lunes, 30 de octubre de 2017

Y el diablo engañó a los independentistas



Venimos de aquí: ¿Cristianos catalanes independentistas? Al pan, pan, y al vino, vino (http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/10/cristianos-catalanes-independentistas.html).

Muchos pueden creer que el movimiento independentista que estamos viendo en Cataluña durante estas semanas es algo novedoso o que tiene su origen en el siglo XX en la Alemania nazi. La realidad es que esta idea no se ajusta a la realidad: como vamos a comprobar, el primer movimiento secesionista surgió en el mismo cielo y se extendió al huerto del Edén en los albores de la humanidad, siendo las consecuencias igual de catastróficas. Analicemos las similitudes entre el proceso secesionista diabólico y el catalán; así, una vez más, seremos conscientes de que “nada hay nuevo debajo del sol” (Ec. 1:9).
Aunque creo que es evidente y sobra la explicación, lo dejo escrito para que no haya dudas por parte de nadie: las comparaciones que voy a hacer no son entre España y el Paraíso, ni entre los gobernantes españoles respecto a Dios. Solo es una manera de mostrar que el sentir que ya se refleja en la Biblia y que es parte de la historia humana, se repite de forma cíclica desde que el ser humano fue creado y dejó de obedecer a Dios para seguir sus propios principios y los del diablo.

El primer independentista
El secesionista número uno de la historia tiene por nombre Lucifer, el cual fue creado por Dios como un querubín protector, lleno de sabiduría y acabado de hermosura, al que puso en el santo monte por donde se paseaba (cf. Ez. 28:12, 14). Pero él no se conformaba con lo que tenía, a pesar de que lo tenía todo. Quería ser su propio dios y establecer sus propias normas. Por eso se levantó contra el Altísimo: Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Is. 14:13-14).
Ese propio enaltecimiento, basado en un intento de establecer su propia supremacía, le llevó a corromperse y a llevar a cabo múltiples actos de maldad, por lo que finalmente fue expulsado del cielo (cf. Is. 14:15; Ez. 28:15, 17, 18).

El líder independentista engaña a dos ingenuos
Este supremacista –el primer antisistema- trató de engañar a Jesús hace dos mil años en el desierto. Aunque fracasó entonces, logró embaucar en su proyecto secesionista a dos personas en el pasado, un hombre y una mujer: Adán y Eva, los padres de la humanidad. Leamos con atención la conversación:
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Gn. 3:3-6).

Con todo esto, les vendió unas ideas contundentes:

- Les dijo que estaban siendo engañados.
- Les dijo que estaban oprimidos.
- Les dijo que no tenían que conformarse.
- Les dijo que no eran libres y que podían alcanzar la libertad.
- Les dijo que no tendrían que responder ante nadie.
- Les dijo que sus vidas serían mejores cuando se quitaran el yugo que, según él, les aprisionaba.
- Les dijo que lo que poseían no era suficiente y que merecían un verdadero paraíso.
- Les dijo que tenían derecho a decidir unilateralmente su propio destino.

El líder independentista embauca a la sociedad catalana
Usando otras palabras, y si vuelves a releer cada uno de los guiones, te darás cuenta que reflejan exactamente las mismas ideas que los partidos independentistas, respaldados por ciertos medios de comunicación, les han vendido a una parte de la sociedad catalana: el mismo espíritu, el mismo sentir y las mismas promesas. Todo mentira. Ya dijo Jesús respecto al diablo que “ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Jn. 8:44). Y él está detrás de todo esto.
Lo triste es que, algunos de forma ingenua y otros temerariamente, han sido manipulados por estos trileros y mentirosos compulsivos. Ante tantas y tantas actitudes irracionales de estos “políticos”, pienso que tienen un punto –o dos- de desequilibrio mental y emocional.
Es para echarse a llorar saber que hay individuos que se han tomado en serio a personajes esperpénticos como Anna Gabriel, Puigdemont, Junqueras, Forcadell, Romeva, Tardá o Rufián, que pasarán a la historia como comediantes de mal gusto por el daño tan terrible que han provocado con todo este proceso que culminó con la declaración de la República del Mago de Oz, fulminantemente contestada con el 155. Ni hablemos ya de “los Jordi”, de los alcaldes alardeando de sus bastones, de la “géminis-dos caras” Ada Colau, de la actriz Anna Maruny (protagonista del grotesco vídeo “Help Catalonia”) o de los padres y profesores que han involucrado a niños en toda esta locura.
¿Qué pasó cuando Adán y Eva le hicieron caso al engañador y desobedecieron a Dios?: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos” (Gn. 3:4). Lo que iba a ser una fiesta se convirtió instantáneamente en un drama para ellos. ¿Qué ha traído a la sociedad catalana la desobediencia a la ley? ¿Paz? ¿Felicidad? ¿Jolgorio? Todo lo contrario: ansiedad, insomnio, depresión, conflictos, descalabro económico, desgarros familiares, amistades rotas, odios velados, inseguridad, incertidumbre ante el futuro, y un largo etcétera. Es lo que sucede cuando dominan los impíos, que “el pueblo gime” (Pr. 29:2).
Cuando escucho a los independentistas proclamar que ellos tienen derecho a decidir, me entran unas ganas fervientes de haber sido periodista y preguntarles: ¿El resto de españoles que han contribuido a que Cataluña sea lo que es hoy en día –sea por su trabajo diario viviendo allí o con el pago de impuestos de aquellos que viven en otras comunidades-  no pueden ser parte de la decisión que ustedes tomen?
Si hacemos declaraciones unilaterales, este sería un mundo de locos. Si yo declaro unilateralmente que soy guapo –cuando no lo soy-, que soy rico –aunque no es el caso- o que mi novia es Scarlett Johansson –que nunca lo será-, no tendrían que arrestarme sino ingresarme en un psiquiátrico para recibir tratamiento con toda celeridad antes de que los síntomas fueran a más. De igual manera, nadie en este mundo tiene derecho alguno a decidir por su cuenta absolutamente nada si afecta a terceras personas.
“No quiero presidentes que [...] ahora se permiten cesar a otros presidentes democráticamente elegidos. No quiero más líderes en la cárcel. Ni que los que están permanezcan encerrados”[1]. Estas palabras pertenecen a Jordi Évole, periodista de uno de los pocos programas de televisión que considero interesante por los temas que trata y al que tengo por alguien inteligente. Pero al leer dichas declaraciones, donde una persona como él es incapaz de reconocer que el “presidente democráticamente elegido” ha sido destituido por haber dado un golpe de Estado y que los “líderes” que cita están en prisión acusados de un delito de sedición, me doy cuenta hasta que extremo está extendida la ceguera y la negación de la realidad. Cuando Pablo dijo que “el dios de este siglo (el diablo) cegó el entendimiento de los incrédulos” (2 Co. 4:4), es evidente que no lo hizo únicamente en lo que respecta al Evangelio, sino en todos los aspectos de la vida (morales, éticos, políticos, sociales, etc).
Como ya dije en una ocasión: el diablo sigue actuando entre bambalinas engañando de múltiples maneras y, citando a Pedro, buscando como león rugiente a quien devorar (cf. 1 P. 5:8). Por eso tampoco me extraña que, como su propia madre confiesa, la esposa de Puigdemont suela acudir a las vrajitoare, que son el nombre que reciben las brujas en Rumania, y que incluso le regaló a su marido un martzisor, que es un amuleto esotérico[2].

Unas palabras finales
Si hay cristianos catalanes leyendo estas líneas, especialmente los que votaron ilegalmente el 1 de Octubre o que han apoyado todo este movimiento secesionista y desgarrador, os digo unas últimas palabras:

- Os recuerdo una vez más las palabras de Pablo, donde exhorta a sujetarse a los gobernantes y autoridades (cf. Tit. 3:1), a no oponerse a ellas (cf. Ro. 13:1) y a orar por las mismas (cf. 1 Ti. 2:1).
- Os pido que, si fuera necesario, pidierais perdón si habéis hecho daño a algún hermano con vuestra actitud y vuestras palabras: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Ef. 4:31-32).
- Os ruego que votéis sabiamente el 21 de Diciembre y que no os dejéis engañar una vez más.
- Os imploro que dejéis de quebrar la unidad, tanto fuera como dentro del cuerpo de Cristo.
- Y, por último, os animo a que os centréis en luchar por los valores que verdaderamente merecen la pena y por los cuales un verdadero cristiano debe alzar su bandera: la predicación de las Buenas Nuevas, la lucha por la defensa de la familia tradicional, la oposición absoluta a esa plaga llamada aborto, la ayuda a los más desfavorecidos, etc.

Es hora de cerrar este libro y empezar a escribir uno nuevo, exento de dramas, de segregación, de malas caras y de violencia: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:13-14).

viernes, 20 de octubre de 2017

¿Cristianos catalanes independentistas? Al pan, pan, y al vino, vino.



Venimos de aquí: Usando el nombre de Dios en vano para mentir, mentir y mentir (https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/09/usando-el-nombre-de-dios-en-vano-para.html).

En las últimas semanas he leído varios artículos y comentarios de creyentes diciendo que, como cristianos que se guían por la Palabra de Dios, tenemos que ser mansos y buscar la paz en lo que respecta a los acontecimientos en Cataluña. La idea en sí es buena y un guión sensacional como modelo a seguir. El problema es que, llevada al extremo como algunos están haciendo, conlleva un “buenrollismo”, al estilo del que “predicaban” en los años 60 los hippies (“haz el amor y no la guerra”), que se aleja completamente del mensaje bíblico.
Tengamos siempre presente las dos caras de la misma moneda: Dios es amor, pero también es fuego consumidor; Dios es misericordia, pero también es justicia. Tanto Jesús como Pablo nos llaman a juzgar a los que están dentro de la iglesia “con justo juicio” (cf. 1 Co. 5:12; Jn. 7:24). Así que es necesario hacerlo con algunos cristianos catalanes que lo único que están logrando es respaldar y fortalecer las posturas de los secesionistas, dándoles alas a los actos que estamos observando últimamente.

La labor profética de todos los cristianos
Fruto de ignorar voluntariamente el estudio de la Biblia, hay personas –entre ellas muchas que se consideran cristianas o que incluso realmente lo son- que creen que los verdaderos creyentes deben estar ajenos a todo lo que tenga que ver con la política y dedicarse únicamente a predicar el mensaje de salvación, junto a otras enseñanzas bíblicas concernientes a la ética y a la moral. Las palabras de Pedro son completamente ciertas para todos aquellos que realmente han nacido de nuevo (cf. Jn. 3:3) y que, por lo tanto, son cristianos: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 P. 2:9). Anunciar esas virtudes es nuestra tarea principal. Pero, por citar un solo ejemplo, recordemos que José estuvo al frente de Egipto como Gobernador (cf. Gn. 41) y Dios lo usó en gran manera para ayudar al pueblo hebreo.
Ahora bien, aquí no quiero entrar a debatir si un cristiano debe o no involucrarse  directamente en una organización política, sino en una de las las acepciones que tiene el término: “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados, comunidades, regiones, etc”[1]. Tomando como base esa definición, un cristiano –desempeñe la labor que desempeñe dentro del cuerpo de Cristo- puede y debe tener una opinión sobre los Gobiernos de este mundo y en cada asunto que afecta a los habitantes de este planeta, y actuar en consecuencia a la luz de las Escrituras.
Cuando pensamos en “profetas” nos viene a la mente la idea de alguien que profetiza el futuro. Sin embargo, si leemos el Antiguo Testamento, nos daremos cuenta que esa parte era una ínfima parte de la labor profética; mayormente consistía en denunciar el pecado y llamar al arrepentimiento, tanto a los judíos como a las naciones paganas. También podemos ver los dramáticos enfrentamientos dialécticos que tuvieron con muchos reyes, incluso cuando éstos eran hebreos.
Esto implica una labor de vigía –como hacían los Atalayas en Israel-, no para juzgar en el sentido condenatorio (ya que eso le corresponde en exclusiva a Dios: “Porque a los que están fuera, Dios juzgará” 1 Co. 5:13), sino para avisar de los peligros que se observan en el horizonte y advertir lo que se está haciendo mal, exhortando al arrepentimiento.
Por eso es un error creer que un cristiano no puede alzar su voz sobre lo que está aconteciendo en Cataluña. Es parte de la labor profética del pueblo de Dios entre las naciones, sea este tema o cualquier otro que afecte a los seres humanos que habitan en este planeta. De lo contrario, tendríamos que mirar para otro lado en asuntos como el aborto, la eutanasia, la corrupción, la violencia de genero, la ideología de género, etc. Si nos dejamos arrastrar por la resignación y creemos que no podemos hacer nada, usando para justificarnos esas palabras de Pablo que dicen que “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Fil. 3:20), entonces apaga y vámonos. Sería como el que dice que para qué va a hacer la cama si a la noche se va a acostar y las sábanas se van a arrugar de nuevo.

¿Provocando un incendio?
Hay cristianos que no se mojan y guardan silencio para no molestar a nadie en el tema catalán. Ellos sabrán, pero no comparto para nada esa actitud desinteresada y tibia. Luego hay otros que tampoco se han esforzado en informarse profunda y objetivamente para así tener una opinión propia, sino que se han basado en el juicio de varias personas o en la prensa sensacionalista, como he podido comprobar en distintas páginas web, especialmente extranjeras, donde en  algunas de las cuales no me ha quedado más remedio que intervenir para aclarar los entuertos que se habían dicho sin mala fe (https://contralaapostasia.com/2017/10/06/replica-a-comentario-de-mario-fumero-independencia-de-cataluna/).
Por el contrario, hay hermanos –a los que apoyo-, que están denunciando el fascismo que está llevando a la deriva totalitaria en Cataluña, como hizo en su día el célebre pastor Dietrich Bonhoeffer​ (1906-1945), que denunció una y otra el nazismo en su propio país, lo que terminó por costarle la vida. No están proclamando nuevas “revelaciones” ni añadiendo nada a las Escrituras, puesto que la fe dada a los santos ya está completa (Judas 1:3); lo único que están haciendo es:

- Señalar el pecado y la maldad, puesto que el diablo es el padre de mentira (cf. Jn. 8:44). Es lo que observamos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, y no pueden callar ante las mentiras que se escuchan por todas partes al estilo de la mujer de Potifar, que contó una versión falsa de la historia, le echó la culpa a José y encima se hizo la víctima. Exactamente lo mismo que están haciendo los secesionistas.
- Llamar al arrepentimiento. 
- Recordar a los cristianos que se consideran independentistas la sujeción que deben de tener a lo que Dios ha establecido, con los textos que unas líneas más adelante volveré a citar.  

¿Resulta agradable dicha tarea? ¡Nunca! Algunos piensan que no hay que echar leña al fuego sino agua por medio de palabras pastelosas y quitándole gravedad al asunto. Lo siento, pero el fin que se anhela al resaltar lo malo es gritar a los cuatro vientos que “el fuego se acerca, hay que buscar inmediatamente una solución antes que todo el bosque arda”.
¿Nos callamos y dejamos que el resto del mundo crea el abominable video de “Help Catalonia”? (aquí dos respuestas contundentes: http://www.heraldo.es/noticias/nacional/2017/10/18/save-catalonia-publica-video-que-desmonta-las-mentiras-help-catalonia-1202541-305.html; https://elpais.com/elpais/2017/10/17/hechos/1508231949_243146.html). ¿Es que ahora no vamos a poder llamar al pecado por su nombre por falsas acusaciones de falta de humildad, de bondad, de mansedumbre, de paz y de amor? ¿Desde cuando avisar de las consecuencias de los actos propios errados es provocar un incendio? ¿Es que vamos a tener que callar por proclamar los mandamientos divinos respecto a los gobernantes y las leyes? Es como decir que el responsable de un abuso es el abusado en lugar del abusador. Por eso, el que incendia es el que miente, el que se escuda en falacias y, también, claro está, el que insulta, el que emplea un lenguaje soez, el que intimida o el que amenaza con la guerra para imponer sus ideas (sea proindependencia o contrario a ella), pero nunca el que denuncia la falsedad.

Cristianos que desobedecen la ley
Hay cristianos que están desobedeciendo literalmente las leyes establecidas por Dios respecto a los gobiernos; en este caso, al de España. Que esto ocurra entre incrédulos o ateos es perfectamente normal y lógico. Es la consecuencia de estar dominado por la propia carne y las obras consecuentes. Pero que se observen estas actitudes entre algunos “cristianos” me deja estupefacto. Siempre me pasa lo mismo: creo que ya nada puede sorprenderme y, al poco tiempo, me tengo que comer con mal sabor mis propias palabras. Todo esto sucede por una razón muy sencilla: no se guían por lo que enseña la Biblia sino por sus propios pensamientos, sentimientos y emociones, incluso usando falazmente como argumento que los textos de las Escrituras son “interpretables”; eso sí, a gusto del consumidor, en este caso, al de ellos. Puede que lo próximo que veamos sea una película en TV3 cuyo argumento se centre en Jesús yendo a participar en un referéndum ilegal organizado en Jerusalén para independizarse del Imperio Romano, mostrando cómo le partieron los cinco dedos de una mano. En fin...
A muchos católicos les ha avergonzado el vídeo donde se ve a unos independentistas, en plena misa y con el consentimiento del cura, entrando en el recinto con unas urnas para contar los votos del fraudulento referéndum del día 1 de octubre. Por otro lado, también he leído en las redes sociales a cristianos independentistas menospreciar y encararse con aquellos que no lo son. Tristísimo. ¡Y encima fueron a votar! Esto les convierte en cómplices de un delito y de obstrucción a la justicia (aunque no haya tenido repercusiones legales), ya que todo aquello era un acto electoral ilegal. Y eso es así, les guste o no, lo acepten o no, lo reconozcan o no.
También he escuchado a creyentes catalanes independentistas decir que “Dios tiene grandes cosas preparadas para Cataluña” (una vez se escinda de España claro). ¿Desobedecen a Dios y luego quieren que Él les bendiga? ¿En serio? Dijo Pablo hace 2000 años: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Col. 3:23). ¿Votaron “en el nombre del Señor"? ¿Él les dijo que fueran partícipes de una ilegalidad? ¿Dónde está la cámara oculta? ¿Es una broma de mal gusto?
Además, ¿de verdad esperan prosperidad en una Cataluña independiente donde un partido político –por llamarlo de alguna manera-, que se considera anticapitalista, proabortista y antieuropeo, podría establecer leyes? ¿No son estos de la CUP los mismos que rodearon a los políticos golpistas hace pocos años obligándolos a llegar en helicóptero al Parlamento? ¿Es que ya no se acuerdan? ¿Es que tienen memoria selectiva? ¿Es que no les han enseñado en los colegios que los nacionalismos solo han traído desgracias, empobrecimiento, xenofobia, falsos sentimientos de supremacía y millones de muertos? ¿No se dan cuenta de que están abducidos por un nuevo fascismo en pleno siglo XXI?
Hay otros que usaron como argumento que ellos querían votar para mostrar su libertad. Los que votaron no llevaron a cabo un acto de libertad como ellos mismos nos quieren vender. La libertad no es hacer lo que me venga en gana cuando me venga en gana contra las leyes de un Estado de Derecho. Eso se llama LIBERTINAJE y un abuso de las libertades individuales. Se olvidaron que no solo tienen derechos, sino también obligaciones, y éstas no las cumplieron. Además, pregunto: ¿Votar cuando el Tribunal Superior de Justicia Catalana lo había declarado ilegal? ¿Votar para romper un país sin que el resto de los 47 millones de españoles tenga nada que decir al respecto sobre el territorio nacional que también nos pertenece, como bien dice el Artículo 1.2 de la Constitución? ¿Eso es ser cristiano? ¿Eso es ser responsable? ¿Esa es la imagen de Cristo que quieren ofrecer? A mí se me caería la cara de vergüenza. Luego, eso sí, mucho tocar el piano y cantar “salta para Cristo” al son de una guitarra eléctrica con rostros profundos de “espiritualidad”.
¿Saltarse las leyes para luego imponer otras? ¿Cómo las harán cumplir cuando ni ellos lo hacen? ¿Con qué autoridad moral? ¿Cuando no les gusten algunas de las nuevas leyes también se sublevarán? ¡Cuánta irresponsabilidad!
¿Libertad de conciencia? Por supuesto. ¿Libertad para defender ideas dentro del marco constitucional? Por supuesto. ¿Libertad para ir en contra de la legalidad? Ni por asomo. Como dijo el rey Felipe VI: “Así no”.
Es hora de que despierten y dejen de dividir a la iglesia. El diablo vino a robar, matar y destruir (cf. Jn. 10:10), y eso es exactamente lo que están haciendo aquellos que le siguen el juego a los golpistas: robar la paz, “matar” amistades y destruir la unidad. ¡Los sueños del diablo cumplidos!

¿Qué tendrían que hacer los desobedientes?
Una hermana escribió esto hace poco: “No metas a Dios en la política”. Me sorprende tales palabras. Ya hemos visto que en la Biblia hay política y que ella misma nos dice cómo conducirnos ante ella:

- “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra” (Tit. 3:1).
- “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Ro. 13:1).
- “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (1 Ti. 2:1).

Así que, los cristianos catalanes independentistas, en lugar de tanto gritar “in-inde-independencia” y “libertad”, deberían acercarse a la imprenta más cercana y hacer carteles de 5x5 metros para colgarlos en el salón de sus casas con esos textos.
Decía la misma hermana: “El que opina diferente que tú no está pecando ni está siendo inmoral”. Opiniones puede haber muchas pero estos pasajes bíblicos no son opinables como tampoco lo es decir que África es un continente y China un país. Es lo que es.
Como dije en el artículo que precede a este, “la única excepción para no obedecer se produce cuando alguna ley humana nos ordena ir en contra de algún mandamiento de Dios”, como fue en el caso de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que se negaron a arrodillarse delante de una estatua pagana, o en el de los apóstoles, que rechazaron la orden de no predicar el Evangelio. Esta cláusula no se cumple en España. Por eso, aquellos cristianos que votaron el desdichado día y/o luchan por romper España fuera de la ley, pecaron/están pecando. Al pan, pan, y al vino, vino[2]. Y si no lo ven así tienen un serio problema de conciencia, ya que están anteponiendo sus propios deseos a la voluntad de Dios claramente expresada en Su Palabra. 

¿Qué alguien se siente herido cuando le señalan lo que está haciendo mal? Es normal, pero también necesario. Si tienes el hombro dislocado y hay que ponértelo en su sitio, la maniobra que te harán resultará muy dolorosa, pero es por tu bien. ¿O prefieres quedarte toda tu vida con el brazo fuera de su sitio?
Dicho queda. 


[2] Este refrán “se dice cuando se habla o se debe hablar con sinceridad, diciendo lo que sea llanamente y sin rodeos”. https://cvc.cervantes.es/lengua/refranero/ficha.aspx?Par=58183&Lng=0

lunes, 16 de octubre de 2017

10.6.1. La importancia de la naturalidad en la relación sentimental



Venimos de aquí: Conociendo a tu pareja sentimental: él a ti y tú a él https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/07/106-conociendo-tu-pareja-sentimental-el.html

¿Cómo te comportas cuando estás con un amigo de confianza? De manera natural y espontanea, ¿verdad? Te muestras tal y como eres, sin miedo a qué pensará sobre tu persona. Sabes que te acepta tal cual, ya que le gustas así y no trata que seas alguien diferente. Sin embargo, cuando se trata de las relaciones con el sexo opuesto, es increíble hasta qué punto muchos cambian su forma de actuar con el propósito de gustar, aparentando ser quienes no son. 
Recuerdo una escena cómica del manga japonés “Dr. Slump”, del famoso dibujante Akira Toriyama. Uno de los protagonistas, el doctor Sembei Norimaki, estaba secretamente enamorado de la señorita Midori, profesora del instituto al que acudía su hija Arale (aunque era más bien su invento, puesto que Arale era un androide que él había fabricado). La transformación física del doctor Semebi era extremadamente surrealista cuando aparecía en escena la maestra. Era bajito y regordete. Además, solía ir bastante desaliñado y perdía la compostura con suma facilidad. Pero delante de ella, de una viñeta a otra, y en menos de un segundo, aparecía delgado, su altura aumentaba, su pelo brillaba y su lenguaje se volvía refinado. Todo para impresionarla (la viñeta se lee en el sentido de lectura japonés, de derecha a izquierda, y de arriba a abajo).


Hay personas que llegan al ridículo cuando cambian hasta la comida que piden normalmente en un restaurante cuando están con la persona que les gusta. En lugar de pedir ese plato que les encanta, eligen Paté de berenjenas a la provenzal, Chateaubriand y Cassolette de pescado. Y esto puede ser un manjar, pero algunos comen incluso alimentos que no les gustan. Así que te pregunto: si quieres agua, ¿por qué pedir vino? Si quieres un refresco, ¿por qué pedir una cerveza? Si quieres un batido, ¿por qué pedir un café? ¡Sé tú mismo! ¡Sé sencillo! Es uno de los rasgos de la madurez. No busques aparentar quien no eres.
Si te gusta o te desagrada cierto tipo de música o película debes decirlo. Si no quieres participar de alguna actividad que te proponga, hay que ser sincero en lugar de decir lo que crees que más le agradará a tu compañero. Estarás siendo tú mismo, y no estarás tratando de aparentar ser otro para ser aceptado. De lo contrario, al querer ser siempre complaciente, la otra persona terminará por controlarte y hacer que vuestra relación de pareja gire en torno a ella. Por ejemplo: es ridículo exaltar al otro destacando cualidades que no posee para hacerlo sentir bien. Eso es mentir y, tarde o temprano, traerá consecuencias.
Siempre y cuando no vaya en contra de los principios éticos cristianos o sea algo que te desagrade en grado sumo, y nunca en contra de tu voluntad, hay ocasiones en que se puede acceder a complacer al otro. Un ejemplo sencillo: si a ella le gusta un restaurante que a ti no te atrae en exceso, se podrá hacer el esfuerzo por amor a la pareja. Y, en lugar de quejarse, disfrutar de la compañía.
En la vida real hay un problema cuando no se llevan a cabo estas sencillas pautas: la fachada se puede mantener durante un periodo de tiempo, mayor o menor, pero no para siempre. Esa apariencia artificial creada desaparecerá por inercia y caerá por su propio peso. Puede parecer hasta natural, pero no lo es. Y tú lo sabes en tu interior. De ahí la suma importancia de comportarse con naturalidad desde el inicio de la relación. Fuera máscaras. Fuera hipocresías. Vas a cosechar en el tiempo lo que siembres desde el principio. Según qué semillas plantes, así crecerán unas u otras.
Tanto hombres como mujeres están cansados, más bien hastiados, ante la falta de autenticidad de aquellos que se les acercan. Una chica llegó a comentar que le daban nauseas los que trataban de alardear de algo. Es absurdo tratar de enamorar a alguien pretendiendo ser otra persona. Si lo logras, existirá un problema: tendrás que mantener la farsa toda tu vida, puesto que no se habrá enamorado de ti, sino de un “fabuloso” actor. Será un precio muy grande el que pagarás. Y no creo que seas capaz de mantener esa tensión por mucho tiempo. O míralo de esta otra manera: que fuera a ti al que le ocurriera. ¿Te gustaría que la persona, a la cual crees conocer, un día se mostrara de una manera muy distinta a como parecía ser? ¿Cómo te sentirías? ¿Engañado? ¿Estafado? Elige el término que prefieras, pero esa es la verdad.
Con sus propias palabras, Jorge Bucay lo explica así: “Seducir no es levantarse a alguien. Seducir tiene que ver con generar confianza, simpatía, con generar una corriente afectiva entre dos personas. Seducir tiene que ver con la afectividad de todas las relaciones interpersonales”. Eso es seducir en la acepción agradable del término y  no en el de playboy que se nos ha mostrado por medio del cine. Sus sinónimos positivos son amplios y variados: atraer, cautivar, embobar, enamorar, encandilar, galantear, fascinar, encantar, ilusionar, prendar, conquistar, entusiasmar, persuadir, hechizar, halagar. Puedes hacer eso o guiarte por el lado negativo, que sería engañar, tentar, arrastrar, corromper, abusar, sobornar, inducir o embaucar.

Antinaturales por temor y por las fantasías ajenas
La razón por la cual las personas se comportan de manera antinatural en los comienzos de una relación (no siendo genuinos, francos y sencillos) tiene una explicación muy evidente, puesto que toda actitud tiene una razón de ser: como cualquier habitante del planeta Tierra, existe un temor a que los demás descubran facetas poco atractivas, incluso aspectos desagradables, como defectos o faltas en el carácter. Esto provoca ansiedad, inquietud y miedo. ¿Miedo a qué? Miedo al rechazo y a no ser aceptado. Adán y Eva se escondieron ante Dios por ese miedo cuando pecaron y se vieron a sí mismos imperfectos. Incluso aquellos que poseen un concepto sano de sí mismos pueden tener esta clase de temor en las relaciones amorosas. Es el temor a ser rechazado.
“Temor” aparece casi 200 veces en la Biblia. En lo que respecta a Dios, siempre se nos ofrece la misma receta como solución: “No temas”. ¿Sabes por qué no debes temer ante un hombre o una mujer? Porque la cuestión inherente es que eres un ser humano que jamás podrá ser perfecto mientras camines por este mundo. En esa imperfección es donde se forjan las grandes amistades y las grandes relaciones. El mundo, las personas y el amor no son como en el cine, donde todo está planificado y cada elemento tiene un significado absoluto.
Hay otros individuos que se comportan de manera antinatural porque oyen a hombres y mujeres decir que únicamente les darían una oportunidad a alguien si se trabajaran mucho el intento de conquistarlos. Yo mismo lo he escuchado. Muchos viven en ese mundo de fantasía donde esperan que alguien les conquiste con frases ingeniosas o actos impresionantes.  
Ante todo esto, te hago una pregunta que toca de nuevo la amistad: ¿tienes miedo a que un amigo te abandone por tus defectos y errores? La respuesta creo que es clara: no. ¿Por qué? Porque un amigo, un verdadero amigo, te quiere con tus virtudes y tus defectos, con tus aciertos y tus errores, con tus victorias y tus fracasos. Y si tú quieres tener un “compañero de viaje” deberás sentirte de la misma manera, sabiendo que te quiere por toda la dimensión de tu ser.

Los sentimientos no se fuerzan, ni aun con las virtudes
Es lógico que quieras mostrar una grata impresión (lo cual implica ser agradable y mostrarse de manera progresiva), pero también es cierto que querer demostrar que eres lo bastante bueno como para gustar a alguien es una actitud forzada. No hay que aparentar ser fuerte para serlo. No hay que aparentar ser elocuente para serlo. Cada situación requiere de una actuación determinada. No siempre tienes que estar demostrando quién eres para tratar de impresionar a alguien. Si el otro te ha idealizado, y luego en la realidad te ve de una forma inferior, es su problema, no el tuyo.
No puedes obligar a nadie a sentirse atraído hacia ti. Y nadie puede obligarte a sentirte atraído hacia él. Puedes poseer cualidades muy destacables, pero estas no implican automáticamente que vayas a resultarle atractivo a la persona que te gusta. ¿Por qué? Porque cada corazón tiene sus motivos, razones y preferencias a la hora de sentir atracción por otro ser humano. Puede ser motivado por cómo se expresa el otro, cómo habla, cómo se relaciona con los demás, cómo piensa de los grandes y pequeños asuntos de la vida, etc. Hay personas que ven atractivo a un introvertido y otros se inclinan hacia los extrovertidos. Unos prefieren a los que poseen un fuerte carácter y otros a los más comedidos. Unos se sienten halagados ante la extrema caballerosidad de un hombre mientras otras consideran esa actitud como desfasada. Unos sienten una chispa especial ante alguien espontáneo e hiperactivo y a otros precisamente estas características los aleja, prefiriendo un compañero más reflexivo, previsor y tranquilo. Unos se ven atraídos hacia los que le resultan divertidos y con una risa continua en la boca, mientras otros hacia los que les hacen sentir especialmente confiados y son algo más serios. Unos se sienten cercanos a los que poseen grandes dones naturales o por la multitud de conocimientos que posee, mientras otros se sienten lejanos de estas mismas personas y experimentan un grado superior de comodidad con alguien de su mismo nivel.
Hay decenas de combinaciones que no se pueden forzar para gustar a alguien del sexo opuesto. No hay rasgos mejores o peores, sólo diferentes, y que dependen de las preferencias personales.

¿Patoso o atractivo?
¿Recuerdas la comedia romántica Hitch, protagonizada por Will Smith? En ella, “el doctor Amor” (Hitch-Smith), tiene una peculiar “profesión”: asesora a hombres tímidos y sin virtudes llamativas a conquistar a las mujeres de sus sueños. De una manera honesta, él explica las técnicas y los pasos a seguir. Así hasta que nos encontramos con el caso principal de la película: Albert (Kevin James), que trabaja de economista y es bastante patoso, se enamora de Allegra Cole (Amber Valletta), una mujer aparentemente inalcanzable para él: millonaria, atractiva y famosa.
Con los consejos de Hitch, Albert consigue llegar hasta Allegra y logra enamorarla. El problema surge más adelante: cuando ella descubre que había sido todo un montaje bien preparado. Consecuentemente, lo abandona. Finalmente, Hitch va a arreglar todo el entuerto y habla con Allegra, aclarándole que Albert la ama de verdad. Entonces ella se da cuenta de todos aquellos detalles que la enamoraron: pensaba que si Albert la había enseñado a silbar era porque sabía que se burlaban de ella en el internado por no saber hacerlo; que él bailó como un payaso porque sabía que a ella se le daba mal; y que se tiró la mostaza en la camisa para que se sintiera más cómoda. Pero Hitch, muy sorprendido, le responde que nada de eso estaba preparado, que él no le había enseñado a comportarse de esa manera patosa y que Albert no siguió sus consejos. Simplemente, se había comportado tal y como era. ¿Y qué dijo ella?: “Fue adorable”. Hitch trató de inculcarle a Albert todo lo contrario: que hablara correctamente, que bailara de cierta manera, e incluso que fuera él quién tomara la iniciativa para besarla. ¿La realidad?: no hizo nada de eso. Sencillamente, se fueron conociendo mientras paseaban y dialogaban, disfrutando de actividades juntos o tomando un helado en un tono cordial y agradable. Nuevamente, todo de manera natural.
En general, ella se había enamorado por todo aquello que aparentemente no era atractivo, pero que formaba parte intrínseca e inseparable de su ser: desde su ridícula forma de bailar hasta lo patoso que era al hablar. Por encima de todo, observó en él una buena persona con un gran corazón.
¿Cuántas veces queremos ser y actuar como si fuéramos perfectos? Se desea causar buena impresión y, si se puede, impresionar. Esto conduce a algunos hombres y mujeres a gastarse una desorbitada suma de dinero en invitar a personas del sexo opuesto a los que apenas conocen, o a hacerles regalos que son impropios en estas primeras etapas. Esto termina por agotar y cargar a los primeros, y por abrumar a los segundos. ¿Mi consejo? Que ambos puedan conocerse sin compromisos económicos de ningún tipo. Salir juntos tiene el propósito principal de ver si dos personas encajan, y para compartir el tiempo se puede ir a muchos sitios sin necesidad de dejarse medio sueldo en unos días.
Lo que nos hace auténticos, reales y, por encima de todo, humanos, son aquellas situaciones en las cuales contamos un chiste y no hacemos gracia de lo mal que lo hacemos. O el día en que se abre el grifo de forma violenta en los servicios de un lugar público y nos mojamos “zonas sensibles” del pantalón. O cuando no paramos de sonreír durante todo el día y, al llegar a casa, nos damos cuenta de que teníamos un trozo de comida entre los dientes y nadie nos avisó. Como le dijo el difunto Robin Williams a un amigo en El Indomable Will Hunting: “Tienes miedo a que ella compruebe que no eres perfecto. Pero ella tampoco lo es. Lo importante es si sois perfectos como pareja”.

Natural siendo tú mismo
¿Te estoy diciendo que siendo natural podrás conquistar a quien te propongas? ¿Rica, famosa y modelo? No, ni esa es la intención. Pero debes saber que no debes forzarte a ser quien no eres. Si a la otra persona no le atrae tu verdadero ser, entonces olvídala.
Por otro lado, ¿cuál es el verdadero deseo que anida en ti? Que te quieran tal y como eres. Que no quieran cambiar tu esencia. Que no te regañen como lo hacían tus padres. Que no te corrijan como lo hacía el maestro en la escuela. Todo aquello ya pasó. Ahora ya no eres un niño, sino un hijo de Dios en el que Él está obrando.
Como de nuevo señala Jorge Bucay: “El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar a otro para que sea quien es”. Desde luego que puedes y debes hablar para cambiar ciertos patrones de conducta negativos o que lastiman, pero cuando en una relación quieres cambiar la esencia de otra persona o quieren cambiar la tuya, algo anda mal. Hay personas que literalmente se consumen queriendo cambiar lo más profundo del otro y sus relaciones terminan siendo sumamente desgraciadas.
La consecuencia de mostrarte natural es que te sentirás cómodo contigo mismo. Ese es un gran paso. Si logras mostrarte tal y como eres, no te preocuparás tanto de lo que el otro piensa de ti. Las mujeres señalan que suelen enamorarse de aquellos que les hacen sentirse cómodas y ante los cuales pueden mostrarse tal y como son. Eso las hace sentirse seguras, lo que las lleva a abrir sus corazones. De esta manera, la intimidad entre almas surge de manera natural y progresiva. Recuerda: esto sólo se logra siendo naturales.

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10.6.2. Hombres y mujeres: distintos, pero complementarios.