Venimos de aquí: Fracasos
por falta de sabiduría & Citas: http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2016/09/102-fracasos-por-falta-de-sabiduria_20.html
Vamos a centrarnos en cómo
averiguar si la persona que tienes delante es la que más te conviene. Para esto
debes plantearte qué es lo que esperas de él y de una relación. Es muy común en
el género humano, sediento por dar y recibir amor, iniciar un romance sin
apenas conocer al otro, cuando realmente no se puede amar de esta manera a
quien no conoces.
Sincronizando
mente y corazón
Deseo que todo lo que expongo a continuación te sirva
para elegir sabiamente entre los candidatos que se presenten en tu vida, pidiéndole
al Señor discernimiento.
Sé consciente que no consiste en conocer a una persona
perfecta, que nunca cometa errores, o que jamás te haga daño en ocasiones
puntuales fruto de sus propios errores. Dicen que el amor ciega. Pero eso no es
cierto. El enamoramiento es lo que realmente ciega puesto que hace que se pasen
por alto los defectos del otro. Un estudio del University College London encontró que el amor maternal y el
romántico comparten un patrón de activación cerebral que se plasma en la
inhibición de las regiones neuronales donde se procesan las emociones negativas
y se gestan los juicios sociales. El resultado es que la persona enamorada
“pierde” la capacidad de ver los defectos de su pareja. Sin embargo, el amor
racional y verdadero (sin dejar a un lado los sentimientos románticos),
contempla los defectos, pero decide seguir amando, porque ama la esencia del individuo.
A partir de ahora, y una vez puesta la base, voy a
plantearte una serie de temas y preguntas que deberás resolver a lo largo del
tiempo para llegar a conclusiones concretas. En algunos casos, puede bastar con
pocos días o semanas para que puedas ver que la persona con la que sales no es
el compañero que deseas para tu vida. Analizar diversas cuestiones no te convierte
en un frío robot, sino en alguien reflexivo. Esto no significa que tengas que analizar
al otro como si fueras una computadora que se limita a almacenar datos, sino
que observes qué esperas y deseas exactamente de una relación. No lo hagas con
el ánimo de “cortar cabezas” por doquier, ya que entonces el individuo se sentirá juzgado en todo momento y sin
libertad para mostrar su verdadera personalidad. Si tu actitud no es la
correcta, posiblemente no serás capaz de reconocer a una gran persona cuando la
tengas delante de ti. He escuchado a cristianos jactarse con sorna de cuántos
corazones rotos habían dejado en el camino. ¡Eso es pura soberbia!
Tras la amistad de la que ya hablamos y el comienzo de la
relación formal, si se da el caso de que conectas,
recuerda que sincronizar dos vidas, dos mentes, dos maneras de sentir, no es
nada fácil, y requiere de continuos reacondicionamientos. ¿Y por qué no es
fácil? Porque al comienzo de una relación ambos miembros tienen contacto
durante unas pocas horas al día, y siempre en ambientes agradables, como dar un
paseo, cenar o ir al cine, mientras se habla de toda clase de temas sin
importar las diferencias. Lo único que interesa es estar juntos. No existen las
obligaciones ni las responsabilidades de ningún tipo. Además, todo tiende a
idealizarse. Se cree que ese estado será perpetuo, donde no existirán los
problemas, ni los enfados, las discusiones o los desacuerdos. Así hasta que, de
golpe, viene la desilusión (fruto de una expectativa desmesurada), que suele
llevar a los reproches airados.
Si señalan los expertos que conlleva diez años de
matrimonio ajustar las diferencias,
¿crees tú que en unos meses de noviazgo lo vas a conseguir? Requiere
flexibilidad continua, educación y respeto. Ambas cosas son imprescindibles.
Por muy bien que os llevéis y seáis semejantes en diversas cuestiones, la complementariedad no se logra de la
noche a la mañana, y mucho menos al comienzo de una relación. Requiere un
amplísimo conocimiento mutuo, miles de horas en compañía y multitud de vivencias
juntos.
También te diré que si vienes de malas experiencias
pasadas o has sido rechazado en distintas ocasiones, te costará más (tema que
trataremos en el capítulo Cuando el
problema está en el soltero). Mientras tanto, sé valiente y afronta la
situación, poniendo en práctica todo aquello que has aprendido anteriormente.
La autocompasión nunca te servirá de nada.
¿Qué esperan
hombres y mujeres?
Muchos no saben lo que quieren y cuando tienen a la
persona ideal delante de sus narices no son capaces de reconocerla. Este tipo
de personas son los que saltan de pareja en pareja porque no han definido sus
prioridades y lo que es realmente importante para ellas. Alguien que no sabe lo
que quiere va dando palos de ciego. Tener las ideas claras (siendo flexible en
algunos puntos y en diversos detalles), evita errores futuros y decisiones carentes de sabiduría.
Empecemos por desglosar
aquello que se suele desear de una relación para que tengas las ideas bien definidas. A grandes rasgos:
1. La mujer espera del
hombre que:
a) La acepte tal y como es.
b) Le proporcione ternura,
afecto, apoyo en todo momento (especialmente en las circunstancias negativas).
c) La escuche.
d) La sorprenda cada cierto
tiempo con detalles.
e) La valore por todas sus
cualidades personales.
2. El hombre espera de la
mujer que:
a) Lo valore en todas las
áreas personales y profesionales.
b) Confíe en él.
c) Le haga saber que se sienta
cómoda y relajada a su lado.
d) Le conceda tiempo para
sus propias actividades y aficiones.
e) Lo considere muy
importante en su vida para así poder compartir su ser más íntimo con libertad.
Esta es la norma general, aunque las distinciones en
las características del hombre y la mujer no son valores absolutos, ya que no
todos somos iguales. Sea un género u otro, lo que ambos desean es amor, seguridad, intimidad, consuelo, aceptación y afirmación.
Características
de los candidatos
Por todo lo visto, sería una
excelente idea por tu parte que tomaras papel y lápiz para anotar qué
características te gustaría que poseyera el otro. Es muy habitual escuchar a
chicos y chicas confesar que no saben qué clase de persona les gustaría tener a
su lado. Dejan la mente a un lado y lo espiritualizan al extremo de decir: “No
pienso en eso. Lo dejo en manos de Dios”. Luego viene el primero que les pone
ojitos y dicen con suspiros y voz acaramelada: “Fue Dios quien me lo trajo”. Poco
tiempo después se separan porque era un ogro. ¿Pero no era Dios quien lo había
traído? Pura comedía que refleja la realidad.
En lo que concierne a la
lista que propongo, y con todo mi respeto hacia los autores, me sorprende leer
la respuesta que ofrecen Justin Lookadoo y Hayley Dimarco en su libro
“Noviazgo: ¿Están preparados?”. Ellos afirman que los principios de esa lista
deben ser pocos y sencillos, como que sea cristiano, no fumador y nada de sexo.
Lo siento, pero esos requisitos son muy simples y genéricos, y los cumplen muchísimos
creyentes verdaderos. Sin más, no me sirven. Hay que ser claros y concretos,
como vemos en el ejemplo que cita Norman Wright: “Solo saldré con alguien que sea generosa, alguien que muestre tener el
fruto del Espíritu y que sea la mujer de Proverbios 31 en cierta medida”[1].
Antes de hacer el “registro”,
pídele a Dios que te muestre qué es
realmente importante y conveniente para ti. Él te conoce bastante mejor que tú
mismo.
Voy a citar la lista íntegra
que me escribió una de las personas que mejor conozco en este mundo de lo que
buscaba en una mujer. Así te harás una idea de lo que puedes añadir o excluir
de la tuya. No es una transcripción literal, pero las ideas sí lo son:
- Que sus pensamientos,
principios éticos y morales, junto a su estilo de vida, se muevan por las
enseñanzas bíblicas.
- Que esté dispuesta a
servir al Señor según los talentos y dones que haya recibido de Él, ni más ni
menos, sin necesidad de que sean llamativos, y que no haga ostentación de
ellos.
- Que sea fiel, tanto física
como emocionalmente.
- Que sea íntegra y transparente,
con todo lo que ello supone: honestidad, sinceridad, pureza, sencillez,
lealtad, generosidad, etc..
- Que cuente conmigo para
todo en primer lugar: búsqueda de cariño, de consuelo, de consejo, etc.
- Que me abra su corazón de
manera natural sin necesidad de tener que estar forzando la situación para que
hable.
- Que sea equilibrada a la
hora de hablar y escuchar, ya que la persona que habla sin parar durante
extensos periodos de tiempo termina por abrumar, y la que sólo escucha es
aburrida, convirtiéndose en una relación de un solo sentido.
- Que sea equilibrada
consigo misma. Esto significa que no sea altiva ni que se desprecie. Por lo
tanto, que no caiga en compararse con otras mujeres ni en competir con nadie,
sino que se limite a ser ella misma.
- Que sea emocionalmente
sana. Esto incluye que no sea sarcástica, controladora, manipuladora,
narcisista, histriónica, histérica, posesiva, ni que use el chantaje emocional
para lograr lo que desea.
- Que no esté obsesionada con
su aspecto físico (aunque se cuide sanamente), ni provoque con su forma de
vestir, ya que la feminidad va en el carácter y no en las vestimentas minimalistas.
- Que podamos compartir
algunas diversiones en común.
- Que respete mis aficiones
y mi tiempo libre, el cual será negociado para que en ningún momento afecte a
la relación y a la intimidad entre ambos.
- Que
los secretos queden dentro de la pareja.
- Que sepa ser cariñosa
conforme a mi lenguaje del amor (de esto hablaremos en La expresión del cariño).
- Que entre en mi mundo,
interesándose verdadera y realmente por mis pensamientos y sentimientos.
- Que esté a mi lado en los
momentos de dolor, ofreciéndome su cercanía física.
- Que hable con madurez los
problemas que puedan ir surgiendo en lugar de manifestar ira desbocada.
- Que esté dispuesta a crear
paso a paso un hogar de paz.
- Que no busque la
perfección, sino que se centre en lo bueno de mí. Que sepa perdonar mis errores
cuando los cometa y le pida perdón.
- Que su valoración sobre mí
no dependa del estatus social, tanto si es alto como si no.
- Que sus críticas sean
constructivas. Y cuando las haga, que sea en privado y no en público.
- Que no me falte el respeto
y que no use el conocimiento que tiene de mis debilidades para burlarse.
- Que no trate de cambiar mi
esencia como persona, sino que la ame.
- Que no esté conmigo porque
se siente sola, sino porque ve en mí las cualidades que busca en un hombre.
- Que desee ser mamá.
Mi amigo me dijo que algunas características eran
innegociables y otras se podían ir puliendo en amor a medida que se fueran
conociendo, como a la forma de negociar los problemas.
Posiblemente te habrás asustado con tanto nivel de
detalle y de supuestas exigencias. Pero si lees con detenimiento y juicio las
características de los candidatos, tendrás que reconocer que no sobra nada. También puedes pensar
que mi amigo buscaba una cristiana perfecta, pero no es así. Matizaremos
claramente todo esto en la continuación para ponerlo en su justa balanza y no
dar lugar a malos entendidos.
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* Prosigue en:
10.4. Dos características fundamentales entre novi@s y espos@s: Reciprocidad & Madurez.
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