Venimos de aquí: “¿Qué buscan las mujeres en un hombre como pareja?”
(2ª parte). https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2024/10/6-que-buscan-las-mujeres-en-un-hombre.html
Recuerdo que estos artículos hay que leerlos
en su conjunto, con perspectiva global, y sin saltarse el orden en que son
publicados.
Hay infinidad de hombres y mujeres que no están listos
para una relación seria y formal, puesto que no cumplen casi ninguno de los
requisitos que hemos estado analizando en ambos sexos, y que buscan el uno en
el otro. Lo llamativo es que:
- habiendo un sector de ellos que son poco
inteligentes, pasivos, inseguros, inestables, físicamente descuidados, sin
capacidad para amar ni saber escuchar e implicarse emocionalmente (uno de estos
aspectos o varios).
- y otro grupo de ellas que se muestran iracundas, poco o nada
femeninas, completamente dependientes, infieles, promiscuas, exhibicionistas,
descuidadas u obsesionadas con su físico, vacías, superficiales, sin intereses
de crecer internamente (uno de estos aspectos o varios)
... y sin hacer ninguno de ellos nada para cambiar o
mejorar –parapetándose en la tesis de que “son así”-, muchos de ellos están
emparejados, incluso casados.
En principio, nos deberían sorprender estas uniones,
pero ya estamos habituados, porque es la realidad que observamos una y otra
vez.
A pesar de & las razones por las cuales
son pareja
¿Por qué, a pesar de todo, están juntos? Las causas
están muy claras, aunque muchos no las reconozcan abiertamente, por miedo a
hacerlo, o por las consecuencias que conllevaría. He aquí las variadas
explicaciones:
- ambos están en el mismo nivel, siendo más o menos
iguales, teniendo los mismos gustos y/o estilo de vida, por lo que no tienen
derecho a quejarse ni a aspirar a más.
- están juntos porque se dejaron embriagar durante la juventud, casi siempre a causa de la belleza y
la jovialidad, y donde el enamoramiento y la idealización les cegó.
-
están juntos por una especie de “intercambio de bienes”: ellas ofrecen belleza
y ellos “sustento”, que las mantengan y les den para sus gastos y caprichos. Lo
primero es, temporal y, cronológicamente, efímero. Lo segundo se puede ir en
cualquier momento. Y aunque no sea así, estar con alguien por dichos motivos es
pura banalidad.
-
están con personas huecas, que solo desean tener un florero a su lado, como si para ellos fuera una señal de éxito ante
los ojos propios y ajenos.
- están con individuos sumisos, débiles, dependientes, inmaduros y consentidores, al que
pueden controlar.
Solo he mostrado unos pocos motivos, ya que la lista
es casi infinita.
¿Cómo suelen
ser estas relaciones? & ¿Dónde está el fallo?
Respondiendo directamente a la pregunta:
insatisfactorias para una de las partes, y casi siempre para las dos, donde
alguna desearía escapar. Muchas
durarán el fragor del momento o hasta que aparezca otra persona que ofrezca una
salida. Otras se mantendrán por monotonía, por miedo a la soledad, por los
hijos que se tienen en común o por la incapacidad de sostenerse económicamente
de forma individual. En otras ocasiones, serán vínculos pobres y triviales:
aunque vivan juntos, la unión es un fracaso.
Los que no aguantan,
saltan de una relación a otra, sin saber dónde
estuvo el fallo, si lo cometieron los demás o ellos. No van a la raíz del
problema, que parte de:
1)
no ser selectivos. Se guían por uno o dos indicadores que les atraen
(divertidos, guapos o con estatus), pasando por alto todos los demás
(fiabilidad, valores, integridad, etc). Por eso, muchos y muchas treintañeras,
al llegar a esa edad, se preguntan dónde están los hombres y las mujeres
buenas. ¿Pues dónde van a estar? La mayoría, casados, porque ellos y ellas
pasaron olímpicamente de los buenazos y
no les hicieron ni caso cuando eran más jóvenes.
2)
creer, desacertadamente, que podrán cambiar y moldear a la otra persona cuando
logren conquistarla. Piensan que podrán hacer que un promiscuo, un narcisista,
un manipulador, un histriónico, un deslenguado, un vago o un superficial deje
de serlo y convierta su personalidad tóxica en una reluciente. Y estos suelen ser
los que se mueven habitualmente en el mundo de la noche, en discotecas, pubs,
salones de bailes de reggaeton, chats, aplicaciones de citas y en
manifestaciones de pañuelos morados o verdes.
Luego
sucede lo evidente: se llevan la gran desilusión. ¿Quién iba a querer cambiar,
cuando ya te ha logrado siendo como es?
3) pedir lo que no tienen, ni lo que son. Es sumamente
absurdo e infantil. Creen que “lo merecen todo”, “lo mejor de lo mejor”,
mientras ellos ofrecen únicamente “su presencia”, como si eso los hiciera
valioso per se. Luego dicen que “no
existen hombres/mujeres buenos”. Pero, ¿ellos lo son? Se alejan como de la
peste de los que no cumplen sus requisitos inalcanzables, en lugar de aprender
a convertirse en los hombres y mujeres “buenos” que el otro sexo desea.
Continuará
en ¿Qué
deben hacer hombres y mujeres? & El propósito final
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