Venimos
de aquí: Superman: un falso Dios:
Aunque
los sucesivos directores señalan que se han inspirado para la mitología del
personaje tomando como base parte del judeocristianismo, las diferencias son
abismales. Como ya dije en la primera parte, los títulos de las películas irán
citadas en color azul y los cómics en rojo.
Grandes diferencias entre Jesús –el Hijo de
Dios- y Kal-El –el Hijo de Jor-El (que haberlas, haylas; y muchas)
Subrayaremos
algunas de esas disparidades usando varios ejemplos de ciertas características,
con la intención de comprobar que los patrones son constantes y repetitivos, al
contrario que los apuntados por aquellos que se agarran a alfileres para sacar
sus propias conclusiones e ideas fuera de lugar.
1. El lado oscuro y la luz
Empezaré
por una razón muy poderosa y que los cristianos que realzan a este personaje
comparándolo con Jesús pasan por alto. La encontramos en la tercera película
que protagonizó Christopher Reeve sobre el personaje en 1983: Superman tenía un lado oscuro, una
parte malvada dentro de sí, como todo hombre, aunque fuera de otro planeta.
Esta parte de sí se manifestó
claramente cuando tocó un pedazo de kryptonita, ligeramente modificada en un laboratorio respecto a la
original[1]. Como el villano de turno dice de Superman: “Empezó a transformarse en un ser agrio, malvado,
malicioso, egoísta”. No es que no fuera él,
sino que ese reverso tenebroso era parte de él. En la serie Smallville
–protagonizada por Tom Welling- es la kryptonita negra la que hace florecer el
lado oscuro de Clark. En los cómics vemos ampliamente este concepto, como en All-Star Superman: “Ya
sé qué me hace la kryptonita negra... me vuelve malo. ¿Y sabes una cosa? ¡A una
parte de mí empieza a gustarle la idea! [...] ¡La Tierra! ¡Míralos! ¡Hormigueando
como fútiles insectos al sol! ¿Quién va a impedirme hacer lo que me dé la gana?”.
Son palabras del mismo superhéroe.
También
encontramos versiones no tan afables del personaje. Puede ser manipulado
y engañado, como hizo el ser llamado Dominus, que llevó al kryptoniano a
convertirse en un dictador y proclamarse rey del mundo. En el caso de que Superman existiera, él
también necesitaría de un Salvador que lo salvara de sí mismo.
Por el
contrario, en Jesús no había ni el más mínimo asomo de tinieblas u oscuridad.
Él dijo de sí mismo que es “la luz del
mundo” (Jn. 8:12) y Juan que “Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él”
(1 Jn. 1:5). Siendo luz y Dios, nadie pudo acusarle objetiva y justamente de algún tipo de mal: “¿Quién de vosotros me redarguye de
pecado?” (Jn. 8:46).
Superman
le dijo a Lois en su primera entrevista que nunca miente, lo cual no es cierto.
Clark Kent miente continuamente para ocultar su identidad secreta. En cierta
manera, muestra una doble personalidad. Si Jesús se alejaba en muchas ocasiones
era porque querían hacerlo “rey” (rey humano), cuando en su primera venida no
era ese su cometido. No tenía una doble vida ni mostraba una doble cara. En Jesús
(Dios) “no hay mudanza,
ni sombra de variación” (Stg. 1:17).
2. Violencia & Paz
Aunque no suele
emplearla de manera gratuita, Superman usa su fuerza física y sus poderes para
derrotar a sus enemigos o imponer la paz, algo más propio del ideario que
promulgaban personajes históricos como el Che Guevara. Juró en el pasado no
matar a nadie, aunque en ocasiones no lo ha cumplido. Lo hizo de manera
implícita en sus primeras apariciones en Action Comics
y luego de manera explícita a tres
kryptonianos con el mortífero mineral en el último cómic del guionista y
dibujante John Bryne en Superman (Superman #22; 1988), al monstruo Doomsday
en La muerte de
Superman (Superman #75;
1992), a Green Arrow a puñetazos y al Joker atravesándole el pecho en el
universo alternativo de Injustice Gods Among Us
(Injustice #4; 2013) a
Zod partiéndole el cuello en El hombre de
acero (2013) y al hechicero de la quinta dimensión llamado
Mxyzptlk en ¿Qué
fue del hombre del mañana? (Action Comics #583; 1986). Tras acabar con él, dijo: “Partido en dos, entre dimensiones. Ha
sentido pánico al ver el rayo y ha cometido un error fatal, como yo sabía que
haría. Lo he matado, Lois. ¡Lo he matado a propósito! No podía arriesgarme a
que sobreviviera una cosa tan poderosa y maligna, así que me he decidido y lo
he hecho. He roto mi juramento. Lo he matado”.
Jesús nunca mató y rechazó
defenderse usando su poder o el de un ejército de ángeles, e incluso reprendió
a Pedro por usar su espada contra un soldado romano: “Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su
espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. Entonces
Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada,
a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él
no me daría más de doce legiones de ángeles?” (Mt. 26:51-53).
3. ¿Omnisciencia?
Otra
desemejanza muy llamativa: en la primera ocasión en que Superman lleva a Lois a
volar en la primera película, ella reflexiona sobre el hombre que la lleva de
la mano por los aires: “¿Puedes leerme el
pensamiento? ¿Sabes el efecto que produces en mí? No sé quién eres. Solo un
amigo llegado de otra estrella. Y aquí estoy yo, como una cría recién salida
del colegio dando la mano a un dios. Qué tonta soy. ¿Me ves estremecida,
temblando, como una niña? ¿Puedes sentir mis emociones? ¿Puedes leerme el
pensamiento? ¿Puedes ver en tu imaginación las cosas que yo pienso?”. La
respuesta es negativa en vista a los acontecimientos:
- Aquel
alienígena no era omnisciente, como vemos en Superman
II: no sabe que unos
terroristas han tomado rehenes en la Torre Eiffiel y que van a detonar una
bomba de hidrógeno hasta que el director del Daily Planet se lo comunica.
- No podía
leer los pensamientos ni las emociones internas. En Superman
Returns, aunque
diga que lo oye todo, es por medio de la televisión como se entera de que un transbordador
espacial y un avión están en peligro.
Por el
contrario, para Jesús no había secretos en el corazón humano. Aquí podemos ver
un claro ejemplo: “Y sucedió que unos
hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban
llevarle adentro y ponerle delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo a causa
de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho,
poniéndole en medio, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo:
Hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos
comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién
puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús
entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué
caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te
son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del
Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):
A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Al instante,
levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado,
se fue a su casa, glorificando a Dios. Y todos, sobrecogidos de asombro,
glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas”
(Lc. 5:18-26).
4. Sentido de identidad y de propósito
A mi
parecer, una de las diferencias más grande de todas: Superman no sabía quién era
realmente ni quién era su padre hasta que de adulto encontró unos cristales de
su planeta (que venían a ser como “discos duros” que almacenaban miles de
datos), donde se lo reveló su difunto padre biológico.
Tampoco
tenía la certidumbre de cuál era su misión. Es un denominador común que se
repite a lo largo de toda su mitología. Desde su juventud intentó aclararse
sobre su futuro, sobre qué iba a ser y qué iba a hacer. En las escenas
eliminadas de Superman Returns, tras regresar a la Tierra después de cinco
años en el espacio, le confiesa a su madre que no tiene intención de volver a
Metrópolis, sino quedarse en la granja para pintar el granero y replantar
los campos. En El hombre
de acero contemplamos
a Clark Kent viajando por el mundo entero buscando sus orígenes. Incluso cuando
los descubre, lo vemos sentando en una iglesia –con una vidriera de fondo donde
aparece Cristo de rodillas- compartiendo con un sacerdote sus dudas sobre qué
tenía hacer. En Las cuatro estaciones le expresa las mismas incertidumbres a un pastor. En Superman II llegó a renunciar a sus poderes por su amada Lois. En la Tierra-22
descrita en Kingdom Come llegó
a colgar la capa y se retiró a su granja tras el asesinato de Lois a manos del
Joker (JSA Kingdom Come Special ´Superman` One
Shot`). En Legado, él mismo le dice a sus padres: “Venga de donde venga, tiene que haber una
razón por la que me enviaron a la Tierra. .[...] Es hora de que descubra quién
soy realmente”. Y en la ucronía narrada en Hijo Rojo, se juega
con la idea de que sus ideales y valores morales dependen de la educación
humana recibida: su nave no llegó a aterrizar en Estados Unidos sino en Ucrania
–parte de la antigua Unión Soviética- y tuvo la enseñanza propia del régimen. A
pesar de sus buenas intenciones, terminó cayendo en el totalitarismo,
convirtiéndose en “un superhombre
extraterrestre fiel a los ideales comunistas” de Stalin.
En Superman comprobamos que lo que más le ilusionaba en su juventud era jugar al
fútbol americano, pero tenía que reprimirse para que no descubrieran sus
habilidades. Esto le hacía sentirse frustrado y perdido. Podemos verlo tras
protagonizar una espectacular carrera: unos compañeros del instituto salieron
en coche a toda velocidad pero Clark llegó antes que ellos. Asombrados, le
preguntan cómo ha llegado tan rápido, ante lo que responde que “corriendo”.
Tras ver la escena, su padre humano (Jonathan Kent – Glenn Ford) conversa con
él:
- ¿Has
estado presumiendo, eh hijo?
- No
quería presumir papá. [...]
- Sí,
estoy seguro de que puedes hacer cosas sorprendentes, y a veces pienso que vas
a reventar si no se lo demuestras a la gente.
-
Claro, normalmente cuando juego al fútbol sé que puedo hacer gol todas las
veces. ¿Es presunción que una persona haga las cosas que es capaz de hacer?
¿Presume un pájaro cuando vuela?
- No.
Escúchame: [...] he llegado a una conclusión: tú estás aquí por alguna razón,
no sé cuál y quién decidió enviarte. Puede obedecer a ... la verdad, no lo sé.
Pero sí te aseguro una cosa: no estás aquí para meter goles.
A
diferencia del kryptoniano, Jesús sabía perfectamente por sí mismo quién era Su
Padre, quién era Él mismo, de dónde venía y cuál era su propósito desde muy
joven. Jamás dudó de nada ni se hizo las clásicas preguntas ¿quién soy? ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? No tuvo que ir de un sitio
a otro para descubrirlo ni trabajar de camarero o pescador como Clark. Sabía
que era el Yo soy: “el pan de vida;
la luz del mundo; la puerta; el buen pastor; la resurrección y la vida; el
camino, y la verdad, y la vida; la vid” (cf. Jn 6:35; 8:12; 10:9; 10:11;
11:25-26; 14:6; 15:5). Los discípulos de Juan el Bautista fueron a preguntarle
si él era el Mesías que había de venir o tenían que esperar a otro. Jesús
contestó: “Id, haced saber a Juan lo que
habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son
limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es
anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí”
(Lc. 7:22-23). Más contundente no pudo ser.
Desde
su misma infancia sabía qué hacer. Lo podemos ver en una de las pocas historias
que el Nuevo Testamento nos cuenta de esta etapa. José y María se asustaron
porque aparentemente se había perdido. Sin embargo, tres días después lo
encontraron en el templo de Jerusalén, donde “todos
los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando
le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho
así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces
él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No
sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”
(Lc. 2:47-49).
Sabía cuál era su
propósito y desde el comienzo de su ministerio lo dejó bien claro:
a) Llamó al
arrepentimiento y anunció el reino de Dios: “Arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt. 4:17).
b) Fue ungido para dar
buenas nuevas a los pobres.
c) Fue enviado para
sanar a los quebrantados de corazón.
d) Pregonó libertad a los
cautivos y dio vista a los ciegos.
e) Puso en libertad a
los oprimidos (Lc. 4:18).
f) Predicó el año
agradable del Señor (Lc. 4:19).
Leyó el libro de Isaías
(capítulo 61), que hacía mención directa al Mesías, señalando que esa profecía
se cumplió en Él. En
su Encarnación, sin dejar de ser Dios, “no estimó el ser igual
a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”
(Fil. 2:6-8).
5. ¿Doble naturaleza o doble identidad?
Afirmar –como he leído en algún escrito- que Superman tenía una doble
naturaleza (al proceder de otro planeta y haberse criado con una familia
humana) es una idea completamente desacertada sobre el significado de la
Encarnación. Una doble identidad (como también tenían El Zorro o Spiderman) no significa
una doble naturaleza. ¡Hasta Kal-El lo reconoce!: “Bueno, papá, tendré una nueva identidad, pero no dejaré de ser Clark
Kent. Será algo así como una identidad dual” (Legado). El problema es que algunos escritores
buscan similitudes con Jesús donde no las hay, forzando un concepto que no
encaja en absoluto con la mitología del personaje. Kal-El no era Dios en un
cuerpo humano. En el lado opuesto, Jesús sí tenía una doble naturaleza: era plenamente Dios y plenamente hombre,
formando una sola persona, no dos.
6. Muerte y resurrección
En Superman Returns el protagonista es apaleado y gravemente herido. Necesitó curarse y
reposar varios días en el hospital tras ser apuñalado con un fragmento de
kryptonita por su archienemigo Lex Luthor. Decir que es tal hecho es comparable
con la película La Pasión de Mel
Gibson es una nueva muestra de querer ver más allá de lo que hay. No hay ni
punto de comparación. En el cómic y en la película de animación el kryptoniano
fue asesinado por Doomsday tras una cruenta batalla, y no murió para perdonar pecados: “Ni siquiera llegó a morir. Los
guionistas explicaron que la fisiología kryptoniana y la radiación solar que
había absorbido le permitieron entrar en una suerte de coma regenerativo del
que salió cuando el argumento lo propició, retomando su papel como salvador de
la Tierra”[2].
Nada
que ver con el caso de Jesús, al que no arrebataron su vida sino que se
entregó voluntariamente a la muerte: “Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi
propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de
nuevo” (Jn. 10:18; LBLA). Y ese sacrificio fue para cargar
sobre sí mismo todos los pecados de la humanidad; los tuyos y los míos: “Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no
abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de
sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Is. 53:5-7).
7. Poderes
Jor-El,
el padre de Superman, desvela ante su esposa el origen de los poderes de su
hijo al enviarlo al planeta Tierra: “Su
atmósfera le ayudará, [...] su densa estructura molecular le hará muy fuerte
[...] Será rápido, virtualmente invulnerable”.
Su poder
es causado en parte por la menor gravedad de nuestro planeta respecto al suyo
de origen (otra referencia a John Carter)
y, principalmente, porque sus células absorben la energía de nuestro sol
amarillo –a diferencia del sol rojo de Krypton-; por eso lo vemos en más de una
ocasión acercarse a él para “recargarse”, como si fuera una batería humana. Sin
sol amarillo no hay poderes. Incluso con él, son limitados, como confiesa
cuando su padre humano fallece de un infarto en Superman: “Tanto
que puedo hacer, con todos mis poderes, y no he sido capaz de salvarle”. De igual manera
falleció en All-Star Superman y Superman –
Brainiac (Action Comics #866-870). Años después, su
amada Lois murió sepultada en su coche tras la explosión nuclear en la Falla de
San Andrés orquestada por el villano Lex Luthor. En la escena cumbre de la
primera película, un agónico Superman no soporta tal dolor y decide llevar su
velocidad al extremo hasta viajar al pasado (o invertir la rotación de la
Tierra, según las dos hipótesis que manejan los frikis), evitando así el fatal desenlace. También en Superman (#161), sus padres
adoptivos –tanto Jonathan como Martha- murieron de una enfermedad tropical que
contrajeron durante unas vacaciones en el Caribe. Tampoco pudo hacer nada para
salvarlos.
En el
caso de Jesús, no recibe su poder del sol ni se debe a la menor gravedad
terrestre. Él es directamente el creador de todo: “Todas
las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue
hecho” (Jn. 1:3); “Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo
fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas
las cosas en él subsisten” (Col. 1:16-17).
Tampoco necesitó viajar
al pasado volando para salvar a los muertos. De forma sencilla los resucitó,
como hizo con Lázaro (que llevaba cuatro días enterrado): “Clamó a gran voz: !!Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió,
atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario.
Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir” (Jn. 11:43-44). Hizo lo mismo en
otras dos ocasiones, resucitando a la hija de Jairo y al hijo de la viuda de
Naím.
Decir que los
“milagros” de Superman recuerdan a los de Jesús es proclamar a los cuatro
vientos una falacia.
8. Magia & Fuerzas espirituales
Aparte de la
kryptonita, el sol rojo y el virus X, otro punto débil de Superman era la
magia. También tenía serias dificultades cuando se enfrentaba a demonios y a
seres sobrenaturales como Satanus, Etrigan, Silver Banshee o Blaze. Incluso en
varias ocasiones lo controlaron mentalmente y necesitó la ayuda de Zatanna o
el Fantasma Errante para vencer tales poderes. Por citar un solo ejemplo,
podemos verlo en La
caída de Camelot (Superman
#654-658,
662-664, 667, Superman Annual #13; 2012), de Kurt Busiek y Carlos
Pacheco, donde se enfrenta al hechicero Arión de Atlantis. El héroe, al ser
atacado, dice: “Pero un hechizo
´degollador` me degollaría incluso a mí. [...] El hechizo me hace sentir
perdido, impotente”.
De manera opuesta,
Jesús derrotaba una y otra vez a estas “fuerzas espirituales” y sin necesidad
de nadie que le apoyara. No las tenía como punto débil ni podía ser controlado
por ellas, sino que las dominaba por completo, liberando a los que estaban
presos de sus maquinaciones, como el endemoniado gadareno (cf. Lc. 8:26-39). Y
fue en la cruz donde las derrotó definitivamente: “despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Col. 2:15).
9. El cielo y Krypton
Krypton
(cuyo paisaje varía entre la versiones clásicas –bien frío- y las modernas –una
mezcla del planeta “Coruscant” de Star
Wars y “Pandora” de Avatar), a
pesar de su avanzada tecnología, fue destruido por la explosión de Rao –el sol
rojo de su órbita- en Superman y
por la implosión del propio núcleo del planeta en El hombre
de acero. Jor-El
envió a su hijo para que sobreviviera, lo cual recuerda más a Moisés que a
Jesús. Ni el cielo fue pasto de ninguna catástrofe que lo destruyó, ni el Padre
envió a Su Hijo para salvarlo de la destrucción.
10. El Padre
Jor-El,
despidiéndose del bebé Kal-El en Superman, proclama en voz alta: “Viajarás muy lejos, mi pequeño Kal-El. Pero no te abandonaremos, ni
aun cuando la muerte nos lleve. La riqueza de nuestras vidas pasará a ti. Todo
lo que tengo, lo que he aprendido, mis sentimientos, todo eso y más pasará a
ti, hijo mío. Seré tu compañero todos los días de mi vida. Harás de mi fuerza
la tuya. Verás mi vida a través de tus ojos y yo la tuya a través de los míos.
El hijo se convertirá en padre y el padre en hijo. Este es mi legado, todo lo
que puedo darte, Kal-El”. Rizando mucho –muchísimo- el rizo, podríamos
decir que estas palabras se asemejan a las dichas por Jesús: “Si me conocieseis, también a mi
Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le
dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo
hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a
mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees
que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las
hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las
obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera,
creedme por las mismas obras. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree,
las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy
al Padre” (Jn. 14:7-12).
Pero vuelvo
a repetirme: la comparación es tan pobre que hay poco que decir. La diferencia
aquí ya es sideral. Jor-El muere tras la destrucción de Krypton. Al igual que
Jesús, el Padre es eterno: no tuvo inicio ni tendrá fin. Existe desde siempre y
para siempre, y no está limitado por el tiempo y el espacio. Kal-El era
huérfano y se sentía como tal, algo que no experimentó Jesús: “Porque el que me envió, conmigo
está; no me ha dejado solo el Padre”
(Jn. 8:29).
11. Estado civil y descendencia
Clark Kent –que parecía tonto- tuvo ocho novias, casándose en algunas
versiones con Lois Lane como en El álbum de la boda (1996) y en otras con Diana como en el
epílogo que se nos cuenta de Kingdom Come tras la muerte de la primera a manos
del Joker en la Tierra-22. Aparte, en varias adaptaciones, ha
tenido hijos: con Lois en Superman
Returns (Jason), El hijo de Superman (Jon), en ¿Qué fue del hombre del mañana? (Jonathan; Superman #423 y Action Comics
#583) y cuatro o cinco (no queda claro) con Diana en Justice Society of America (Vol.2 #22), siendo
Bruce Wayne el padrino de ellos.
Jesús ni se
casó ni tuvo descendencia humana. Podría haber hecho ambas cosas, pero
conociendo la tendencia a la idolatría que existe en el corazón humano, fue lo
mejor. La idea era hacer hijos de Dios a todos aquellos que creyeran en el
Hijo: “Mas a todos los que le recibieron,
a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios” (Jn. 1:12-13).
Conclusiones
La “S” estilizada
que Superman porta en el pecho es el símbolo de la casa de “El”, aunque en la
nueva versión de El hombre de acero el protagonista le explica a Lois que significa “Esperanza”
en su planeta. Siendo como él dice, su mensaje es muy diferente al de Jesús.
Los expertos en hebreo señalan que
Kal-El significa “la voz de Dios”, “el vocero de Dios” o “el que lleva la
palabra de Dios”. Aunque sea así, la “esperanza” que proclama Kal-El está tan
distorsionada y hay tantas discordancias respecto al evangelio anunciado por
Jesús –el verdadero vocero de Dios- que no se puede ni comparar sin caer en la
ofensa. El plan del héroe es insignificante respecto al plan final del
Altísimo.
Hay
muchas más, pero las diferencias que hemos mostrado son suficientemente claras
y contundentes para ver que Jesucristo y Superman no se parecen en nada. Aunque
disfrutemos –como es mi caso- con este personaje surgido de la mente de dos
jóvenes del siglo pasado, dejémoslo en el lugar que le corresponde: en las
pantallas de cine, en las páginas de los cómics y en la propia imaginación, sin
necesidad de ir más allá. Así que, por favor, basta de mezclar churras con merinas. Rindamos nuestras
rodillas ante el verdadero Salvador, Jesús de Nazaret, y dejemos de compararlo con seres ficticios que nada
tienen que ver con Él, ya que siempre
resultará inigualable.
Seguirá en “¿El
mundo no necesita un Salvador?”
[1]
En los cómics se llega a mencionar hasta diez tipos diferentes de kryptonita,
siendo la negra la que mostraba el lado oscuro de la persona. https://es.wikipedia.org/wiki/Kryptonita
No hay comentarios:
Publicar un comentario