Venimos de aquí: La sexualidad
del soltero cristiano: Introducción. http://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2015/07/7-la-sexualidad-del-soltero-cristiano.html
Analicemos en este apartado cómo
perciben los hombres y las mujeres la sexualidad.
Cómo siente la sexualidad un hombre
El principal problema con el
cual se enfrenta el hombre es su vista. Por medio de ella observa todo lo que
hay alrededor y lo que ve le estimula en un sentido u otro. Ni mucho menos es
casualidad la existencia de la lencería femenina, con todo tipo de formas y
colores. Obedecen a una razón: provocan un efecto en el hombre. De lo
contrario, sería absurdo la mera existencia de esta clase de productos. El
hombre observa la belleza del cuerpo de una mujer y todo su ser se desmorona de
la misma manera en que un bebé queda en una especie de estado de shock cuando
le acarician suavemente su espaldita. Se queda absorto. El cuerpo femenino
provoca este efecto en el hombre.
Como no me canso de repetir, fuimos
creados para sentir esa clase de atracción. Es algo que las mujeres deben
aceptar aunque no lo comprendan en su totalidad ya que ellas experimentan la
realidad de manera diferente. ¿Esto convierte a todos los hombres en
superficiales? No. Si eres mujer y estás leyendo estas líneas, tienes que saber
que es normal que lo primero que llame la atención de ti a un hombre sea tu envoltorio, porque el género masculino
es un género predominantemente visual:
disfruta de la belleza, y no hay nada más hermoso que una mujer. Sin duda lo
más hermoso de la creación. Ni las estrellas, ni la Luna, ni el mar ni cuentos.
La mujer.
El cubano Gerardo de Ávila narra
entre sus múltiples anécdotas que en una ocasión le presentaron a una hermosa
dama que llevaba una mantilla. Y le preguntaron: “¿Qué le parece?” (sin
especificar que la referencia era sobre la prenda, aunque estaba bastante
claro). Él, sabiendo por dónde iba el asunto, respondió de forma humorística:
“¿La joven o la mantilla?”. Para un hombre sería ridículo negar lo evidente. Su
salud mental estaría en entredicho si su respuesta se hubiera centrado en la
susodicha mantilla.
Mujer: quizá te veas andar y
pienses que eres un pato mareado, pero incluso eso suele atraer a un hombre. Es
una gracia especial que Dios os regaló, pero eso no significa que los hombres se queden en
lo externo.
Si fueras paseando por la calle
y de pronto pasará por delante de ti un caballo andando únicamente apoyado
sobre dos patas, con un sombrero de copa y cantando, ¿acaso no te quedarías
mirando y te sorprenderías en gran manera? ¿Cerrarías los ojos? No creo. ¡Cuánto
más el hombre ante la belleza femenina! De ahí la lucha por controlar la
mirada. Es un acto reflejo que no se puede negar. Y les sucede a todos,
solteros y casados. El cuánto y el cómo se mira ya es otro asunto que hay que
controlar, como veremos más adelante.
A un hijo de Dios le ofende cuando
le encajan en ciertos estereotipos, de igual manera que cualquier mujer se
siente ofendida cuando la encasillan dentro del grupo que sólo habla de ropa y
de hombres. Por eso me indignan estas palabras: “Tal vez parezca que lo que digo es que todos los
chicos piensan en lo mismo, sean espirituales o no. Es porque es justo lo que
quiero decir: -ay, mi novio no. Es un buen cristiano. Sí, y lo que busca es
sexo para un buen cristiano. Verás, los chicos son varones en primer lugar y
cristianos en segundo lugar. Como cristianos, dejamos que Dios comience a
cambiar nuestro carácter. Sin embargo, nuestra naturaleza esencial previene del
hecho de ser varones. Y el sexo es lo primero que nos viene a la mente”[1].
Según los autores, todos los hombres son iguales en su manera de pensar, ya que,
en primer lugar, siempre piensan en el sexo. Puede ser así durante diversas
etapas de la inmadurez propia de la adolescencia, donde ni siquiera la persona
es cristiana y los valores bíblicos no forman parte de la personalidad propia. Pero
rebato ese argumento afirmando que si son hombres antes que cristianos es que no
han aprendido lo que es ser un hombre ni lo que significa ser un cristiano
maduro.
Escucha mujer: Porque un hombre
no pueda dejar de percibir esa belleza no significa que quiera acostarse
contigo. Recuerda que Jesús no dijo que mirar
fuera pecado. De lo contrario tendríamos que vendarnos los ojos. Él dijo que el
pecado estaba en la mirada que codicia. Y cuando hablamos de codiciar
sabemos a qué nos referimos y sobran las explicaciones.
No hay nada malo en desear
conocer a una mujer porque se sienta atracción hacia ella. La mirada que
codicia pecaminosamente es muy distinta al deseo natural. Y esta diferencia deben
de entenderla perfectamente quienes tengan pareja, para saber distinguir entre
una y otra. De lo contrario jamás podrán descansar ni confiar en su compañero[2].
Aquí estoy hablando de hombres cristianos
normales con una relativa madurez. Si conoces a alguno que sale con mujeres
exclusivamente por su belleza, podrás catalogarlo sin dificultad como
superficial. Aún así, puede que tenga una explicación: su necesidad de ser
admirado para fortalecer el ego, su alicaída autoestima o puro narcisismo. No
lo estoy justificando, sólo tratando de explicar más allá de las apariencias.
Dada esta agudeza visual, el hombre tiene la capacidad de separar la mente
del corazón. Por eso puede verse cegado
ante un cuerpo. De ahí que, si no lo controla, puede excitarse en cuestión de
segundos. Llegados a ese punto, el autocontrol es sumamente complicado. Por lo
tanto, el objetivo será evitar llegar a ese extremo donde el margen para dar
marchas atrás ya es muy pequeño.
Cómo siente la sexualidad una mujer
Si el problema del hombre es la vista, el de las
mujeres son las emociones. Ellas necesitan sentirse llenas sentimentalmente. Cuando
eso no ocurre en sus vidas, aún teniendo pareja, recurren a las fantasías
mentales. Usan la imaginación para fantasear sobre posibles citas amorosas
donde son conquistadas tierna y dulcemente, siendo ellas el centro del universo
del hombre. Por eso las atrae de manera tan poderosa las novelas románticas,
tanto escritas como en televisión: chico conoce a chica y comienzan a salir. La
trama gira en torno a la hermana de ella que está secretamente enamorada de él.
A lo largo de 5000 capítulos observamos todos los intentos de ella por estar
cerca de él, a pesar de su gran timidez y complejos de inferioridad.
Finalmente, su hermana se dará cuenta de los sentimientos de ella y tratará de
matarla, pero será ésta quien muera en un trágico accidente. Todo concluirá en
el momento en que la chica tímida y el chico se declararán amor eterno y se
casarán en medio del jolgorio general. Dicho de forma cómica, ese es el
argumento general de la inmensa mayoría de los llamados culebrones.
Las emociones, los sentimientos de amor, la pasión, la
ternura y el afecto es lo que más anhela el corazón de una mujer. Se siente
llena. Por eso buena parte de su vida cobra sentido cuando esto ocurre.
La mujer suele ser conquistada por las atenciones que
un hombre le presta; por todas las palabras hermosas que escucha al oído; por
cómo se preocupa sobre su persona; por aquellas frases que prometen amor
eterno. Si al hombre le atrae la belleza, a la mujer lo hace el romanticismo. Toda
mujer se siente atraída hacia aquellos hombres que la abruman en el buen
sentido y que la buscan. Sentirse deseadas es una sensación totalmente
embaucadora. Aunque hay ocasiones en que estos roles se intercambian, el hombre suele ser el conquistador y ellas son las
que disfrutan siendo conquistadas y cortejadas.
Ambos géneros se complementan. Aún así, es cierto que
cuando una mujer se enamora de verdad remueve cielo y tierra para que él sea
consciente de sus sentimientos de una u otra manera. Sus señales serán más
sutiles. No habrá flores ni ese tipo de regalos típicamente masculinos, pero sí
serán indicios evidentes: la cercanía física, las miradas, el deseo de pasar
tiempo juntos, el interés por conocerlo a base de continuas preguntas[3], etc.
A veces estas señales son malinterpretadas por el hombre, que no sabe realmente
cuáles son las intenciones de ella. Por eso en ocasiones no es fácil deducir
sus significados.
Evidentemente, todo esto conduce a querer aumentar la intimidad
física. En consecuencia, termina por aparecer el deseo sexual de forma poderosa
ya que es el siguiente nivel de intimidad.
Podemos decir que casi todos los casos de solteras
cristianas que suelen caer en las relaciones sexuales prematrimoniales dan la
misma explicación: buscaban intimidad emocional. Creían que ahí sería donde su
hombre les daría aquello que no le estaban ofreciendo en la parte no-física de la
relación. Esto las lleva a una terrible desesperación después de haber
consumado el acto, y más si son abandonas por el chico en cuestión. Se sintieron
usadas y no recibieron a cambio lo que anhelaban. Ese es uno de los grandes
peligros a los cuales se enfrenta la mujer en la actualidad, aunque en realidad
siempre ha sido así.
Este es un campo que incluso las mujeres con novio o
casadas deben vigilar. Si no están siendo cuidadas emocionalmente por sus
parejas, pueden caer ante las atenciones de otros hombres y buscar esa
satisfacción emocional fuera de su relación. Lamentablemente, son muy
habituales estos tipos de aventuras llevadas a cabo con un compañero de trabajo,
del gimnasio o un vecino. Si tienes pareja, es fundamental tratar estos temas
cuando te sientas insatisfecha antes de que las cosas lleguen más lejos, que no
tiene que llevar al sexo con alguien que no es tu pareja, pero sí a otra clase
de aventuras igualmente peligrosas: las emocionales.
Hay hombres que, en su ignorancia, pueden creer que el
amor se limita al sexo, cuando para la mujer madura el sexo es una parte más
del amor. Importante, pero en definitiva, un ingrediente más del pastel. Un hombre puede acercarse a una
mujer con propósitos sexuales sin necesidad de que sus sentimientos entren en
juego, mientras que la mujer puede acercarse a un hombre con propósitos
emocionales sin pensar en primera instancia en el sexo. El hombre se puede
sentir bien con el sexo sin emociones. La mujer no[4]. Necesita
que sus emociones entren en juego. De lo contrario, el sexo será algo carente
de significado. Leí una encuesta en la cual preguntaban: ¿Sexo con amor o sin él? La mayoría de las mujeres decían que “con
él”. Sólo una minoría pensaba de forma diferente[5].
Independientemente de que a la mujer le guste sentirse
guapa (y que es sano dentro de un equilibrio), sabe perfectamente que el hombre
se siente atraído por la belleza ya que es visual, y que si no llaman la
atención de esta manera será más difícil que se fijen en ella. Esto es algo que
veremos con detenimiento en el siguiente apartado, porque también en este
terreno hay que marcar límites[6].
Claro que la mujer también tiene ojos y le atrae el
cuerpo de un hombre, pero no le concede la misma importancia. Nada de esto
descarta la atracción física, aunque es cierto que es muy extraño (al
contrario de lo que creen los hombres) que ellas vayan detrás de alguien
exclusivamente porque les atraiga físicamente. Y nuevamente me refiero a
mujeres cristianas maduras.
Por todo esto que hemos visto se le concede tanta
importancia a la ropa, a los cosméticos y a toda clase de accesorios. De ahí también
el origen de esa obsesión con las dietas pre-veraniegas, que consiste en pasar
hambre para lucir una determinada figura libre de toda la grasa humanamente
posible. En esa época del año, esas dietas son más conocidas como parte de la operación bikini.
En conclusión: “Para
nosotros, la impureza de los ojos es el preámbulo de la impureza sexual. Esa
mirada puede convertirse en tan enfocada que puede producir una excitación tal
como lo haría acariciar un seno o los glúteos de una mujer. [...]. El proceso
descendente de la mujer casi siempre comienza con una relación linda, tierna y
estimulante, así como con el toque masculino con ternura y cariño. Su sistema
de ignición está vinculado al contacto físico y la relación. Aunque ellas
perciben nuestro estilo como superficial y sucio, la verdad es que les ocurre
lo mismo, solo que por diferente camino”[7].
* En el siguiente enlace está el índice:
* La comunidad en facebook:
* Prosigue en:
7.3. La sexualidad del soltero cristiano: Origen
y desarrollo del deseo sexual & Lujuria y pornografía.
[1]
Lookadoo, Justin & DiMarco, Hayley. Noviazgo:
¿Están preparados? Unilit.
[2] Que
tampoco usen este argumento como excusa para ir mirando a todas las mujeres
como si fueran un radar andante.
[3] Esta
también es la causa de cierta inseguridad que siente un hombre cuando ve a su
pareja con amigos del sexo opuesto.
[4] Hablo
por norma general, pero hay hombres y mujeres que sienten de manera opuesta en
estos casos.
[5] La
peor parte era de un sector creciente que decía que había que experimentar
ambos; es decir, el sexo con y sin amor.
[6] En el
capítulo Enamorado de un verdadero
creyente veremos cuáles son las virtudes que la Biblia resalta de una
mujer, muy por encima de su belleza física.
[7] Hormachea,
David. El adulterio. Grupo Nelson. P.
106.
Gracias, nunca había leido una explicación tan útil y completa con bases cristianas. De verdad, que usualmente me he enojado un montón de veces con hombres de mi círculo cercano por ver que les llama la atención la belleza de la mujer. Creía que eran todos una especie de seres raros y animalezcos. Soy cristiana y me duele juzgar tan terriblemente a los hombres, ahora veo que somos diferentes y que cada uno tiene sus debilidades como género :D
ResponderEliminarBuenas tardes Valentina. Te agradezco muchísimo tu comentario, que ya he publicado como puedes comprobar. Me alegra saber que te haya ayudado a ver la diferente mentalidad que tenemos hombres y mujeres, y esas particularidades con las que Dios nos creó, aparte de nuestras debilidades personales. Gracias de nuevo por tus palabras. Saludos cordiales desde España y que el Señor te bendiga :)
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