Venimos
de aquí: Respondamos sinceramente: ¿deseamos justicia o venganza? (https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/09/respondamos-sinceramente-deseamos.html).
Antes de comenzar, quiero dejar muy
claro que nada de lo que voy a exponer a continuación quita ni una sola palabra
del artículo anterior. Sigue siendo vigente, y siempre lo será. De ahí que
denunciar y presentar la verdad no exime que hagamos todo lo que señalé en ese
escrito. Y sin más, vayamos al grano.
La
mentira proclamada como verdad
El famoso y tétrico nazi Joseph
Goebbels –Ministro de Propaganda del Tercer Reich- dijo que “una mentira repetida mil veces se convierte en una
verdad”. Dicho lema le funcionó, hasta el punto de que llevó a millones de
alemanes a creer que eran una raza superior. Un auténtico lavado de cerebro
logrado a base de repetir una y otra vez las mismas proclamas.
En
la sociedad actual vemos cómo dicha táctica se sigue empleando a pies
juntillas; mentiras que, repetidas hasta la saciedad, terminan por ser
aceptadas como verdades:
-
Ser una persona exitosa es sinónimo de ser guapo, tener un buen cuerpo, una
buena cuenta corriente y ser reconocido por los que nos rodean.
- El
homófobo es el que cree que lo natural es una relación entre un hombre y una
mujer.
- El
retrógrado es el que cree en Dios, el que afirma que las relaciones sexuales
son para el matrimonio, y el que está en contra del aborto libre y la eutanasia.
- El
xenófobo es el que pide que no se deje entrar en el país a todos los
inmigrantes.
Esto
es lo que proclaman día tras días los medios de comunicación. En España, la
prensa escrita lo suele hacer a través de periódicos como “El País” y “El
Mundo”, y la televisión en canales como “La Sexta” o “Cuatro”, entre otros. Y
de Internet ya ni hablamos.
Con
el asunto de la independencia catalana está sucediendo lo mismo; en esta
ocasión, casi exclusivamente desde la propia Cataluña, puesto que en el resto
de España se les refuta una y otra vez con argumentos contundentes y que no
pueden replicarse, como por ejemplo en “Mitos y falsedades del
independentismo” (https://politica.elpais.com/politica/2017/09/22/actualidad/1506057773_802802.html)
y “Las mentiras de Puigdemont”
(https://elpais.com/elpais/2017/09/20/opinion/1505920628_019009.html). Por eso este viernes por la tarde le expresaba
a un amigo mi duda: ¿saben los políticos catalanes que están mintiendo y aun
así siguen haciéndolo, o han engañado a su cerebro de tal manera que creen que
dichas mentiras son la verdad?
Supuestos cristianos que
predican la mentira
Conociendo
cómo son, entiendo que esta forma de pensar provenga de los “Guardiola” o
“Aleix Espargaró[1]”
de turno. También puedo
comprender perfectamente que estas actuaciones las lleven a cabo personas que no son cristianas.
Pero que lo hagan algunos que dicen ser creyentes me indigna hasta el
paroxismo. Y esto es lo que ha sucedido entre 282 sacerdotes y
21 diáconos secesionistas catalanes (de un total de 2190 sacerdotes y
religiosos que hay en Cataluña), que han firmado un manifiesto a favor del referéndum,
el cual exige al Gobierno español “escuchar las legítimas aspiraciones
del pueblo catalán”.
Podría
aceptar que, basándose en sus sentimientos e ideologías, creyeran en dicho
referéndum. Pero es intolerable, temerario y aberrante que usen el ejemplo de Jesús,
junto a historias como la de Moisés, para defender sus ideas. Sinceramente, quiero
creer de corazón que los verdaderos cristianos que pueda haber dentro del catolicismo
romano no defienden tales posturas, y espero que sean críticos y valientes a la
hora de mostrar públicamente su rechazo ante aquellos que dicen representarles.
Para
los que no conocen qué argumentos han usado estos sacerdotes católicos,
vamos a analizarlos, citando las palabras de Cinto Busquet
(en cursiva), párroco de Calella (Barcelona), y de otros sacerdotes[2].
¿La leyes españolas son
inmorales?
“El
Evangelio defiende este referéndum. Jesús fue condenado a muerte en base a la
ley vigente y ninguna persona sensata lo considera algo legítimo ni moral”.
¡¡¡Falso!!! Jesús no fue condenado en
base a la ley vigente. Es más, Pilato dijo que no hallaba ningún delito en Él
(cf. Lc. 23:4). Toda la ley se pasó por alto y el juicio que llevaron a cabo
los judíos fue una farsa. Incluso se usaron testigos falsos contra su persona.
Fue el pueblo el que condenó a muerte a Jesús engañado por los líderes
religiosos que se saltaron todas las normas.
¿Es esto lo que está haciendo el
Gobierno de España o el de Cataluña? La respuesta es obvia y solo un ciego
podría negarla.
Por otro lado, Cinto Busquet, ¿a cuento
de qué viene mezclar churras con merinas? ¿Está usted comparando al infame
Emperador Nerón con los dirigentes de España? ¿Está usted comparando las
crueles leyes romanas con las leyes democráticas de una nación, y que, en este
caso, han sido aceptadas por todos los partidos políticos que gobiernan? Como
ahora no les gustan, ¿las desobedecen e incitan a la desobediencia? ¿En su
Biblia no vienen las palabras de Pablo a Tito, donde le dijo: “recuérdales que se sujeten a los
gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena
obra” (Tit. 3:1)? ¿Es que no recuerdan que Jesús
dijo “dad a César lo que es de César, y a
Dios lo que es de Dios” (Lc. 20:25)?
Los
cristianos deben obedecer siempre la ley civil y a la autoridades: “Sométase toda persona a las
autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las
que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean
condenación para sí mismos” (Ro. 13:1).
La única excepción para
no obedecer se produce cuando alguna
ley humana nos ordena ir en contra de algún mandamiento de Dios. Un caso
muy conocido del Antiguo Testamento es cuando el rey Nabucodonosor ordenó que
todo el pueblo se arrodillará delante de la estatua que habían construido en
Babilonia. ¿Qué hicieron tres jóvenes judíos? ¡Desobedecieron! (cf. Dn. 3). Ahí
sí estaba justificado. Igualmente sería si las leyes civiles nos obligaran a
matar, a robar o a delinquir. En ese caso, deberíamos desobedecerla. A los
apóstoles los encarcelaron y les prohibieron predicar el Evangelio. ¿Cómo
respondieron ellos?: “Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch.
5:29).
El requisito señalado –ir en contra de
los mandamientos divinos- no se cumple ni de lejos en la ley civil española como
para llamar a rebelarse contra ella, como están haciendo estos sacerdotes.
Los judíos esperaban un Mesías
revolucionario que les liberase del yugo romano. Pero, cuando el Mesías llegó, y a pesar de la tiranía de
Roma, Jesús no llamó a la rebelión contra el Imperio ni a la desobediencia civil. ¿Nos imaginamos a Jesús y a sus
discípulos manifestándose en las calles y cantando proclamas en contra de los
gobernantes y a favor de la independencia de Israel? ¿Nos imaginamos a Jesús
puesto en pie encima de un caballo dándole patadas mientras sus seguidores
empujaban a los soldados y amenazaban a los Magistrados? ¿Nos imaginamos a
Jesús enseñándoles canciones a los niños contra Roma, llevándolos delante de
los cuarteles de los soldados a protestar o usándolos para empapelar edificios
públicos? ¿Verdad que no? Pues todo esto es lo estamos viendo desde el 20 de
Septiembre a los secesionistas catalanes, espoleados por la misma Generalitat.
En una dictadura o en la época romana, habrían sido ejecutados en el acto. Pero
las leyes que estos párrocos consideran injustas les permiten seguir viviendo y
expresar sus ideas.
Ellos, que no respetan las leyes, ¿con
qué autoridad moral y jurídica le dirán a los ciudadanos que tiene que obedecer
las normas que establezcan si se independizan? Si sus normas de juego se aplican a todo el mundo
–que sería lo justo- un ciudadano catalán podría desobedecer y, por ejemplo, no
pagar impuestos o no acatar las ordenes de un Mosso de Escuadra, y no tendría
que pasar nada.
¿Catalanes
reprimidos?
“En
Cataluña también se quiere impedir a la gente votar cumpliendo una ley, pero
esa legalidad atenta contra la dignidad y la libertad de las personas. [...] El
cristianismo enseña que cada ser humano ha sido creado con libertad, que nadie
puede imponer su voluntad sobre el otro, y es lo que se está haciendo sobre
millones de catalanes. Es inmoral lo que está haciendo España. Hay un 80% de
catalanes que quieren votar y se les está reprimiendo esgrimiendo la
Constitución”.
No me sea demagogo y deje de mentir
porque, como afirmó Jesús, “de toda
palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del
juicio” (Mt. 12:36). Cuando usted dice que “el
manifiesto sostiene que el referéndum del 1 de octubre es un último grito de
dignidad ante “la imposibilidad de pactar
las condiciones para llevarlo a cabo de forma acordada”, está dejando por
escrito su propia mentira. No es que no se pueda acordar las condiciones; es
que ustedes quieren imponer sus
condiciones. Eso explica que cada vez que se le ha ofrecido al presidente de
Cataluña, Carles Puigdemont, ir al Congreso de los Diputados a explicarse y
dialogar, haya mirado para otro lado. Acusan al Gobierno de España de imponer
al mismo tiempo que ustedes tratan de imponer sus leyes. ¡Hipocresía sectaria pura
y dura!
Si fuera consensuado, no se le impediría
votar a nadie; lo que se prohíbe es una votación que deja en manos de unos
pocos la decisión de qué hacer con una parte del territorio nacional. ¿O es que
el resto de los españoles no tenemos nada que decir? ¿O es que Cataluña no ha
sido construida con los impuestos de los residentes de las demás comunidades
autónomas? Si Andalucía, que ha sido igualmente levantada con los impuestos de
todos los nacionales, decidiera hacer un referéndum sobre la independencia sin
contar con los votos catalanes, ¿lo consideraría justo?
Señor Busquet, si los monaguillos de su
parroquia decidieran apropiarse del campanario, y llevarse la sacristía y el
confesionario junto al 20% de las imágenes que usted venera, ¿qué le parecería?
Siguiendo su hilo argumental: si usted se lo prohibiera, estaría atentando
“contra la dignidad y la libertad de las personas”. ¿O es que lo que vale para
los demás no se le aplica a usted?
¿El Evangelio usado como
argumento independentista?
“Es
irrebatible que, basándonos en los principios de la Iglesia, el Estado está
vulnerando derechos humanos fundamentales. [...] El Evangelio es nuestra
legalidad”.
¿Irrebatible? No nos haga reír de pena.
Por si no lo sabe, el Evangelio es la buena noticia de Dios, que sentencia que
todo el que cree en Jesucristo pagó en la cruz por sus pecados es hecho hijo
suyo y recibe la garantía de la vida eterna. A partir de ahí, todos los que
aceptan dicha verdad son parte de un solo pueblo, y “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gá. 3:28). ¡Esa es
la verdadera independencia, no la que ustedes defienden!
¿Usando
a Moisés como ejemplo de independentista?
Sobre aquellos cristianos no independentistas, el párroco firmante Pere Oliva dice que respetan a
esos fieles, pero que consideran errónea su visión: “Cada uno lo enfoca a su manera. Otros cristianos lo ven con la
perspectiva de la legalidad, tienen como una máxima que la ley es inviolable y
detrás de eso viene lo demás. Comprendo esa postura pero yo prefiero otro
camino. Desde una formulación bíblica, si Moisés hubiera seguido la ley quizá
no se habría rebelado contra los egipcios ni hubiera comenzado algo nuevo (la
liberación de los esclavos y su éxodo hacia la tierra prometida)”.
Cualquier persona que no tenga
conocimiento bíblico puede pensar: “¡Qué palabras más sabias! ¡Es verdad, mira
cómo actuó Moisés!”. Pero el que conozca la realidad de la historia de Moisés
sentirá vergüenza ajena del insultante ejemplo usado por Pere Oliva:
- Cuando Moisés quiso imponer su ley,
matando a un egipcio, los judíos se lo echaron en cara: “¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas
matarme como mataste al egipcio?” (Éx. 2:14).
- Moisés no se rebeló por su propia
cuenta, sino que fue Dios el que le llamó a levantarse contra
Faraón. ¿La respuesta de Moisés? No quería, hasta el punto de que el Altísimo se enojó con él (cf. Éx. 4:14).
La pregunta para el señor Pere Oliva sería si Dios se le ha aparecido en
persona para llamarle a salir de España.
- Las condiciones sociales en las que vivían
los judíos en Egipto era de esclavitud, opresión y violencia contra ellos: “Y los egipcios hicieron servir a los hijos
de Israel con dureza, y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro
y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los
obligaban con rigor” (Éx. 1:13-14). Señor Pere
Oliva, ¿son estas las condiciones en que los malvados españoles tenemos al
pueblo catalán? Y yo que pensaba que eran una comunidad próspera. ¡Qué ingenuo
de mí!
- Faraón ordenó matar a los niños (cf.
Éx 1:15-16). Señor Pere Oliva, ¿los médicos españoles que viven en Cataluña matan
a los niños de padres catalanes? Creo que no. Sin embargo, ¿quién lleva años
adoctrinando a esas criaturas desde su más tierna infancia e inculcándoles la
idea de que España les roba y es el enemigo, y donde muchos de ellos terminan formando
parte de grupos antisistemas, o de Arran y la CUP? Sus educadores y políticos. Como
señalaba hoy mismo el célebre dramaturgo catalán Albert
Boadella: “El
catalanismo se nutre de la xenofobia y el odio a España. [...] Ha sido un goteo de odio a
España durante 35 años, dos generaciones que se han educado en el odio”[3].
Hagamos de cada ciudad una nación
Miquel Barberà, párroco de la
archidiócesis de Tarragona, dice: “La
doctrina social (de la Iglesia)
defiende el derecho de autodeterminación, y punto. Defiende el derecho a
decidir de todas las naciones, y nuestros obispos ya dijeron hace seis años que
Cataluña es una nación”. Estupendo. He hablado con mis vecinos y hemos
decidido que Algeciras (nuestra ciudad) es un país, así que nos hemos
proclamado una nación, basándonos en el derecho de autodeterminación que usted
predica y que le agradecemos, y punto.
Esperamos que el resto de pueblos siga
su “doctrina” y que, por ejemplo, los habitantes de Badalona se independicen de
la República Catalana y formen su propio país, y punto.
Señor Barberà, ¿usted habla en serio o
seguimos con el sarcasmo de sus enunciados de sedición?
Conclusión
Señores párrocos catalanes: crean lo que
quieran creer, pero no usen en vano el nombre de Dios en vano para defender sus
mentiras y falacias. Es algo gravísimo. Recuerden que Jesús afirmó
contundentemente que dijo que el padre de mentira es el diablo porque es
mentiroso (cf. Jn. 8:44), así que no sigan por ese camino y dejen de retorcer las Escrituras para justificar sus postulados.
Oriol Junqueras, Carles Puigdemont, Carme
Forcadell, Ada Colau, Anna Gabriel y Pablo Iglesias (que espero que los que le
votaron se hayan dado cuenta de que es un traidor a la patria), apoyados
por grupos como ANC, Òmniun, la CUP, Junts pel Sí y Podemos, y canales de
televisión como TV3 (que dicen que los que destrozaron los coches de la Guardia
Civil luchaban por la democracia y que, sin embargo, los españoles que ondean
sus banderas son nazis acosadores) o de radio como Catalunya Radio (que piden a
los oyentes que avisen sobre los movimientos de la Guardia Civil), están jugando con fuego y avivando las llamas del Golpe de Estado que se
está produciendo, presentándose a su vez como falsas víctimas.
Los párrocos que han entrado en el juego
de estos personajes, proclamando este manifiesto, son cómplices de lo que está
pasando al dividir aún más este país y a las propias familias catalanas (“Las familias rotas del Procés catalán”: http://www.elmundo.es/cronica/2017/09/24/59c6863322601d9a458b4667.html), y de lo que pueda llegar a pasar, y la historia los juzgará. No olviden la
advertencia del Señor de lo que están provocando: “Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa
dividida contra sí misma, no permanecerá” (Mt. 12:25).
Aplíquense las palabras de Pablo: “Exhorto ante todo, a que se hagan
rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y
reposadamente en toda piedad y honestidad”
(1
Ti. 2:1). Todos los españoles en general y sus parroquianos en
particular se lo agradecerán.
Por último quiero expresar mis deseos:
- Espero que toda la tensión que se está
acumulando no derive en una violencia sin vuelta atrás como en el 36.
- Espero que se haga justicia contra los
que están incumpliendo las leyes y manipulando
a las masas.
- Espero que la fractura social se pueda
resolver con el tiempo cuando haya otros dirigentes catalanes al frente.
- Espero que se dejen de usar a los niños
como títeres llenos de odio contra España y se les vuelva a educar sanamente.
- Espero que, si se acuerda un referendum,
todos los españoles tengan voz y voto, puesto que lo contrario acabaría en
desgracia.
- Y, para terminar, deseo que tantos unos
como otros puedan conocer al Señor y convertirse.
El tiempo nos dirá qué deseos
se cumplirán y cómo acabará todo.