“Lo que
conforma un sistema religioso, en contraposición a la manifestación de la vida
de Dios en medio de sus redimidos, la congregación de Dios, es poner el énfasis
sobre el ´hacer` y ´estar`, no sobre el ´ser`. Si se cumplen los requisitos
eres aceptado; de lo contrario, te espera el ostracismo, el ninguneo, la
indiferencia y, por último, una presión psicológica para que te sometas
incondicionalmente al dominio del líder y su entorno, o bien que desaparezcas
amargado para luego acusarte de rencoroso y rebelde; un mensaje que venderán al
resto del ´redil` para que aprendan a someterse o quedar expuestos a la misma
ignominia”.
Este párrafo forma parte del libro Conceptos errados, de Virgilio Zaballos.
Son muy pocos los pastores que se atreven a denunciar los disparates que se
enseñan en muchas iglesias locales y el penoso estado en el que se encuentra un
amplio sector del cristianismo, causado principalmente por el legalismo y las
estructuras muertas que se venden como bíblicas, donde si te sales de ellas,
aunque seas cristiano, dejas de existir para el resto. Gracias a Dios, Virgilio
es uno de esos valientes que habla sin pelos en la lengua. Por eso me encanta
la dedicatoria que hace: “A todos los
dispersos que han sufrido el ostracismo y la indiferencia por mantenerse firmes
en la libertad de los hijos de Dios”.
Tristemente, en las últimas décadas se
han esparcido por medio mundo –incluyendo en mi país- las falsas y venenosas
enseñanzas de personajes como Joel Osteen, Joyce Meyer, Cash Luna, Benny Hinn,
César Castellanos y otros muchos (bajo el amparo y el apoyo incomprensible de
muchas editoriales), por lo que un libro como este es extremadamente necesario,
para que volvamos a la fe pura, a “la que
ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1:3).
Evidentemente, es un libro que, en
principio, no gustará a los amantes de la teología de la prosperidad, a
aquellos que desacertadamente llaman “ungidos de Jehová” a los pastores, a los
que viven en un mundo de fantasía basado principalmente en los shows musicales y a los que presionan a
la grey con textos fuera de sus contextos sobre el deber de pagar el diezmo.
Ahora bien, si el autor mete el dedo en la llaga, no lo hace con el propósito
de herir o robarle la fe a nadie, sino todo lo contrario: su deseo es instruir
y corregir, y lo consigue a raudales.
Puesto que hace un análisis claro,
sencillo y, a la vez, profundo de las Escrituras en asuntos delicados,
mostrando cada error y su correcta interpretación –que es clara como el agua cristalina-
animo a todo creyente a que compruebe si las doctrinas que ha aprendido en su
congregación coinciden o no con las que la Palabra de Dios enseña.
Es hora de que los cristianos dejen de
moverse al son de la trompeta que les tocan desde los púlpitos y desde las
voces de los coros como si estuvieran hipnotizados. Es hora de confrontarte a
ti mismo y de analizar concienzudamente si lo que oyes y lees proviene del
cielo o de hombres errados, por muy buena fe que tengan.
En lugar de llamar díscolos y liberales
o de sentir como un ataque personal las palabras de aquellos que contradicen y
refutan la “doctrina oficial”, es el momento de que te atrevas a estudiar
multitud de aspectos sin interferencias de nadie ni prejuicios de ningún tipo.
Y este libro es ideal para comenzar. ¿Mi consejo al leerlo? Deja que sea la
Biblia la que hable por sí misma.
* Índice:
- Prólogo
del autor.
- Introducción.
- 1. La iglesia
La
formación de un sistema religioso.
Textos
para meditar.
Algunas
consideraciones.
Analicemos
el término iglesia.
La
vida de Dios frente los sistemas religiosos.
Resumiendo.
- 2. El ministerio
Lo
que llamamos cobertura pastoral.
Algunos
textos y consideraciones para meditar.
Mi
experiencia personal.
La
superstición propia de Babilonia.
Resumiendo.
- 3. La unción
La
unción en el Antiguo Testamento.
El
ungido del Señor.
La
unción después de Jesús.
Quiénes
han recibido la unción.
La
obra del Espíritu Santo.
Falsificaciones
e imitaciones de la unción.
Resumiendo.
- 4. El evangelio
Qué
evangelio predicamos.
Qué
significado tiene “pagar el precio”.
La
mezcla entre Viejo y Nuevo Pacto.
La
sangre del Nuevo Pacto habla mejor.
El
evangelio y las doctrinas de los últimos tiempos.
El
evangelio y la obra social.
El
evangelio de Dios es un misterio eterno revelado.
Diversas
formas de denominarlo.
El
evangelio en la epístola a los Romanos.
El
anuncio del evangelio.
Lo
que incluye la salvación.
Resumiendo.
- 5. El diezmo como impuesto
Algunas
consideraciones iniciales.
El
diezmo y el sistema religioso.
La
gran pregunta.
Argumentos
y conceptos clásicos sobre el diezmo.
La
superstición del diezmo.
Principios
del Reino sobre la economía.
Algunas
consideraciones finales.
- 6. La fiebre por los sueños
La
corrupción del lenguaje
Los
sueños. ¿De qué estamos hablando?
Definiendo
los conceptos para aclararnos.
Vayamos
a las Escrituras.
Textos
bíblicos sobre los sueños.
Los
“soñadores” de la carta de Judas.
Sueños
y visiones ¿cuál es la diferencia?
Un
buen ojo.
Lo
que veía Jesús.
Mi
sueño cumplido.
A
modo de conclusión.
- 7. La locura de la cruz
Cómo
definimos llevar la cruz.
Lo
que significó para Jesús.
El
poder de la cruz de Cristo.
Crucificados
o comprometidos.
La
cruz nos libera de los traumas.
Soltando
el control de nuestras vidas.
Conclusiones.
Epílogo
Bibliografía
* Cómo
adquirirlo:
Tal y como dice Virgilio sobre todos sus
libros: Están disponibles en las librerías evangélicas de España, y también en
Amazon. Están en formato papel y en ebook o libro digital. La otra opción es
hacer tu pedido directamente a su dirección de correo electrónico, son estas: vzaballos@hotmail.com;
virgilio.zaballos@gmail.com
* Otro
libro reseñado del autor:
- El enigma Israel: http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2015/03/el-enigma-israel.html
Apreciado Jesús, agradezco tus comentarios sobre el libro Conceptos errados, y la recomendación que haces. Aciertas de lleno en tu síntesis y las motivaciones que me llevaron a escribirlo. Un gran abrazo de afecto. Te estimo mucho, como dicen en Cataluña...
ResponderEliminarUn placer. El libro merece todo buen comentario. Es pura liberación, haciéndose una vez más reales y ciertas las palabras de Jesús: "conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn. 8:32).
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