lunes, 17 de mayo de 2021

10.10.1. ¿Infidelidad en el noviazgo? Concluye esa relación inmediatamente

 


Venimos de aquí: ¿Cómo repercute el paso del tiempo en una relación?: La monotonía en el noviazgo y el cuidado de la apariencia física (https://usatumenteparapensar.blogspot.com/2020/02/1093-como-repercute-el-paso-del-tiempo.html).

Aunque ya he citado algunas razones para acabar una relación, quiero centrarme ahora en dos bastante graves (la segunda, en el próximo apartado).

La infidelidad
Aquí me refiero a los dos tipos que se dan: la emocional y la física, a cual más grave. Esto no sucede únicamente en los matrimonios, sino también en los noviazgos. En estos casos, se suele producir una desilusión instantánea, conduciendo irremediablemente al desamor y a la ruptura. Elimina de golpe cualquier deseo de continuar con esa persona, ya que se la considera una hipócrita, de doble moral, irresponsable y en quien no se puede confiar. Y más si es supuestamente cristiano.
El dolor del individuo afectado suele ser desgarrador y puede acarrear secuelas emocionales a medio y largo plazo. En este tipo de situaciones, las sensaciones son sumamente dolorosas: decepción, ansiedad, sentimientos de humillación y autodesprecio, unido a una profunda desconfianza general en las personas del sexo opuesto. Así que, si eres el que está dispuesto a ser infiel en el presente o en el futuro, e incluso ya estás coqueteando con alguien, te ruego que te alejes inmediatamente de tu actual pareja, antes de que vaya a mayores y de que aumentes el tremendo dolor que traerán tus actos.
Si una persona es capaz de ser infiel en el noviazgo –que se supone es cuando está en la cúspide del enamoramiento-, a saber después con los años o en el matrimonio. Sinceramente, no es de fiar. Y ahí está el famoso dicho: “Si me engañas una vez, es culpa tuya. Si me engañas dos, es culpa mía”. Esta es una señal clara que jamás hay que pasar por alto. Si la persona que te pretende, o con la cual estás manteniendo una relación sentimental, no es confiable en este aspecto, no lo será en ningún otro. No ignores advertencias como esta que pongo de ejemplo: estás tomando un refresco en una cafetería y alguien del sexo opuesto pasa por al lado y durante varios segundos mira y sonríe a tu pareja, la cual le hace algún gesto de complicidad con su rostro, aunque ella trate de disimularlo ocultándose bajo sus gafas de sol. O cuando va mirando a los demás para ver si la miran (porque disfruta de ese tonteo). Situaciones así son claros avisos de alarma. No es caer en los celos paranoicos. Simplemente es no acallar ante ti mismo las evidencias a causa de unos sentimientos que tienes de amor. Lo que nunca debes es callar y hacer como si no te dieras cuenta.
Si eres el afectado, te seré muy claro: aunque al principio sientas que sales perdiendo –porque dejas a tu pareja y te rompe el corazón-, a medio y largo plazo eres tú el que sale ganando. La persona que es infiel contigo no te merece ni de lejos. Está demostrando, tenga la edad que tenga, que es inmadura e infantil, demostrando que no se guía por los valores cristianos que se le presupone a un hijo de Dios. Aléjate todo lo que puedas para que no te desgracie la vida. ¡Pobre el que viene detrás de ti en su lista! Posiblemente pasará por tu misma situación cuando se canse o venga alguien más llamativo.

Causas, que no justificación
Se puede explicar, pero nunca justificar la infidelidad. Hay varias razones que llevan a alguien a ser infiel:

- Aquellos que tienen poco aprecio por sí mismos, en términos físicos y/o personales. Son bastante susceptibles de ser seducidos por otras personas cuando éstas las halagan o les prestan más atención de la que se consideran dignas. Les provoca excitación emocional y física.

- Aquellos que se sienten vivos y extremadamente especiales cuando comprueban que son amados y/o deseados por otros. Es un estímulo que sienten en el corazón como una fuerza arrebatadora.

- Aquellos que lo usan para “castigar” a su pareja por algo que no marcha bien en la relación.

- Aquellos que tienen una conciencia perversa, aunque traten de engañarse a sí mismos de que no hay nada malo en sus acciones.

- Aquellos que son tentados y/o se dejan dominar por la simple y pura codicia.

- Aquellos que se dejan llevar por hombres o mujeres desinhibidas.

- Aquellos que no se sienten satisfechos en su noviazgo y, en lugar de separarse, deciden probar algo nuevo sin llegar a romper la relación que tienen.

- Aquellos que caen en la rutina y, en lugar de buscar soluciones, encuentran a alguien que les devuelve la ilusión.

- Aquellos que conocieron a alguien que les gustaba mucho más que su actual pareja en todos los aspectos, pero no se atreven a dejarlo.

- Aquellos que carecen de madurez.

- Aquellos que se sienten “débiles” o “vulnerables” en algún momento de crisis en la relación, y surge o busca la oportunidad de mantener relaciones sexuales con otra persona, con la que se pueden sentir vulnerables y establecer un vínculo emocional.

- Aquellos que creen que todos los días deben sentir el mismo grado de amor y de emoción por su pareja, y que no saben distinguir entre enamoramiento y amor. Estos son susceptibles a posibles cortejos de terceras personas.

Las palabras de una infiel que aprende de sus errores
Aunque es el testimonio de una mujer casada, sirve también como ejemplo para hombres y mujeres que están de novios:
“A medida que sus sentimientos de soledad y desesperación fueron más profundos, el cerebro de ella gravitó de modo natural mucho más allá. Ella comenzó a fantasear con algunos de los amigos de su esposo, quienes parecían mucho más maduros y emocionalmente disponibles en comparación. No solo había uno en particular más disponible emocionalmente, sino que él también se ofrecía a sí mismo físicamente en momentos oportunos.
´Yo sabía en mi corazón que tontear con uno de los mejores amigos de mi esposo era un movimiento necio, pero mi cabeza lo justificaba de muchas maneras: Nadie tiene por qué saberlo; Incluso si mi marido se enterase, ¿cómo puede culparme a mí?; Él haría lo mismo si le dieran la oportunidad; Me merezco sentirme amada y deseada; Quizá este es mi billete para salir de este miserable matrimonio`.
Desgraciadamente, no fue ese billete porque ese amigo se sentía tan culpable después que dejó de visitarles. Otro de los amigos de él, completamente inconsciente de lo que había sucedido anteriormente (¿o no lo era?), vio que ella estaba frustrada en su matrimonio y supuso correctamente que también debería de estar sexualmente frustrada. Él la buscó y a ella le encantaba a atención y se lo puso fácil, a pesar del hecho que sabía lo doloroso que demostró ser tal error la última vez. La historia volvió a repetirse, y ese amigo finalmente dejó de estar a su lado. Fue entonces cuando ella atrajo a otro buen amigo a su vacío emocional.
´Después de esa tercera aventura, supe que no habría manera de salvar nuestro matrimonio. Me engañas una vez, debería darte vergüenza; me engañas dos veces, debería darme vergüenza; me engañas una tercera vez, momento del divorcio`. Estaba llena de amargura y animosidad hacia él por todo lo que había hecho, o no había hecho. Pero él también tenía todo el derecho a sentirse del mismo modo hacia mí por lo que yo había hecho`.
Aunque él desempeñó un extenso papel para causar que ella se sintiera tan sola en su matrimonio, yo la desafié a pensar por qué la fantasía de estar con otro hombre la sintió tan abrumadora que realmente la puso en práctica, tres veces, lo cual había hecho mucho más daño que bien a su propia autoestima. Me preguntaba si ella reconocía el modo en que había utilizado su atractivo sexual y su cuerpo para luchar por la atención y el afecto que anhelaba.
´La fantasía nunca se trató de practicar sexo con esos hombres, aunque ocasionalmente se dirigió hacia esa dirección, tanto como de sencillamente que ellos quisieran estar conmigo, hablar conmigo, llegar a conocerme y que pensaran que yo era interesante... no, que me consideraran absolutamente irresistible`.  ¿No era eso algo que podrías haber esperado más de tu esposo?, le pregunté. ´Sí, pero no sabía cómo luchar por ello. Ni siquiera sabía cómo pedirlo. Supuse que él lo sabría. Pero cuando él no lo captó, escogí enojarme y actuar como pasiva agresiva. No funcionó. Eso solamente le capacitó para mantener su cabeza en la televisión o en la pantalla de la computadora`.
Aunque la tentación siempre está en pensar lo que la otra persona hizo mal y por qué, normalmente un mejor uso del tiempo y de la energía es pensar en por qué nosotros actuamos del modo en que lo hacemos en las relaciones, y por qué fantaseamos hacia ciertas direcciones. A veces, la única manera de eliminar las capas de desilusión y desengaño es alejarse por completo de todas las distracciones. Entonces podemos descubrir con más facilidad cuál es el factor impulsor central que hay detrás de nuestras fantasías y tentaciones, y podemos acudir mentalmente a nuestros pensamientos y sentimientos más profundos acerca de nosotros mismos, y más especialmente acerca de nosotros mismos en relación con otras personas.
A ella le daba pánico estar sola. ´Nunca he estado sola, al menos no exitosamente. [...] Yo fui una hermana del medio, y por eso siempre había un hermano mayor o menor alrededor. Mi madre no trabajaba fuera de la casa, así que siempre estaba por allí también. Cuando me castigaban, mi mamá me enviaba a mi cuarto para que estuviese sola, pero yo hacía tal pataleta que ella cedía y al menos dejaba abierta la puerta y ponía música para calmarme. Yo era una niña que me portaba muy bien simplemente porque la idea de que me mandasen sola a mi cuarto me aterrorizaba. Me casé bastante joven, pero yo pensaba que estaba totalmente preparada para el matrimonio, aunque creo que quizá me casé en parte porque no podía soportar el pensamiento de vivir yo sola, ni siquiera en una habitación en la residencia universitaria. [...] No me di cuenta de que mi ansiedad por permitir que ese amigo estuviera en nuestra casa mientras mi marido estaba fuera se trataba más de aliviar mi pánico por estar sola más que practicar sexo con ese otro. No creo que fuera eso lo que yo realmente quería, pero obviamente era lo que él quería, así que me dejé llevar para mantenerle a mi lado todo el tiempo posible`.
Cuando acabó aquella relación, ´en lugar de quedarme sentada pensando en ello mientras mi marido veía la televisión, decidí salir con mis amigas. Así fue como comenzó esta segunda aventura, cuando me encontré con otro de los amigos de mi marido cuando estábamos fuera aquella noche. Realmente no se trataba tampoco de sexo con él. Yo solamente quería mantener su interés en llegar a conocerme... en estar conmigo`.
´Supongo que nunca podré confiar en que ningún esposo esté al cien por ciento física y emocionalmente disponible para mí las veinticuatro del día, ¿verdad?`, entendió.
Esos días a solas fueron increíblemente difíciles, pero ella se las arregló para pasar cuatro días a solas sin nada más que su Biblia, su diario y sus pensamientos y sentimientos más profundos. Ningún televisor, Internet o Ipod. Solamente ella y Dios.
´Sobreviví. El primer par de días me sentía totalmente extraña, pero a medida que me asenté con mi Biblia y mi diario, comencé a reconocer el modo en que Dios siempre estaba con su pueblo, cuidando de ellos constantemente, dándoles victorias en las batallas, proveyendo milagrosamente para sus necesidades y persiguiéndoles con su extravagante misericordia y amor incondicional. Le pregunté a Dios si Él también me tiene a mí de tal manera ante sus ojos, y los días tercero y cuarto pude sentir su presencia rodeándome como si fuera una manta hecha a mano`.
Le pregunté a ella cómo se sentía ahora al estar sola. Ella respondió: ´No me gusta, pero sé que sobreviviré y que probablemente creceré mucho más como resultado. Hasta que me sienta bien con estar a solas, en realidad no está bien que tenga una relación con nadie. No puedo esperar que nadie me conozca hasta que yo me conozca a mí misma, y voy a seguir buscando a Dios para lograr eso, ya que Él es quien me creó en un principio`[1].
Todo un testimonio a tener muy en cuenta.

El coqueteo
¿Y si estás soltero y un chico o una chica que tiene pareja coquetea contigo? En el caso de que se vaya contigo, el día que conozca a alguien que le atraiga más, se irá con él y te hará lo mismo que hizo en el pasado. Y, aunque no lo haga, la conclusión es la misma: personas así de inmaduras no son de fiar ya que atrapan a los ingenuos y van de “seductores”.
Guárdate especialmente de mujeres y hombres casados que sepas que sus matrimonios no marchan bien o que estén faltos de algo: “La frigidez, la indiferencia o la poca disponibilidad de la esposa pueden acarrear la infidelidad por parte del marido. El egoísmo, la desconsideración, la violencia, pueden aminorar el afecto de la esposa”[2]. Recuerda el proverbio como aviso: Vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un joven falto de entendimiento, el cual pasaba por la calle, junto a la esquina, e iba camino a la casa de ella, a la tarde del día, cuando ya oscurecía, en la oscuridad y tinieblas de la noche. Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. Alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden estar en casa; Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, acechando por todas las esquinas. Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: Sacrificios de paz había prometido, hoy he pagado mis votos; por tanto, he salido a encontrarte, buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. He adornado mi cama con colchas recamadas con cordoncillo de Egipto; He perfumado mi cámara con mirra, áloes y canela. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; alegrémonos en amores. Porque el marido no está en casa; se ha ido a un largo viaje. La bolsa de dinero llevó en su mano; el día señalado volverá a su casa. Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, le obligó con la zalamería de sus labios. Al punto se marchó tras ella, como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; Como el ave que se apresura a la red, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón” (Pr. 7:7-23).
Cuando hablamos de las “Complicaciones y posibilidades” que pueden surgir entre las amistades con las personas del sexo opuesto (http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2015/06/52-complicaciones-y-posibilidades-en.html), dije que “pocas cosas hay más terribles ante los ojos de Dios que una persona se entrometa en un matrimonio con el propósito de romperlo para atraer hacía sí a uno de los miembros. Tal actitud es inmoral y aborrecible. Puede que se haya enamorado sinceramente sin buscarlo, pero lo que haga con esos sentimientos mostrará claramente quién es realmente el Señor de su vida: Dios o él mismo. Romper o ayudar a romper un pacto sagrado trae frutos: a nivel interno, ya que no hay conciencia que pueda vivir en paz sabiendo lo que ha hecho. A nivel externo, ya que lo que mal empieza mal acaba, y posiblemente esa relación terminará en ruina. O puede que pague los platos rotos en la otra vida: aunque sea capaz de autoconvencerse de que no ha hecho nada malo (más bien, engañándose a sí mismo en nombre del amor), y la “nueva pareja” sea aparentemente feliz durante su paso por este mundo, pagará las consecuencias ante el juicio de Dios, a menos que se arrepienta previamente y abandone esa relación adúltera”: Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; no quedará impune ninguno que la tocare. [...] Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca será borrada” (Pr. 6:29-33).

¿La culpa es de la biología?
A principios del 2017, la actriz Scarlett Johansson, tras su segundo divorcio, dijo que no creía que una persona pueda ser monógama de manera natural[3]. Ella, como muchos otros, son los mismos que usan como excusas las dichas por Allan y Barbara Pease en su libro Por qué los hombres no se enteran y las mujeres siempre necesitan más zapatos, donde señalan que la razón por la cual a los hombres les cuesta tanto ser monógamos es porque sus cerebros no están preparados para ello. Le echan la culpa de sus infidelidades a la biología como un intento de excusa perfecta, cuando la verdadera causa reside en el mal que anida en el corazón del ser humano.
En mi infancia, conocí a una chica que se desenamoró completamente de su novio, pero no le dijo nada. Se marchó a la Universidad a estudiar donde conoció a otro hombre. Hasta que no se aseguró de tenerlo, no abandonó a su novio oficial. Cuando él lo supo, cayó en una profunda depresión, en la que vivió instalado durante muchos años, de tal manera que su carácter cambió por completo. De ser una persona alegre, risueña y jovial, a vivir amargado en todas las facetas de la vida. ¿Qué te quiero decir con esto? Que, si ya no amas a tu pareja y te enamoras de otra persona, no seas tan ruin de no dejarla hasta lograr a la otra. Aunque tengas miedo a la soledad, a experimentar el vacío emocional, enfréntate a la vida en lugar de ser cruel con otro ser humano que merece tu respeto por encima de todo, incluso aunque hayas dejado de amarlo, e incluso, en el peor de los casos, que lo consideres una mala persona. Evítale un dolor que le puede marcar para siempre.

La fidelidad y la voluntad
Las bases que asientes durante el noviazgo para mantenerte fiel y guardar tu corazón serán las que tendrás el resto de tu vida ya dentro del matrimonio. Ante cualquier situación de riesgo a causa de algún déficit sentimental y emocional en la relación, se debe hablar con la mayor premura posible, no dejando que esas emociones crezcan. Para eso es fundamental la comunicación, el establecimiento de pautas a seguir y qué cambiar, con el propósito de solucionar aquellas áreas que flojean en la relación. Así se evitará sentirse tentado a buscar en otro lugar aquello de lo que adolece la relación. Lo que te hace un verdadero hombre y una verdadera mujer no es decir SÍ, sino decir NO al pecado. Si tienes pareja y tratan de seducirte o conquistarte, hazte respetar.
Si alguien te quiere hacer entrar en ese juego, corta radicalmente y no dejes lugar a ningún género de dudas. Lo contrario te convertiría también a ti en una persona en la cual no se podrá confiar: Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu oído, para que guardes consejo, y tus labios conserven la ciencia. Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite; Mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seol. Sus caminos son inestables; no los conocerás, si no considerares el camino de vida. Ahora pues, hijos, oídme, y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa” (Pr. 5:1-8). Igualmente aplicable para las mujeres respecto a los hombres.
Para no encontrarse con problemas inesperados y ser fiel a tu pareja, tienes que marcar límites muy claros con las personas del sexo opuesto: las palabras que puedan tener un doble sentido o se puedan malinterpretar, los temas de conversación a tratar, el tiempo que se pasa con otros, el control de lo que permitirás que te digan en lo que respecta a piropos físicos y personales, la intimidad física, etc. Hay hombres y mujeres que desean conservar sus relaciones con amigos del sexo contrario exactamente igual que la que tenían antes de tener pareja y con el mismo grado de intimidad emocional y física. En la realidad, esto es imposible.
Nuevamente, es una decisión de tu voluntad, reconociendo los riesgos que supone tratar a otras personas que poseen cualidades atractivas, y por las cuales podrías sentir atracción si te dejaras llevar, y viceversa. Todos tenemos puntos débiles a los cuales tenemos que prestar atención. Seguimos siendo seres humanos de carne y hueso, y, por lo tanto, perfectamente influenciables, seducibles y conquistables. Ahora bien, seguir buscando fuera de tu pareja el deseo de sentirte buscado y deseado por otras personas es incompatible con una relación. Además, nunca sabes cuál es el verdadero interés de otra persona en ti, al que, por su falta de ética, puede no importarle que tengas pareja. 
Las personas sumamente extrovertidas deben cuidar esa parte de sí ante personas del sexo opuesto, ya que no saben cómo reaccionarán los demás ante sus actitudes alegres, espontaneas y cariñosas. Lo que para ellas puede ser algo totalmente inocente, para el resto puede ser considerado como señales, lo que se conoce en el lenguaje común como “estar tonteando”. Así que cuidado con los halagos, los piropos, con el tiempo que pasas a solas, el contacto físico y los temas de conversación.
No entres en ese juego con nadie y evita todo tipo de situaciones que puedan suponer un riesgo para tu corazón. Sé consciente de que el amor a tu pareja no te hace inmune a caer en otras redes. Nadie está exento de tal peligro[4]. Casi nadie cae en una infidelidad de la noche a la mañana, sino que es un proceso lento que va hirviendo a fuego lento.

Conclusión
Personalmente, en el noviazgo, rompería inmediatamente la relación, fuera cual fuera el tipo de infidelidad física: la súbita o la que se ha cocido durante mucho tiempo, aun cuando se hubiera cometido una sola vez y se arrepintiera. Y siendo más claro: aunque me pidieran perdón, rompería igualmente. ¿Perdonaría? Por supuesto que sí, pero no querría volver a estar con esa persona nunca más. Puede sonar radical, pero es como pienso. No sería una decisión basada en el dolor del momento, sino bien meditada con antelación. Es algo que no permitiría por muy grande que hubiera sido el amor. Y me baso en que, durante ese periodo de tiempo, no se ha establecido ningún Pacto ante Dios como el que se produce al contraer matrimonio y, por lo tanto, no tengo por qué considerar una reconciliación. Sinceramente, no querría casarme bajo ningún concepto con una persona que ha cometido tal acción, de igual manera que nunca tendría por pareja a una mujer que se exhibe sin pudor en las redes sociales o en la vida real. Eso para mí es otra forma de infidelidad.
¿Qué debes hacer tú si han sido infieles contigo? Eso lo dejo en tus manos. Me he limitado a ofrecerte mi opinión con argumentos de mucho peso. Espero que las pautas que he marcado te hayan servido para reconocer posibles señales de alarma y tomar medidas por tu parte.

* En el siguiente enlace está el índice:
* La comunidad en facebook:
* Prosigue en: 10.10.2. Una razón de peso para acabar el noviazgo: Cuando a tu pareja le eres indiferente y no le importas.



[1] Ethridge, Shannon. La falacia de grey. Grupo Nelson. P. 56-59.

[2] Lacueva, Francisco. Ética cristiana. Clie. P. 189.

[4] Una encuesta de 2005-2006 entre pastores evangélicos de EE.UU. reveló que el 37 por ciento admitió haber tenido alguna conducta sexual impropia durante su ministerio. Fuente: Christian Post. Edición: ProtestanteDigital.com. 7 de septiembre de 2010.


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