profundo será ese hombre. Esa es la verdadera riqueza que debe buscar una mujer en el sexo opuesto.
Muchos hombres y mujeres entran en una relación sin tener esto en cuenta. Creen que todo serán mariposas eternas en el estómago, y que no importa los intereses que tengan cada uno, tanto por separado como en común. Cuando se dan cuenta de que las miradas de amor no bastan para sostener una pareja unida, todo se desmorona.
Para leer más al respecto: ¿Cómo repercute el paso del tiempo en una relación?: La monotonía en el noviazgo y el cuidado de la apariencia física (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2020/02/1093-como-repercute-el-paso-del-tiempo.html).

4) desea que la conozcan
Esto puede ser tan obvio que puede confundir a muchos. Conocer a una persona –en este, caso, una mujer-, no consiste únicamente en saber sus colores y comidas favoritas, o la talla de pantalón que usa. Por su propia naturaleza, donde las relaciones humanas están en la escala máxima de importancia, ellas necesitan abrirse de par en par y hablar de sí mismas, y que el hombre se interese realmente por su mundo interior.
Aquí entrarían decenas de aspectos, donde el hombre debe aprender a facilitar su exposición, mostrando atención y escucha activa, usando también el lenguaje no-verbal. Por supuesto, esto implica hacer preguntas en lugar de estar mirando el móvil mientras dice “sí, sí, te estoy escuchando”.
Así ella podrá contar lo que le gusta, lo que le molesta, sus sentimientos más profundos, sus miedos, sus ilusiones, sus sueños, sus gustos y aficiones, su pasado, lo que espera de la vida, su relación con sus amigas y familiares, cómo reacciona ante diversas vicisitudes de la vida, etc. Solo así verá que es importante para ese hombre y que quiere realmente conocerla.
Como vimos en “Hombres y mujeres: distintos, pero complementarios” (https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2018/01/hombres-y-mujeres-distintos-pero.html), ellas suelen hablar el doble de palabras diarias, porque “en las zonas del cerebro responsables del lenguaje, las mujeres tienen el 11% más de neuronas que los hombres”[1]. Al igual que la masa ósea de ambos sexos difiere sobremanera, nuestro cableado cerebral también es diferente. Esto es algo que el hombre debe tener muy en cuenta, para convertirse en alguien que sabe escuchar. Es la única manera en que una mujer sepa que de verdad le interesa su verdadero ser interior.

5) desea complicidad emocional
Intrínsecamente unido al punto anterior, cuando me refiero a complicidad, hago alusión a un hombre cercano. Por lo general, y por lo que citamos en el cuarto apartado, al hombre le cuesta más hablar de sus emociones y abrir su corazón, por lo que se les hace más dificultoso escuchar a las mujeres cuando lo hacen.
No sé si alguna vez te ha pasado, pero este ejemplo explicará muchas cosas: entras a estudiar en una nueva aula y allí hay varias chicas. Con alguna de ellas hablas con naturalidad y espontaneidad, y mirándola a los ojos con sencillez, sin dobles intenciones. En los ratos libres, comienzas a hablar de asuntos livianos. Conforme pasan los días, y sin darte cuenta, alguna empieza a contarte de sí, de su vida y sus circunstancias, de sus alegrías y tristezas. ¿Por qué lo hace? Porque nota que eres alguien cercano con el que se siente cómoda. También desea que expreses tus emociones, y no solo ella, puesto que así se conectan las mujeres en sus relaciones humanas: de corazón a corazón. Con esto no quiero decir de un varón que se pase el día llorando, sino que sea un hombre en todo su conjunto: mente y corazón.
Alguien como el descrito es visto como una persona de confianza, que, se intuye, ofrecerá apoyo en los malos momentos, ante el que se podrá llorar con libertad, que dará un abrazo cuando se le busque y que estará ahí cuando se le necesite. Por lo tanto, la pregunta sería: ¿eres esa clase de hombre? Si no lo eres, o es una destreza que debes mejorar, tanto si tienes pareja como si no, y sabiendo que no es algo fácil, te recomiendo leer “¿Sabes escuchar y comunicarte con tu pareja? ¿Te comunicas de forma no-verbal?” (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2019/06/1072-sabes-escuchar-y-comunicarte-con.html). Ahí va de forma específica para los novios, pero te servirá a cómo aprender a desarrollar una aptitud que las mujeres valoran sobremanera, y que, independientemente de ello, te hará crecer como ser humano.

Continuará en “¿Qué buscan las mujeres en un hombre como pareja?” (2ª parte)


[1] Doctor Hugo Liaño, jefe del servicio de Neurología de la Clínica Puerta de Hierro de Madrid y autor de “Cerebro de hombre, cerebro de mujer” (Ediciones B).

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