(Nick Vujicic)
“Hay muchísimos e
incontables casos donde el feto viene con graves malformaciones y enfermedades,
por lo que es otra razón para permitir el aborto libre”, sentencias los
proabortistas.
La realidad es que, nuevamente,
los datos del Ministerio de Salud contabilizados en España en 2019 desmienten
los términos “muchísimos” e “incontables”: Riesgo de grave anomalías en el
feto: 2,93%. Anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad
extremadamente grave e incurable: 0,32%. Grave riesgo para la vida o la salud
de la embarazada: 5,85%. A petición de la mujer: 90,90%. Varios motivos: 0,01[1].
Visto lo visto, la inmensa mayoría de los casos son,
principalmente, a petición de la mujer, sin que medie ninguna razón de salud de
por medio. A la luz de los datos, los
proabortistas, por norma general, lo
que quieren es hacer especial hincapié en los casos de malformaciones,
enfermedades y violaciones para hacer fuerza y defender una vez más el aborto
libre y gratuito, cuándo y cómo quieran, independientemente de las causas y
motivaciones.
En el fondo, a los
que quieren abortar no les interesan este tipo de estadísticas; es solo una
justificación que añaden a sus demandas. Si quieren hacerlo, aunque el feto
esté en perfectas condiciones, reclaman igualmente “sus derechos” para acabar
con él. Por otro lado, sumando los casos de malformaciones o enfermedades
(2,93%), muchos son compatibles con la
vida. Así que la pregunta es: ¿impediremos
que nazca un niño o una niña porque venga con una minusvalía física o mental,
sea leve o grave? ¿Porque tenga síndrome de Down lo desecharemos? ¿Lo mismo con
los autistas, sordomudos, ciegos, con espina bífida o sin alguna extremidad?
Con un mínimo de
empatía, es fácil entender cuán difícil tiene que ser tener un hijo así y el
esfuerzo que requiere su cuidado y crianza. Pero si los eliminamos por estas
razones, estamos cayendo en el sueño hecho realidad del mismísimo Adolf Hitler
y su programa de eugenesia conocido como Aktion 4, fue autorizado por el mismo dictador en 1939, y que consistió en
eutanasiar a personas señaladas como enfermos mentales, incurables, niños con
taras hereditarias, con determinados grados de epilepsia y adultos
improductivos: “Eran consideradas vidas indignas de ser vividas y un acto de
compasión hacia el enfermo como en beneficio de la comunidad en general. [...]
La propoganda hacía hincapié en que aquellas personas, además de llevar una
vida indigna de vivirse, representarían una carga económica y un impedimento
para el futuro de Alemania y su raza. [...] Tales recursos sanitarios (camas,
personal, etc.) y los eventuales ahorros presupuestarios pudieron recuperarse o
redirigirse hacia otras necesidades económicas”. Tanto los familiares como los
afectados se mostraban totalmente en contra de dicho programa. Hoy en día es
todo lo contrario: la mayoría lo acepta para el aborto por las mismas razones:
se consideran vidas indignas, un coste económico muy alto, etc. Es dantesco.
Para no extenderme
más sobre esta cuestión en particular, y aunque hay infinidad de testimonios
–tanto de afectados como de padres-, aquí dejo el de Nick Vujicic, que nació
sin brazos y sin piernas, y que debería llevar a reflexionar a más de uno (https://www.youtube.com/watch?v=bSGJst9mc40).
¿Y qué decir ante una
violación? Muchas mujeres apuntan a que “es terrible que se le quiera imponer a
una mujer violada que siga con su embarazo”.
¿Qué responder ante
esto? Para empezar: el hecho de la
violación en sí es terrorífico, y eso es indudable. Lo recalco una y otra vez
si es necesario: ES TERRIBLE Y ABOMINABLE que un animal-man llegue a hacer algo así. Pero la pregunta hay que
hacerla también desde el otro punto de vista: ese niño inocente, ¿debe pagar con su vida por el crimen de otro?
Responder que sí sería darle luz verde a proseguir con el ciclo de violencia,
cuando lo que hay que hacer es romperlo, ofreciendo a la vez toda la ayuda
posible a la mujer afectada.
Los proabortistas
usan el tema de la violación como argumento general a favor del aborto. Pero la
respuesta ante dicha falacia proviene de un Comité de Mujeres Embarazadas por
Asalto Sexual en Estados Unidos: “Nos ofende profundamente cada vez que nuestra
difícil situación se explota para promover los intereses políticos de otros”.
En los dos únicos estudios sobre estos casos, se descubrió que aproximadamente
el 70% de mujeres en esta situación decidieron tener el niño. Además, el Elliot
Institute, que estudia el síndrome post-aborto, en una encuesta a estas
mujeres, descubrió que al 80% de las que habían abortado les había causado más
mal que bien y se arrepentían. Estos datos y testimonios, por supuesto, son
omitidos por los proabortistas.
Aquí dejo el
testimonio de una chica de 16 años sin apenas recursos económicos que fue
violada por su cuñado, quedando embarazada. No quería tener al bebé, pero todo
cambió cuando lo tuvo entre sus brazos. Merece la pena leer su historia (https://www.actuall.com/vida/shirley-violada-y-embarazada-a-los-16-cuando-escuche-su-llanto-me-eche-a-llorar-y-lo-abrace/).
No hay comentarios:
Publicar un comentario