lunes, 1 de julio de 2024

Materia oscura. Como por “suerte” o por “desgracia”, solo tienes una vida: ¿qué harás con ella?

 

Tengo muy claro que, si hubiera sido profesor, habría usado la literatura, el cine y las series de televisión, y cualquier otro medio valioso a mi alcance, para enseñar a mis alumnos. Como no es el caso, y mi único altavoz es este sencillo blog, invitaré, una vez más, a todos, a la reflexión. En esta caso, sirviéndome de la magnífica serie Dark Matter (Materia oscura, no confundir con otra del mismo nombre), basada en la novela homónima de Blake Crouch –autor de la también sensacional trilogía The Wayward Pines, y cuya emisión llegó a su fin hace escasos días.
Aunque parte de una premisa de ciencia ficción y en una teoría de la física cuántica, es un thriller, ya que la trama gira en torno a su protagonista y el drama al que se enfrenta cuando pierde a su familia en un mundo que no es el suyo... Aunque no te guste la ciencia ficción, la recomiendo: es todo un drama.
A los jóvenes les ayudará para ver qué pueden hacer con aspectos muy concretos de sus vidas, lo que les evitará cometer multitud de errores, mostrándole un camino infinitamente más sano. Cuando escucho a ciertas personas decir “están en la edad de cometer locuras; ya aprenderán”, me quedo estupefacto. Luego vienen los llantos, los arrepentimientos, la mala conciencia, los malos recuerdos y los traumas. Eso es como decir: “No hace falta que le enseñe a mi hijo que debe detenerse cuando el semáforo esté en rojo. Ya lo aprenderá solo”. ¡Claro, cuando un coche se lo lleve por delante! ¿No te gustaría aprender de las faltas de los que te precedieron, para no caer en ellas?
Por otro lado, a los adultos les servirá para poner en perspectiva sus acciones pasadas y presentes, y así analizar qué pueden cambiar.

Dark Matter: su trama
Imagina que llevas una vida normal y feliz: eres profesor de física en la universidad, estás felizmente casado con una mujer maravillosa llamada Daniela, tienes un hijo adolescente, y eres comedido y hogareño. Fue la vida que elegiste. Hubo un momento en el pasado en que tuviste otra opción: desarrollar un complejo proyecto científico de una idea sobre la que tenías la base y la teoría, pero que hubiera necesitado de todo tu tiempo y esfuerzo para llevarla a la práctica, por lo que toda tu existencia habría girado en torno a ella y te habría impedido formar una familia.
¿En qué consistía dicho invento? En una especie de máquina, con forma de caja gigante, que te permite viajar al infinito multiverso, donde existen infinitos , y que tomaron infinitas decisiones distintas en la vida. Para que lo entiendas:

- en uno de esos mundos, el personaje de Jason Deseen decidió construir esa máquina, renunciar a estar con su novia Daniela, ser una persona de éxito y acabar con otra mujer a la que realmente no amaba.
- y en otro de esos mundos prefirió no construirla y casarse con el amor de su vida.

Por cada pequeñísima decisión que Jason tomó, existen infinitos mundos con sus correspondientes Jason, y donde todo transcurre de manera distinta. En muchos, apenas difieren, pero en otras las diferencias son abismales.
Entonces, ¿qué nos cuenta la serie? Vemos cómo el Jason que no se casó y construyó la máquina, se arrepiente de la vida que ha tenido, porque no es feliz. Así que, usando su propio invento, viaja al mundo del Jason que sí se casó, lo secuestra, lo mete en la máquina, y lo manda a su propio mundo; es decir, se intercambia por él. De repente, un Jason se ve viviendo con la mujer que amó en su juventud y con un hijo, y el otro Jason se ve completamente desposeído de todo ello. A partir de entonces, veremos, a lo largo de los nueve interesantísimos capítulos, el día a día de ambos y, sobre todo, el camino que uno de ellos –el que fue arrojado de su realidad original- tendrá que recorrer para volver con su familia, junto con todas las desdichas que experimentará.
En esos diversos mundos hay de todo: en algunos la humanidad pereció a causa de una nueva era glacial, por la abrasión del sol o por los efectos de una epidemia mortal. En otros el planeta es pasto de las llamas, está completamente sumergido bajo las aguas o desértico. Por todos ellos debe transitar Jason en su intento de encontrar el camino a casa, donde ve a otros Jason: por ejemplo, uno está en la cárcel y divorciado, y su mujer e hijo le temen y le odian. Y lo mismo sucede con Amanda, su compañera de viaje, una psicóloga que era la novia del Jason que inventó la máquina. En esos otros mundos, estaba casada y tenía una hija preciosa, en otro era presidente de una cadena de hamburguesas, etc. En uno había fallecido, así que la reacción de la madre al verla entrar en casa...
Pasar por todo eso les va afectando más y más, tanto psíquica como emocionalmente, hasta el punto de derrumbarse y caer en la desesperanza.

Mi propio “multiverso”
Que yo sepa, nadie ha inventado una caja que nos permita ver e ir a otros supuestos mundos, donde el transcurso de la historia en general, y de la nuestra en particular, se haya desarrollado de una manera distinta a la que conocemos. Así que, dejando a un lado esa fantasía, podemos tomar la idea en sí para ceñirnos a nuestro propio “multiverso” y ver qué decisiones podemos tomar en nuestro día a día, y cuyas repercusiones no tienen límites.
Para que te vayas haciendo una idea de por dónde iré, y a dónde quiero llegar contigo, empezaré contando, brevemente, cuatro particularidades de mi paso por este planeta, hasta ahora:

- Si hubiera variado ligeramente algunas decisiones que tomé, y en lugar de haber dicho no hubiese dicho , posiblemente, ahora mismo, estaría trabajando en algunos de esos lugares que deseché. ¿El problema? Me habría impedido desarrollarme en otras áreas en las que estaba enfrascado en ese momento, y consideraba más importantes.

- Si hubiera agachado mi cabeza ante el abuso eclesial, aceptado la religiosidad más enfermiza y la obediencia ciega, posiblemente, ahora mismo, sería pastor. ¿El problema? Aunque aquello me cerró puertas, habría sido un hipócrita: alguien que, para lograr un puesto eclesial, vende su dignidad como persona y niega sus creencias más profundas en cuanto a la fe.

- Si hubiera hecho caso a los acercamientos sentimentales de algunas mujeres en concreto, o algunas otras hubieran atendido a los míos, posiblemente, ahora mismo, estaría casado y con hijos. ¿El problema? Ni ellas eran para mí, ni yo era para ellas.

- Si el más mínimo detalle hubiera variado en las ocasiones en que la muerte pasó rondando a mi alrededor, posiblemente, ahora mismo, ya no estaría en este plano de la existencia. Es algo que conté en “El gato con botas: ¿Cómo cambia la vida, y todo, mirar a la muerte ´cara a cara´?” (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2023/05/el-gato-con-botas-como-cambia-la-vida-y.html).

Si existiera otro universo, quizá habría otra versión de mí. Una en la que estoy casado y tengo familia numerosa. Una en la que soy un mejor escritor y me dedico profesionalmente a dicha labor. O quién sabe, otra en que la que soy deportista de élite. Seguro que tú mismo has pensado o imaginado en tus propias divergencias vitales. 
Pero, más allá de esta ciencia ficción, ¿qué puedo decir de lo que sí es real y me ha acontecido? Que, dadas las circunstancias descritas, y sin entrar en detalles, creo que tomé las decisiones acertadas. Y, cuando no las tomé directamente, estrellarme contra una pared me indicó qué era lo mejor. Haber tomado alguno de esos otros caminos, me habría llevado a ser infeliz y estar amargado. Son puertas que ya cerré y caminos por los cuales no deseo volver a transitar. Por lo tanto, pienso estar en el lado correcto del “multiverso”.
Por supuesto, también he tomado resoluciones desatinadas. Palabras que dije sin pensar. Palabras que hirieron a otros. Palabras que callé y debería haber pronunciado. Confiar en quien no debí hacerlo. Pasar tiempo con personas de doble cara que me robaban la energía y la alegría. Dejarme llevar por las emociones y no por lo que me dictaba el raciocinio. Sobrellevar cargas de otros que no me correspondían. Tener amistades donde no existía la reciprocidad. Y así, podría describir mil escenas distintas de decisiones desacertadas que tomé. Como no quiero aburrirte con mi vicisitudes, y esto no trata de mí, sino de ti, y de ayudarte, iré al grano.

Tu propio “multiverso” & Preguntas que debes responder
Al mirar tu propia vida, y como no te conozco personalmente, no sé qué opciones has tomado, cuáles consideras positivas y cuáles erradas. Puede referirse a los estudios que llevaste a cabo. O la persona con la que contrajiste matrimonio. O haberte acostado con tal o cual durante el noviazgo. O haberte dejado llevar por la ira en lugar de callar. O haber guardado silencio cuando deberías haberte mostrado asertivo. Decisiones,  microdecisiones y macrodecisiones, que llevaste a cabo. El pasado pasó, y ahí se queda. Pero, ¿y las que estás tomando en el presente, hoy mismo, segundo a segundo, y tomarás en el futuro? Es eso sobre lo que debes meditar. Las opciones son claras, en TODOS y CADA UNO de los ASUNTOS:

- ¿Serás de los que use el alcohol para encajar entre la multitud, o incluso para olvidar los malos momentos? ¿O serás una persona madura, que afronte lo que venga con sabiduría y sensatez?

- ¿Serás de los que use su tiempo libre únicamente para la diversión, el ocio y el mero hedonismo? ¿O guardarás parte del mismo para instruirte, para crecer y adquirir nuevos conocimientos en historia, filosofía, teología y ciencias sociales, entre otros, principalmente por medio de la lectura?

- ¿Serás de los que llene su mente de pornografía y de toda la basura que anida en las redes sociales? ¿O la llenarás de buenos libros y sanos entretenimientos?

- ¿Cuál crees que es tu estado civil adecuado, según tu personalidad, el de soltero o el de casado? ¿Qué opción elegirás de las dos?

- Si tienes ya pareja, ¿te casarás con él, creyendo que es el adecuado para ti, y viceversa? ¿O, por el contrario, verás que lo mejor es acabar la relación, antes de dar ese paso?

- ¿Serás de los que regala su cuerpo a la primera persona de la que se enamoran, o lo guardarás para el amor de tu vida, cuando te cases?

- ¿Serás fiel cuando tengas pareja? ¿O seguirás coqueteando con otros que te agraden o muestren interés en ti?

- ¿Serás una persona que se queje continuamente por todo, y por minucias? ¿O serás alguien que quitará importancia a los problemas, viendo el vaso medio lleno?

- ¿Dejarás que tu lengua se deje llevar por la ira cuando algo no se haga como tú quieres? ¿O serás alguien sosegado que habla con respecto, de la misma manera en que te gustaría que te hablaran a ti? 

- ¿Serás de los que se obsesionan con lograr un cuerpo cuasi perfecto para luego lucirlo en Internet? ¿O disfrutarás del ejercicio y del deporte por salud, sin buscar el lucimiento ni la vanagloria?

- ¿Serás de los que aplique en su vida ese refrán que dice “no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita”? ¿O vivirás por y para el materialismo, y estar siempre pensando en adquirir más de todo, como más ropa, más joyas, más coches y más casas?

- Si no eres creyente, ¿leerás solo libros y artículos de ateos para “respaldar” tu incredulidad y tus prejuicios? ¿O, por el contrario, le darás una oportunidad a la literatura que, con argumentos racionales e históricos, defienden el cristianismo como real?

- ¿Serás de los que cree en Dios durante un tiempo, pero cuando vienen las pruebas se apartan? ¿O serás de los que siguen firmes, a pesar de las tormentas que se le presenten? (cf. Lc. 8:13; Mt. 7:24-27).

- ¿Serás de los que use sus dones para la propia presunción y el aplauso del hombre? ¿O, aunque pases desapercibido ante las multitudes, los emplearás para la obra de Dios, para darlo a conocer, y para Su gloria? (cf. Ef. 4:8; Col. 3:23).

- ¿Serás como Marta, una persona afanada y turbada ante cualquier situación de la vida, sea pequeña o grande, o como María, que descansarás en las promesas de Dios? (cf. Lc. 10:38-42).

- ¿Aceptarás los mandamientos de Dios, Su ética y moral, o la reharás para que se adapte a tus propios pensamientos y fabricar tu propio “dios”? (cf. Ro. 12:2).

- ¿Usarás lo que no estés de acuerdo con Él como excusa para negarlo o despotricar sobre Su persona?

- ¿Serás de los que usa las mismas redes sociales para publicar continuamente cuestiones banales, como fotos, chistes o comentarios vacíos? ¿O las aprovecharás para enseñar y bendecir a otros en temas interesantes y vitales?

Las preguntas que puedes hacerte son muchas más de las citadas, pero las dichas son fundamentales.

Circunstancias incontrolables & Aprender de todo
Hay un grupo de teólogos que defienden lo que llaman “Determinismo absoluto”: enseñan, no solo que Dios, por medio de Su “voluntad decretada”, determina quién es salvado y quién es condenado, sino que decide hasta nuestras más pequeñas acciones, abarcando los pensamientos. Creen que, si no fuera así, Dios no sería soberano. A pesar de ello, consideran que tenemos “libre albedrío”. Por mucho que lo he estudiado, la forma en que tratan de encajar ambos conceptos me resulta completamente incomprensible. Aunque ya me he referido en alguna ocasión a dicha idea, cuando llegue el día –puesto que ese es otro tema- profundizaré todavía más en mi desacuerdo en dicho determinismo, que lo considero puro fatalismo.
Dicho esto, y centrándonos en el asunto de hoy, creo que hay circunstancias que podemos controlar y otras que no; siempre hasta cierto punto. Puesto que vivimos en un mundo con una naturaleza imparable, hay terremotos, huracanes y otras fuerzas salvajes. De igual manera, interactuamos con personas imperfectas –como lo somos nosotros-, con individuos que pecan –como nosotros-. Un grupo amplio de entre esas, hacen de la inmoralidad su estilo de vida, sea por la corrupción o cualquier tipo de vicio. Otras que están heridas, y al no saber gestionar dichas emociones, hieren a otras, y se convierten en lo que odian. Y, para terminar, los que tienen poca inteligencia emocional o áreas inmaduras de su personalidad. En definitiva, de una manera u otra, existe una relación directa entre nosotros como individuos, y todo lo que nos rodea.
Esto nos lleva a lo ya anunciado, lo inevitable y lo relativamente controlable, que se entrecruzan y están intrínsecamente unidos: no podemos evitar una guerra, pero sí salir del país antes de que suceda. No puedes controlar cómo son tus padres, el resto de tus familiares, compañeros de trabajo y vecino, pero sí cómo te relacionas con ellos y el trato que les ofreces, bajo los condicionantes que conoces. No puedes sujetar una falla sísmica, pero sí evitar vivir en determinados lugares. No puedes evitar que se cometan delitos en determinadas barriadas, pero sí puedes evitar pasear por ella. No puedes controlar que una amistad revele un secreto, pero sí aprender para no contarle más. Puedes conducir excelentemente, pero no puedes evitar que un conductor se salte un Stop y choque brutalmente contra tu coche. Puedes realizar un trabajo excelente para que te contraten como fijo en tu empresa, pero no puedes evitar que tu jefe le regale ese mismo puesto a un amigo suyo. Y así, con todo.
Visto así, nuestro control es, por lo tanto, limitado. Pero, dentro de lo que podemos hacer, todas las preguntas que te planteé en el apartado anterior, están bajo tu dominio. Es lo que significa “ser el mayordomo” de tu vida. Dios te ha permitido ser el “administrador” principal: de tu tiempo, de cómo ejerces, de tus intenciones, de decidir entre un sendero u otro.
Nuevamente, seguro que, si haces un repaso mental de tu vida, recordarás ciertos momentos del pasado, lejano o reciente, donde te gustaría haberte comportado de otra manera. De esos “errores”, lo único que podemos hacer es APRENDER, lo cual nos lleva a madurar y a pulirnos como seres humanos, absolutamente en todo: forma de actuar, de pensar y de sentir, amistades, relaciones, trato con el prójimo, etc. He conocido a tantas personas que, en lugar de aprovechar los reveses de la vida para evolucionar, han involucionado, aunque supongo que ellos pensarán lo contrario de sí mismos.
Recuerda también que los fallos son para APRENDER, no para quedarnos rumiando en el ayer, lo cual solo trae tristeza, desesperanza y, en los peores casos, depresión.
Ahora es cuando te toca volver al cuestionario planteado líneas atrás y DECIDIR cómo quieres ser y qué principios y modelo ético-moral vas a adoptar, para así implementarlo en lo más profundo de ti. Dedícale todo el tiempo necesario. Esto no son meras palabras que olvidar en una hora: es TODO lo que ERES y SERÁS.